Cuánto cuesta abrir una franquicia de las cápsulas de café que le dan pelea a Nespresso
La empresa argentina Kapselmaker, conocida por ofrecer una experiencia inmersiva y de altísima calidad en torno al café, anunció el lanzamiento oficial de su modelo de franquicias bajo el formato "Roaster & Factory Boutique". Con este paso, la compañía fundada por Javier Boustani busca replicar en todo el país su exitoso concepto de tienda monoproducto, donde se tuesta, muele, encapsula y vende café premium en múltiples formatos.
Desde sus comienzos en 2018 en Palermo Soho, Kapselmaker fue concebida como una propuesta rupturista. Su primera tienda combinaba tecnología, conocimiento y pasión por el grano, y funcionaba como un verdadero laboratorio donde se desarrollaban blends con granos de distintas partes del mundo. "Nos enfocamos en educar al consumidor sobre qué es realmente un buen café. Lo hicimos desde abajo, grano por grano", explicó Boustani en diálogo con iProfesional.
El proyecto evolucionó hasta convertirse en la única tienda monoproducto del país con una experiencia completa para el cliente, en la que conviven todos los procesos de manera in house: tecnología, desarrollo, innovación, tostado, molienda y encapsulado. En plena pandemia, Kapselmaker dio un giro clave al enfocarse directamente en el consumidor final, lanzando al mercado más de 60 variedades de cápsulas compatibles con sistemas Nespresso. La comunidad de coffee lovers se multiplicó y la demanda creció exponencialmente, hasta quedarle chico el local original.
En 2023, la empresa se mudó e inauguró su tienda insignia en Recoleta, sobre la avenida Santa Fe al 1600. Se trata de una casona de dos plantas y 900 metros cuadrados que permitió ampliar la capacidad productiva a más de 200 productos, con un procesamiento mensual de hasta 12 toneladas de café. Allí se puede observar en funcionamiento la planta de producción mientras se disfruta de un café recién hecho en la estación one touch, equipada con máquinas De Longhi, Philips y accesorios Stanley. El espacio no solo deleita al consumidor final, sino que también funciona como centro de I+D y hub logístico para más de 55 clientes corporativos, incluyendo marcas como Café Martínez, Tienda de Café y Coffee Import.
Pensado desde el inicio con una visión internacional —y recientemente certificado bajo la norma ISO 9001—, el modelo de negocio se convirtió en la base para su expansión mediante franquicias. "Quien adquiere una franquicia no solo está llevando café en cápsula, molido o grano, sino que se transforma en una parte vital del ecosistema del café en su región. El tostadero genera trabajo y transforma las regiones donde se desarrolla", sostiene el CEO.
Boustani no es un novato en el mundo de las franquicias: fue franquiciado de McDonald's en la Costa Atlántica y desarrolló la master franquicia de la firma alemana Sixt en Estados Unidos, con resultados destacados y aprendizajes duros. "Tenía una franquicia de temporada con precios nacionales unificados, lo que hacía inviable el modelo fuera del verano. Me di cuenta de que no quería seguir atado a contratos leoninos ni a estructuras obsoletas", explicó el empresario, quien anunció que abrirá él mismo la primera franquicia en Mendoza como muestra de confianza en el modelo: "Estoy tan convencido de lo que hacemos, que yo seré el primer franquiciado".
Se necesita invertir unos u$s160.000 para tener una franquicia de Kapselmaker
El formato Roaster & Factory Boutique que propone Kapselmaker es un modelo híbrido y descentralizado que integra producción y venta directa. Cada franquicia está equipada para tostar café in situ, encapsular, envasar y vender al público final o a clientes profesionales como bares, oficinas y cafeterías. "Es una boutique de café con alma de fábrica, donde el franquiciado también se convierte en franquiciante: produce y distribuye. No hace falta ser un experto en café, solo tener pasión. El software y el equipamiento hacen el resto", resume Boustani.
El costo inicial para adquirir una franquicia es de u$s160.000 e incluye obra civil, mobiliario, tostadora con software propio, mercadería inicial y acciones de marketing. El canon de ingreso ya está contemplado en ese valor, y el modelo permite escalonar el desembolso en etapas, lo que aporta mayor flexibilidad al inversor.
El tiempo estimado para alcanzar el punto de equilibrio es de 28 a 36 meses, un plazo que, según Boustani, se ajusta mejor a la realidad del mercado argentino. "No vendo milagros, vendo un modelo real de negocio. Quizás podés llegar antes al equilibrio, claro, pero no tengo por qué prometerte si va a pasar o cuándo", sentencia.
Uno de los diferenciales más valorados del modelo es su autonomía operativa con el software que acompaña la tostadora permite replicar los blends maestros sin necesidad de ser un experto cafetero. Además, el sistema de gestión centralizada le otorga al franquiciado control total sobre stock, ventas, administración, e-commerce y campañas de marketing local.
El perfil buscado no exige formación específica en barismo, sino pasión por el café, capacidad de gestión y visión comercial. Kapselmaker plantea un negocio activo con dos etapas bien definidas: una primera fase pasiva —basada en la venta en tienda y generación de clientes— y una segunda fase activa, orientada a la comercialización con oficinas, bares y cafeterías.
Además, el franquiciado cobra comisiones por las ventas online que se generen en su zona de influencia, resolviendo un dilema común del modelo tradicional: la competencia interna entre puntos de venta y la marca. "En vez de pagarle un 10% a Zuckerberg por cada venta, se lo damos al franquiciado que en definitiva es quien generó ese cliente. Así todos ganan", detalla Boustani.
Los contratos fueron diseñados desde una lógica diferente a la tradicional. "Eliminé las típicas cláusulas leoninas del modelo y reduje al mínimo los fees fijos. Todo se reinvierte en promoción y expansión. Como somos fábrica, la clave está en la venta del grano, las cápsulas y el café molido. Todo gira en torno a la mercadería, no a cobrar comisiones por respirar", grafica.
Para acompañar el proceso de decisión, Kapselmaker desarrolló una innovadora herramienta basada en inteligencia artificial que permite a los interesados armar su propio plan de negocios. Desde una interfaz que se inicia por WhatsApp, se pueden ingresar variables como ubicación, costos de alquiler y metros cuadrados, y obtener proyecciones reales del modelo en esa zona. Por una compra simbólica de $120.000 —que luego se reintegra como gift card si se concreta el negocio— el usuario accede a un "cerebro" más avanzado que lo guía en el análisis financiero.
Además del punto de venta, cada franquicia tiene la posibilidad de desarrollar clientes B2B: bares, restaurantes, hoteles, oficinas y marcas blancas. "Cada región tiene su propio ADN y cada cliente profesional es un traje a medida. Hoy ya hacemos desarrollos exclusivos para clientes como Rosell Boher en Mendoza, que es una bodega que vende nuestras cápsulas bajo su marca", detalla Boustani.
La experiencia de Boustani como franquiciado le permite ver el negocio desde ambos lados del mostrador, algo poco habitual en el universo empresarial. Esa mirada empática y práctica es la que hoy se traduce en un modelo de franquicias realista, flexible y alineado con las necesidades del emprendedor actual. Con Kapselmaker, no solo propone vender café premium, sino construir comunidad, descentralizar la industria y brindar herramientas concretas para que cada socio operador pueda crecer y transformar su región a través del café.