La mayor productora de papel de la Argentina, al borde de la quiebra
A pesar de haber presentado un plan para reestructurar su millonaria deuda y comenzar a negociar con los principales acreedores, la crisis de la mayor productora de papel de la Argentina podría terminar derivando en su eventual quiebra. Se trata de Celulosa Argentina, sociedad controlada por el grupo Tapebicuá Investment Company, con el 66,4% del capital y que a su vez está integrado por los empresarios Douglas Albrecht, José Urtubey y Juan Collado, aunque adicionalmente existen otros accionistas minoritarios, incluyendo algunos con información privilegiada.
Actualmente, compite en un sector como el foresto industrial que, en toda su cadena de valor, como la gran mayoría de la agroindustria en Argentina, es competitivo y de un enorme potencial para generar exportaciones y empleo de calidad, como lo demuestra la performance de compañías similares en Brasil, Uruguay y Chile.
La compañía fundada en 1929 en la ciudad de Rosario atraviesa una profunda crisis financiera operativa que intenta sanear mediante un proceso de reperfilamiento organizado por la consultora VALO Columbus con el objetivo de mejorar su posición de liquidez y evaluar la potencial incorporación de nuevos socios a su capital social.
La intención es mejorar su performance que, desde fines del año pasado, viene atravesando un preocupante escenario de negocios que la obligó a defaultear el pago de una serie de Obligaciones Negociables (ON), que vencieron en mayo pasado, y a no poder cancelar varios cheques de pago diferido que emitió durante los meses anteriores por un monto cercano a los u$s25 millones.
Esperar la respuesta judicial
Este proceso sumó ahora un nuevo capítulo judicial al haber llegado al juzgado donde se tramita su concurso preventivo de acreedores un pedido de quiebra.
La solicitud de insolvencia fue acercada por el abogado Damián Moriconi, socio del estudio Romera, Ongay, Romano, Castellani y Figueroa Casas, pero quien hizo este reclamo en representación de Tecmaco Integral SA, por una deuda de $53 millones.
La presentación debe ser analizada por el titular del Juzgado Civil y Comercial N°1 de San Lorenzo, quien tendrá que evaluar el reclamo realizado por esta empresa dedicada a la venta y alquiler de maquinaria pesada, como son los equipos de izaje que Celulosa Argentina utiliza en su predio de la localidad de Capitán Bermúdez.
Se trata de una determinación que deberá analizar el actual estado de la compañía, teniendo en cuenta que hace un mes atrás, la calificadora FIX SCR, le bajó la nota a varios de los títulos emitidos por tener riesgo de default, entre los que se encuentran las ON Clase 13 por hasta u$s60 millones; ON Clase 17 por hasta u$s12 millones; Clase 17 adicionales ampliables hasta u$s20 millones; Clase 18 por hasta u$s40 millones, entre otras.
Asimismo, bajó a Categoría C (arg) desde Categoría B (arg) la calificación de Emisor de Corto Plazo de la empresa y de otra serie de títulos de corto plazo emitidos por la compañía.
Antes del pedido de quiebra y a partir del auxilio de VALO Columbus, parecía que los ejecutivos de Celulosa habían logrado encaminar el proceso de reestructuración de una deuda que asciende a u$s128 millones, luego de un proceso exhaustivo de análisis y evaluación de sus operaciones y negocios en el marco del contexto económico actual.
Plan de rescate en marcha
De hecho, la empresa viene negociando con la mayoría de los acreedores más importantes entre los que no se encuentra Tecmaco sino que son bancos locales y extranjeros como el Ciudad y otros provinciales y municipales, además del Nación; Galicia; Macro; Rabobank; Santander y Deutsche Bank, entre otros.
En ese sentido, la propuesta tiene como objetivo adecuar la estructura de capital de la sociedad a las posibilidades de sus negocios, extendiendo el perfil de los vencimientos, con la intención de fortalecer su situación financiera y de esa manera poder garantizar la continuidad de sus operaciones.
"Esta continuidad es indispensable para abastecer el mercado local, satisfaciendo, en el corto plazo, las necesidades de sus clientes habituales y posibilitando, en un plazo mayor, el cumplimiento de sus obligaciones con proveedores y acreedores financieros", destaca la productora de papel en un documento enviado a fines de mayo a la Comisión Nacional de Valores (CNV).
Con relación a los aspectos más salientes de esa propuesta de reestructuración de pasivos financieros planteada, se destaca la posibilidad de respetar el monto adeudado a los acreedores y contemplar la subordinación absoluta del cobro de capital e intereses correspondientes a u$s21 millones de créditos en favor de su accionista mayoritario, incluyendo los u$s7,4 millones inyectados recientemente por Tapebicuá.
Además de adjuntar la propuesta para conocimiento de los acreedores e incluir a los tenedores de las ON, la empresa estableció que fecha de cierre prevista para la refinanciación es el próximo 31 de julio.
Negociaciones con bancos acreedores
El informe aclara que la transacción se estructurará bajo la forma de un préstamo sindicado, en dos tramos, un tramo en pesos y otro en dólares.
