Gigante de los lácteos, en crisis: empleados frenan la actividad porque no les pagan el sueldo

La histórica empresa Lácteos Verónica, una de las marcas emblemáticas del sector lácteo argentino, atraviesa una profunda crisis financiera que se agudizó esta semana: sus 700 trabajadores retomaron la retención de tareas tras el fracaso de una negociación clave con la firma, en la que intervino la Secretaría de Trabajo de la Nación.

El conflicto comenzó en mayo, cuando la empresa dejó de pagar los salarios en tiempo y forma. A la fecha, los trabajadores solo cobraron el 42% de los haberes de abril, en tres cuotas. Además, hay deudas acumuladas de más de dos años en aportes a la seguridad social, obras sociales y sindicatos.

Durante una audiencia virtual convocada por el Estado nacional, los representantes de Lácteos Verónica propusieron pagar apenas un 5% adicional del salario adeudado. La oferta fue rechazada de plano por el gremio ATILRA, que reclamó un plan serio de pago para cancelar el total de la deuda y garantizar la continuidad de la actividad.

Lácteos Verónica: producción en caída libre y fuga de proveedores

Mientras tanto, la producción de leche cayó de forma alarmante. La empresa solía procesar unos 700.000 litros diarios; hoy apenas llega a 170.000. El motivo principal es la desconfianza creciente entre los productores tamberos, que optan por vender su materia prima a otras industrias ante la falta de pagos y los cheques rebotados.

Según fuentes internas, Lácteos Verónica analiza comenzar a comprar leche "spot": en efectivo y a muy corto plazo, según la demanda. Es una estrategia de supervivencia en un contexto donde se multiplican los rumores de vaciamiento.

Sueldos, empleados y huelga

La protesta de los trabajadores afecta a las tres plantas que la empresa tiene en Santa Fe: Clason, Lehmann y Suardi. Sin embargo, por el reciente Decreto 340/25 del Gobierno nacional, que obliga a garantizar al menos un 50% de la actividad en sectores considerados esenciales como el alimentario, se continuará con el cuidado de los productos en stock y con ciertos procesos productivos como el afinado de quesos.

¿Y ahora qué?

La medida de fuerza continuará, al menos, hasta el jueves 29, fecha en la que está prevista una nueva audiencia. Pero puertas adentro, crece la preocupación por el futuro de una empresa que supo ser símbolo de la industria láctea argentina y que hoy parece navegar sin rumbo, con trabajadores sin cobrar y una estructura productiva al borde del colapso.