Después del derrumbe sufrido entre el 2020 y el 2021 como consecuencia de las medidas sanitarias tomadas por el entonces gobierno de Alberto Fernández para controlar la pandemia del Covid-19, la industria hotelera argentina comenzó a mostrar síntomas de reactivación.

Si bien no recobró el nivel de actividad previo a la pandemia, el año pasado logró una importante recuperación anual del 10% con respecto a 2022, mientras que en el caso de los precios se llevaron a cabo procesos para equilibrar la operación con la mirada puesta en conseguir o fidelizar huéspedes y clientes teniendo en cuenta que el país posee una importante oferta de alojamientos y recursos gastronómicos que atraen a viajeros, tanto nacionales como extranjeros.

El sector ha sabido adaptarse a los cambios de tendencias, muchos globales, con estadías que ahora son más cortas y consumidores más exigentes que cuidan sus gastos, entre otras modificaciones.

A partir de este escenario, la industria hotelera vuelve a ser atractiva para inversores locales e internacionales que apuestan a generar una atractiva renta, apostando a la expansión, en especial, de grandes marcas globales con fuerte presencia en la Argentina.

Crecimiento acelerado de la cadena hotelera

El caso más paradigmático en estos tiempos es el de Howard Johnson que, de la mano del aporte de este tipo de inversores, está llevando a cabo un agresivo plan de expansión a nivel nacional luego de haber tenido que cerrar 33 de sus 40 hoteles durante la pandemia y de haber abandonado dos establecimientos de manera definitiva en las localidades bonaerenses de Luján y Ramallo.

Forma parte de un grupo que, a nivel global, tiene 22 marcas; 9.300 hoteles en 100 países y que en la Argentina es controlada por Alberto Albamonte, actualmente socio estratégico de la cadena, lo cual lo habilita a abrir hoteles en cualquier parte del mundo, pero quien, de todos modos, prefiere concentrarse en el mercado local.

Durante los últimos tres años, el sector hotelero sufrió una drástica caída por la pandemia 

Tras haber salido de la política, adonde llegó a ser diputado nacional por la UCD y poder ser comparado con "el Milei de los 90", volvió al sector privado y en 1997 firmó con la cadena un acuerdo para convertirse en master franquiciado para Argentina, Uruguay y Paraguay y los dos primeros hoteles estuvieron ubicados en Puerto Madero, la localidad bonaerense de Open Door y en el barrio porteño de Once.

El propio Albamonte le explica a iProfesional que su status de socio estratégico le permite "grandes ventajas, como opinar en temas de la cadena y abrir hoteles en cualquier parte, pero yo sigo pensando que en la Argentina está todo por hacer, si tenemos en cuenta que no llegamos a ser ni el 1% del turismo internacional cuando deberíamos estar en el 6%, a lo cual no podemos llegar por varios problemas como el de la conectividad con una aerolínea monopólica, chica y que se maneja con rutas que están mal".

Apoyo financiero a la marca Howard Johnson

Pero, más allá de este tipo de trabas Albamonte acaba de terminar un agresivo plan para expandir la marca Howard Johnson que ya opera 41 establecimientos, inaugurará cuatro más en los próximos meses; tiene otros 23 en construcción y otros 15 contratos firmados en etapa de conseguir las autorizaciones municipales de los sitios donde se ubicarán que ya están elegidos.

Es decir, en los próximos años Albamonte manejará casi 80 hoteles de la marca nacida en los Estados Unidos, a los cuales le sumará varios Dayss Inn, que compró hace seis años y que ya opera cuatro establecimientos en el país.

El proceso de apoyo financiero en el que el empresario basa sus proyectos se asienta en inversores independientes, la totalidad argentinos "que ven en el sector un resguardo de valor y un futuro interesante de la mano de un sector como el de hotelería y la hospitalidad, como nuestro principal interés".

En este sentido, a veces la inversión es encarada por un solo empresario, otras veces es un grupo como en el caso de Córdoba donde Albamonte tiene un acuerdo firmado con la familia Roggio con quienes ya construyó cinco hoteles.

En Argentina, la cadena es controlada por el ex diputado nacional Alberto Albamonte, socio estratégico de la cadena 

De todos modos, admite que no tiene forma de saber cuál es el retorno actual de una inversión de este tipo "por los vaivenes de la economía y porque su cadena maneja 30 tarifas en dólares diferentes dependiendo de la época del año".

En cuanto a los costos de cada construcción, varían por una serie de motivos como la ubicación, el valor del terreno, pero igualmente aclara que el promedio es de u$s80.000 por habitación.

Además, asegura que sus hoteles llegan al punto de equilibrio en 30 a 45 días cuando otros hoteles deben esperar hasta un año en promedio. "Lo podemos hacer por el público cautivo de la cadena y por el turismo corporativo que llega a ser el 30% de nuestros ingresos, pero que después se replica en que quien participó de una convención en un Howard Johnson luego regresa con su familia", resalta.

Exigentes en calidad

En ese sentido, Albamonte recuerda que durante los años que le tocó viajar por la Argentina se hospedaba en hoteles de mala calidad, sin servicios adecuados para los visitantes y que a partir de esa experiencia fundó en el año 2000 la primera carrera universitaria de hotelería para formar personal que sepa capacitarse para comprender las necesidades de los huéspedes.

"Somos exigentes en el control de calidad porque los clientes se fijan mucho en eso, así que le damos importancia la quejas al punto de haber comprado un sistema de control de origen australiano que dispara ocho preguntas referidas a las estadías y que, en promedio, son respondidas por el 30% de nuestros pasajeros", destaca el empresario.

En Córdoba, el Grupo Roggio es socio de Albamonte en la construcción de hoteles

Agrega que la fuerza de la marca es su previsibilidad. "Si no representa algo concreto, no vale nada. Es como Mc Donald´s que logró un estándar idéntico en todos sus locales y que nosotros tratamos de replicar en los tamaños de las habitaciones, las camas, colchones, el spa, y el diseño de cada hotel para que sea amable y eficiente", señala Albamonte.

De igual modo, la cadena viene creciendo a partir de la imposibilidad de muchos turistas de viajar al exterior por la crisis actual y que prefieren buscar estadías en el país en hoteles de calidad, pero no tan caros como los de lujo como el caso de Chascomús que fue inaugurado en el 2018 y el año pasado alcanzó las 130 habitaciones.