Cada uno se dividirá, a su vez, en dos subtramos y además la compañía lanzará una solicitud de consentimiento para modificar ciertos términos de las Clases 13, 17, 19, 20 y 21 de ONs, que incluirá, conforme resulte aplicable, el canje posterior de varios de esos títulos por una nueva ON en dólares que consolide las anteriores en un único instrumento.
En paralelo, Celulosa ha iniciado un diálogo con los bancos para revisar los términos originales de sus acreencias, incluyendo esquema de repago y tasa de interés, entre otros.
Dicha reestructuración estará sujeta a un esquema de Cash Sweep, en virtud del cual el 50% del excedente de caja será destinado a un fondo de subastas con el propósito de precancelar cuotas de capital en orden inverso al vencimiento, mediante un esquema de subasta holandesa pura y conforme el mecanismo de waterfall.
Las sumas depositadas en ese fondo se destinarán a la precancelación de capital, conforme se indica en la sección "Cash Sweep", del plan de reestructuración, a través de un Tender Offer a descuento que se aplicará en función de un mecanismo de descuento múltiple, para que la empresa pueda precancelar las sumas de capital ofrecidas voluntariamente por los acreedores relevantes, al valor señalado por cada uno de estos.
Si no fuese posible instrumentar la operación, Celulosa pedirá la apertura de un Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE) con términos similares a esta propuesta, pero que será sometido a su homologación judicial con el propósito de proyectar sus efectos a todos los acreedores.
El objetivo del directorio de Celulosa es evitar el default, por lo que también se deja la puerta abierta para una tercera alternativa como es la de sumar nuevos socios a partir de la venta de la mayoría del capital.
Contexto desfavorable
En documentos anteriores, la empresa explicó la serie de factores que, según sus ejecutivos, contribuyeron a deteriorar la capacidad de generación de caja de la compañía.
En realidad, se trata de los mismos enunciados que encuentran detallados en los informes de las calificadoras FIX y Moody’s, y que estarían vinculados a lo que los ejecutivos de la empresa califican como "un contexto macroeconómico desafiante".
En primer lugar, se menciona la caída en el nivel de ventas superior al 30% en el mercado doméstico con una frágil recuperación a la fecha; seguida por un incremento sustancial en los costos fijos medidos en dólares, producto de una apreciación significativa del tipo de cambio, que también reduce el margen en la exportación.
También se apunta a un costo del capital medido en dólares que ronda entre el 35% y el 45% (contracara del "carry trade"), que financió el estiramiento de los plazos de pago, provocando un incremento del capital de trabajo de manera relevante.
Otro factor que figura en el documento es el incremento de la percepción de riesgo sistémico en el mercado financiero por eventos como el concurso preventivo de Los Grobo y el default de Red Surcos, en un principio, y luego la incertidumbre generada en relación con los tiempos y el contenido del acuerdo de facilidades con el Fondo Monetario Internacional, dadas sus posibles consecuencias para la política cambiaria y monetaria.
"Como resultado de todo ello, la mayoría de los acreedores de corto plazo aceleraron el reclamo de cancelación de sus posiciones, generando una presión adicional sobre la caja y la estructura financiera de la compañía", explica Celulosa.
Dejar la crisis atrás
De todos modos, la empresa intenta mostrar que podrá salir de la crisis al sostener que su accionista principal "ha demostrado un fuerte compromiso con su sostenibilidad operacional y financiera, habiendo realizado inyecciones de capital equivalentes a u$s7.440.000 millones a la fecha".
En ese sentido, el documento agrega que "se está haciendo y hará sus mejores esfuerzos para mejorar la situación operativa y financiera, compromiso que sostiene hace 20 años."
Como parte del mismo proceso, sus accionistas principales cerraron una operación financiera que involucra un cambio en el control accionario de Celulosa Argentina, para obtener fondos frescos que le permitan sostener sus actividades en el actual contexto de crisis que sufre la empresa.
En este sentido, los tres principales accionistas de Tapebicuá aceptaron reducir sus tenencias directas e indirectas en la sociedad al 46,79% del capital. Mediante un comunicado enviado a la Comisión Nacional de Valores (CNV) el lunes 5 de mayo, el accionista controlante de Celulosa explica que "esta reducción accionaria se produjo como resultado de la venta de acciones en el mercado por parte de Tapebicuá Investment Company con el fin de inyectar fondos a la sociedad."
El reporte agrega que, si este holding y sus afiliadas capitalizaran sus créditos contra la sociedad, "su participación accionaria excedería en mucho el 45,79% de la sociedad, por lo cual esta circunstancia podría ser transitoria." En este sentido, del análisis de la composición accionaria de la sociedad surge también que ningún otro accionista controla el 5% del capital social, con lo cual Albrecht, Urtubey y Collado seguirán siendo los controlantes de Celulosa.
De todos modos, este cambio accionario se suma a las otras estrategias que viene llevando a cabo la empresa para mejorar su perfil, como la optimización de costos que comenzó con la aplicación de un nuevo sistema informático y recibió de su grupo controlante una nueva inyección de capital a través de distintos instrumentos.