Las franquicias posicionaron a El Hornito Santiagueño como una de las cadenas de empanadas más populares y exitosas del interior del país. Con 83 franquicias distribuidas en gran parte del territorio. Este año y con 8 nuevos puntos de venta, la empresa estará desembarcando en la Ciudad de Buenos Aires, "la meca" dice Franco Suárez, el hijo del fundador y actual gerente general.

La historia de El Hornito Santiagueño está marcada por un giro inesperado en la vida de su fundador, Guillermo Daniel Suárez. Nacido en Loreto (Santiago del Estero), Suárez tenía en Tucumán una empresa de regalos empresariales y era representante de Pierre Cardin, pero a fines de los 90, en el preludio de la gran crisis económica que azotó a la Argentina, Suárez fue víctima de una estafa que lo dejó en la quiebra y una profunda depresión.

Sin embargo, movido por la necesidad de reinventarse y con la esperanza de encontrar un nuevo horizonte, Suárez decidió mudarse a Córdoba junto a su esposa Mónica Maldonado, que en ese entonces estaba embarazada, y su hijo de dos años, Franco, actual responsable de la exitosa cadena de empanadas.

Un palo de amasar, un horno de barro y el marketing como aliado

En la camioneta que los llevó a Córdoba y que fue su hogar durante unas cuantas semanas, la familia Suárez cargó lo poco que les había quedado y algunas otras cosas que vecinos solidarios les prestaron o regalaron. Sin embargo, fue el regalo de su suegro el punto de partida de su nueva vida: un horno de barro.

Los comienzos no fueron fáciles, encima ya era el año 2001 y la crisis una realidad palpable entre los argentinos. Pero esperanzados y con recetas familiares, el matrimonio comenzó a elaborar las empanadas a mano que cocinaban en el horno de barro montado sobre el tráiler. Eran unas pocas docenas por día, utilizando un palo de escoba como amasador. "Aunque de cocina no sabía nada, mi papá es un hombre con un gran ingenio y una visión clara del futuro", dice orgulloso Franco a iProfesional.

Además, reconoce su hijo, Guillermo Suárez, tiene un talento innato para el marketing, quien rápidamente comenzó a promocionar sus empanadas en ferias y mercados locales, cautivando a los cordobeses con su sabor único y auténtico. "Una vez, haciéndose pasar por cordobés, llamó a los principales medios de la provincia para contar que había un santiagueño loco regalando empanadas en la avenida Poeta Lugones. Fue impresionante, no había nadie, pero cayeron todos los móviles a entrevistarlo", cuenta su hijo.

Hábiles con el marketing iniciaron su actividad convocando a los medios locales y ahora aseguran ningún porteño dejará de enterarse cuando lleguen e CABA

El éxito de El Hornito Santiagueño no se limitó a las ferias y mercados. La calidad de sus productos y la pasión de Suárez contagió a los clientes que insistentemente le pedían que les den una franquicia de su negocio.

Así fue como, antes de abrir sucursales propias, Suárez ya estaba otorgando franquicias, aunque desde lo formal no lo eran porque no les cobraba por el uso de la marca ni tenía manuales operativos; solo había ganas de crecer y ayudar. La primera sucursal de El Hornito Santiagueño la abrió en 2008 un fiel cliente de la marca en Villa Allende.

Más de 80 franquicias y la conquista de Buenos Aires

Actualmente, El Hornito Santiagueño cuenta con 83 franquicias distribuidas en todo el país, consolidándose como una de las cadenas de empanadas más importantes del interior del país: según datos de la empresa, son líderes en Córdoba con el 62% del market share y en Rosario con el 50 por ciento.

Sus empanadas, dice Suárez, son de máxima calidad y asegura que están hechas con las mejores materias primas del mercado, lo que justifica su precio no tan económico. En Córdoba, ejemplifica, la docena está alrededor de los $10.900.

Con un 25% de crecimiento sostenido en ventas durante los últimos tres años y una clara estrategia de expansión, la empresa está próxima a cumplir un hito para ellos importante: llegar a Buenos Aires.

Para junio, se espera la apertura de las primeras sucursales en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; cuatro serán propias y los 4 restantes franquicias. "No puedo adelantar detalles, pero vamos a llegar con una campaña de marketing impresionante. En horas todos los porteños van a saber que llegamos", avisa el responsable de la cadena de empanadas.

Franco Suárez está hace 3 años a cargo de la empresa fundada por su padre. Desde entonces maneja un crecimiento sostenido del 25%

Sin embargo, el crecimiento de la empresa (tienen 12 reservas de franquicias más para Buenos Aires) les trajo también un nuevo desafío: la capacidad de producción. La actual fábrica, desde donde salen alrededor de 1 millón de empanadas por mes, les está quedando chica.

Para afrontar este desafío, compraron un predio y allí están terminando de armar una planta que tendrá una superficie de 10.000 metros cuadrados y que le permitirá a El Hornito Santiagueño duplicar su capacidad de producción para seguir expandiéndose en el mercado nacional e internacional.

Para una franquicia El Hornito Santiagueño hay que invertir entre u$s20.000 y 50.000 dólares

Para este año, mientras siguen las aperturas en el resto del país, Suárez espera inaugurar al menos 25 franquicias en Buenos Aires, donde hoy tiene el foco la marca.

"Para Buenos Aires estamos redoblando la apuesta. Además de llegar con más sabores y empanadas más grandes, los locales van también totalmente renovados, son más modernos y con un estilo más minimalistas", cuenta Franco.

Por ello, y porque los locales van a ser más grandes, la inversión para abrir un local en Buenos Aires va a ser más elevada que en el resto del país, sin embargo, avisa Suárez, están dentro de la categoría low cost:

• En el interior del país, teniendo en cuenta un local de unos 50 metros cuadrados, se necesitan unos u$s20.000.
• En Buenos Aires, para un local de unos 80 metros cuadrados, la inversión asciende a unos u$s50.000.

El Hornito Santiagueño desembarcará en junio con nueva imagen y una estética de local renovada

Para que la inversión sea rentable, agrega Suárez, buscan que el tiempo de recupero no supere los 18 meses.

"Solo se necesita ganas y actitud. Es un negocio muy simple que se maneja con 3 empleados y no tenés más que 4 o 5 proveedores. Nosotros les mandamos todo congelado y lo único que tiene que hacer el franquiciado es poner el producto en el horno y cuando sale del otro lado de la cinta, empaquetarlo y nada más. Igualmente, se les estará entregando los manuales operativos y los vamos a capacitar porque no queremos gente que despache", detalla.

Con franquicias y una clara estrategia de marketing, El Hornito Santiagueño, la cadena de empanadas nacida de la resiliencia, promete en 5 años ser líder, pero a escala nacional.