Es una empresa argentina que este año cumplió 100 años, pero aún hay consumidores que se sorprenden al enterarse que no se trata de una firma internacional. Su nombre es sinónimo de una de las prendas más cotizadas durante los días de lluvia y su prestigio de buena calidad nunca fue manchado. Se trata de Perramus, una compañía que creció gracias a sus valores y perspicacia para leer lo que el mercado demandaba.

Perramus nació en 1922, con la idea de hacer un impermeable que, a la vez, sea abrigado. Por eso, para muchas generaciones nombrar esta marca era directamente pedir esta prenda. "Aún hoy entran a nuestras tiendas y nos piden un perramus", cuenta Diego Meischenguiser, quien hoy la dirige y es nieto del fundador.

Incluso, en una reciente encuesta que realizaron para saber la percepción de los consumidores, el 70% de ellos pensaba que Perramus era una firma inglesa.

"Mi abuelo me contaba que el nombre de la empresa deviene porque la tela para hacer los perramus era de la localidad Perram, en Gales. Es una gabardina de lana pesada, que repele el agua", recuerda Meischenguiser, que ya desde chico iba a la tradicional tienda ubicada en Sarmiento y Maipú.

Hoy la marca tiene 12 locales propios, 10 franquicias (una de ellas en Uruguay) y tiene un plan de expansión que incluye seguir innovando en cuanto a prendas, pero siempre sostener la calidad que define a la empresa.

Empresa y calidad nacional

"La calidad para nosotros siempre fue crucial, buscamos las mejores materias primas. Por eso decimos que nuestro secreto fue sostener los valores con los que nacimos, a los que se suma la buena confección", resalta Meischenguiser.

Perramus, una empresa nacional, pero muchos aún creen que es inglesa

Lo interesante, es que desde la marca reconocen que estos atributos son los que primero se suelen cortar en momentos de crisis o de aumento de costos, pero hacer esto nunca fue una opción para la compañía.

"En crisis uno se ve tentado, pero eso no pasó nunca. Es parte de nuestra ética. Y también es la manera en la que construimos confianza con nuestros clientes, y también con los proveedores, los bancos y más", dice el actual dueño.

Prenda nacional: las claves del negocio

El perramus en sí ya no está en el catálogo de la marca (era una prenda muy pesada para lo que hoy estamos acostumbrados a vestir), pero la firma sigue siendo una de las más elegidas a la hora de pensar en el outfit para los días de lluvia.

Sin embargo, hoy Perramus es mucho más que impermeables. "Nos ocupamos de ampliar nuestras colecciones, ahora tenemos chalecos, camperas, montgomerys. Pero una de las decisiones que nos hizo crecer fue empezar a tener opciones para mujeres", cuenta Meischenguiser.

"Cuando empezamos a hacer prendas para mujeres, usábamos las mismas telas que para las colecciones que hacíamos para hombres. Pero en los años 90 decidimos hacer un departamento de diseño solo para mujeres, empezamos a comprar textiles pensando en ellas y pusimos el foco ahí", resalta este directivo.

El resultado fue altamente positivo. Hoy el 60% de la facturación de Perramus corresponde a la venta de productos para mujeres.

Abrir la colección de mujer impulsó a esta empresa nacional

Empresa nacional en crecimiento

En Perramus la estrategia de crecimiento estuvo puesta en potenciar el mercado interno primero, para luego salir ya con pasos firmes. Es así que la primera franquicia de la marca en el exterior está en Punta del Este.

"Quisimos salir con una tienda, porque la marca tiene valor cuando está toda su imagen corporativa integrada. De este modo cada prenda toma un valor más importante", afirma Meischenguiser.

Para dar respuesta a la demanda de todos los locales, Perramus cuenta con una planta propia y 150 colaboradores, más 200 personas que trabajan en forma indirecta con la empresa. La colección está compuesta por más de 100 artículos, y solo para protegerse de la lluvia venden unas 12.000 prendas al mes.

"Esperamos seguir creciendo en 2023. Este año ya estamos un 5% por encima en cuanto a la cantidad de prendas vendidas en comparación con 2019", resume orgulloso Meischenguiser.