El mayor grupo agropecuario deja la siembra y se enfoca en vender granos
A partir de un trabajo silencioso y sostenido de su board, uno de los mayores grupos agropecuarios de la Argentina se encamina a normalizar su situación financiera y operativa.
Se trata del holding que agrupa a Los Grobo Agropecuaria (acopio y comercialización de granos y venta de agroinsumos) y Agrofina (producción de herbicidas, fungicidas e insecticidas) que a fines del 2024 notificaron a los mercados sus problemas para hacer frente al pago de parte de sus millonarias deudas por "una situación de iliquidez transitoria" en el contexto "de un mercado con una retracción desafiante".
Ambas compañías propíedad del fondo Victoria Capital Partners y la familia Grobocopatel abrieron sendos procesos concursales en la justicia para reestructurar una deuda que supera los u$s390 millones, de la cual u$s207 millones corresponden a Los Grobo y el resto a Agrofina.
Los Grobo y Agrofina, víctimas de un endeudamiento caro
En cierto modo, las dos empresas "inauguraron" un período de default en el mundo corporativo local, al que se fueron sumando otras sociedades tanto del sector agropecuario como del negocio energético y hasta de la producción de papel.
Compañías como Surcos; Albanesi y hasta Celulosa Argentina fueron, en cierto modo, también víctimas de tener un nivel de endeudamiento muy alto y de procesos de refinanciación en pesos que en Argentina son muy caros, en especial en los últimos dos años, con tasas de interés en pesos siderales que terminaron por derrumbar las operaciones de estas compañías.
En el caso de Los Grobo, Agrofina y Surcos se suma la crisis coyuntural que atraviesa el sector agropecuario, marcada por un cúmulo de factores económicos, financieros y estructurales que se han agravado debido a la evolución adversa de las variables macroeconómicas tanto locales como internacionales.
Una de esas razones se debe al perjuicio generado por la severa sequía que afectó todo el ciclo 2022/2023, llevando a una caída interanual de la producción de casi el 40%, siendo los productos más afectados el trigo y la soja.
En el caso del último ejercicio, se observa un primer semestre (junio a diciembre de 2023) de fuerte aceleración de la inflación acompañada de un significativo atraso del tipo de cambio oficial.
En este contexto se dio también una baja de los precios de los granos, con la soja en su valor más bajo en cuatro años y el peor desde 2016 y el trigo en el menor nivel desde abril de 2018, escenario que afectó severamente la comercialización de granos mientras los insumos registraron altos precios y en suba constante debido al temor de desabastecimiento.
De hecho, en el sector de agroquímicos hubo otras empresas que atravesaron por el mismo problema, pero que fueron "rescatadas" por sus casas matrices, con inyección de fondos que no terminaron siendo devueltos por las sucursales locales.
Estrategias independientes
Con respecto a Los Grobo y Agrofina, los planes para refinanciar sus pasivos y para retomar las operaciones de manera normal van por separado, a pesar de ser controladas por los mismos accionistas.
Con relación a la productora de agroquímicos para la protección de cultivos, abril inició los trámites para que el gobierno nacional le permita suspender personal y reducir los fondos destinados al pago de salarios.
Lo hizo mediante el pedido a la Secretaría de Trabajo de la apertura del llamado procedimiento preventivo de crisis previsto en Título III, Capítulo 6 de la Ley Nacional de Empleo N° 24.013, de conformidad con los Decretos N° 328/88, N° 2072/94 y N° 265/2002.
A nivel legal, es un proceso que se puede solicitar cuando se afecta a más de un porcentaje de trabajadores, dependiendo del tamaño de la empresa.
En ese contexto, la compañía tiene la facultad, cuando median razones de fuerza mayor (art. 221 L.C.T.) o de falta de trabajo que no le sean imputables (art. 222 L.C.T.), ya sea de suspender a parte o a la totalidad de su personal o despedirlo mediante el pago de una indemnización reducida (art. 247 L.C.T.), lo que dependerá de la gravedad y magnitud de la situación.
En este sentido, el mayor problema que enfrenta Agrofina es en su planta de la localidad bonaerense de Zárate debido a los convenios laborales que poseen sus trabajadores afiliados a uno de los dos gremios que existen en el sector como es el Sindicato del Personal de la Industria Química y Petroquímica de Zárate.
Según cálculos de las empresas de este sector que operan en la zona, un operario químico afiliado a ese sindicato cuesta lo mismo que tres enrolados en la Federación Argentina de Trabajadores de Industrias Químicas y Petroquímicas (FATIQUIP).
En cuanto al proceso comercial, el grupo dueño de Agrofina cerró acuerdos con varias empresas chinas y del sector para que utilicen la infraestructura de la empresa, su planta y su red comercial para la producción y venta de fertilizantes.
Dejar la siembra
En el caso de Los Grobo y como parte de una rápida estrategia de reorganización comercial que lidera su CEO, Enrique Flaiban, se comenzó a poner en marcha un ambicioso plan para recuperar cerca del 50% del volumen que controlaba antes de seguir el mismo camino de default que transita junto a Agrofina y que llegaba a las dos millones de toneladas.
El proceso conlleva la salida de la compañía de la producción, siembra cediendo este segmento a sus socios para enfocarse exclusivamente en el sector de granos y de insumos mediante una serie de acuerdos con gigantes internacionales que le permiten obtener un importante respaldo operativo ante sus clientes, además de salir del segmento de molienda cediendo este negocio a Molinos Fenix.
Para retomar sus operaciones de granos, la empresa extendió a la soja el acuerdo que firmó en marzo pasado con Amaggi para la venta y distribución de girasol durante esta campaña.
El grupo brasileño, que es uno de los principales acreedores de Los Grobo, ahora selló un nuevo acuerdo comercial para garantizar, mediante la entrega de una fianza, el cumplimiento de pago del precio de los granos por parte de la empresa local que surjan de convenios de compra tanto de girasol como ahora de soja y maíz.
Del acuerdo surge que Amaggi recibirá el 50% más IVA de la venta marginal que generen estas operaciones, pero todo indica que, a mediano plazo, el gigante del país vecino podría pasar a controlar el capital de Los Grobo como parte de una propuesta de reestructuración que incluya esta posibilidad, así como una quita de capital y una importante extensión de los plazos de pago del pasivo que surja de ese proceso concursal.
Beneficiar el concurso
El contrato fue presentado ante el juez del concurso preventivo de acreedores, Diego Hugo Papa, y en el escrito los abogados de Los Grobo explican que "permitirá a la empresa concretar numerosas operaciones de compra de soja y maíz, sumamente relevantes en su actividad en esta parte del año, otorgando a su vez a los productores mayor tranquilidad respecto de su cumplimiento al encontrarse involucrada una compañía de la talla de Amaggi".
Agregaron que el acuerdo "no solo beneficia a los productores que entreguen soja y maíz a Los Grobo Agropecuaria en la campaña en curso, sino también al propio concurso preventivo por cuanto colabora con la actividad propia de la concursada, generando nuevos fondos relevantes para su continuidad".
Es más, ambas empresas se encuentran analizando la posibilidad de volver a extender el contrario hacia el negocio de insumos para, en el corto plazo, lograr que Los Grobo normalice sus operaciones y opere de forma confiable nuevamente en el mercado.