De la harina al mostrador: Molino Cañuelas compró Costumbres Argentinas y se expande hacia la venta directa
La tradicional cadena de panaderías Costumbres Argentinas cambió de manos. La empresa, nacida en 2014 con un modelo de franquicias de bajo costo, fue adquirida por Molino Cañuelas, uno de los principales grupos del sector alimenticio en el país. La operación incluye más de 80 locales, el sistema de franquicias, la marca, el fondo de comercio y la maquinaria industrial del Grupo Almar.
En tanto, la planta de producción ubicada en Don Torcuato seguirá perteneciendo a los fundadores originales, Luis Videla y Alejandra Coto -hija del empresario supermercadista Alfredo Coto-, quienes se la alquilarán a los nuevos dueños.
La decisión llega tras un período marcado por la profunda contracción del consumo, que obligó a la empresa a achicarse: redujo personal, acható su estructura y simplificó la propuesta de productos. "Pasamos de ofrecer 200 artículos a solo 70. Ya no se venden los combos grandes, ahora la gente compra dos empanadas y un sándwich", contaba Videla semanas atrás.
Molino Cañuelas salta el mostrador: qué cambia con la compra de Costumbres Argentinas
Para Molino Cañuelas, la adquisición representa un paso clave en su estrategia de crecimiento. No solo suma una red de comercialización directa, sino que también entra a competir en categorías donde no tenía presencia directa, como el pan lactal o de molde, un segmento en el que Costumbres Argentinas ya opera con marca propia, producción para terceros y una sólida penetración en sus puntos de venta.
El grupo, manejado por la familia Navilli, ya venía desarrollando el formato de franquicias con su cadena de pizzerías Alla Pala. Pero esta nueva incorporación le permite diversificar su oferta al consumidor final, sumando productos dulces, panificados, empanadas y pastelería. Todo esto genera una sinergia directa con su planta de alimentos congelados ubicada en Spegazzini, Buenos Aires.
En el sector alimenticio destacan que Molino Cañuelas, que ya es una potencia en harinas y panificados, ahora se posiciona para competir con marcas globales como Bimbo, gracias a una oferta integral y mayor volumen en rubros donde antes no era protagonista.
Con esta movida, Molino Cañuelas suma un eslabón clave en su cadena de valor: la venta minorista. Hasta ahora, el mayor procesador de trigo del país -con 20 plantas y marcas como 9 de Oro, Pureza y Mamá Cocina- no contaba con un canal propio de llegada al consumidor a escala nacional. La red de locales de Costumbres Argentinas, con presencia en más de ocho provincias, le brinda justamente ese alcance.
Además, el nuevo esquema permite una integración vertical eficiente, donde los productos van del campo a la góndola sin pasar por terceros. En un contexto de consumo retraído, donde cada punto de margen cuenta, esta integración puede marcar la diferencia.
Un movimiento con lectura financiera
La operación también tiene un componente financiero de peso. Molino Cañuelas aún atraviesa su proceso concursal, iniciado en 2021, cuando se presentó en convocatoria con una deuda superior a u$s1.300 millones. A diferencia de otros casos, la compañía nunca frenó su producción ni incumplió con proveedores o salarios, lo que le permitió mantener la estructura operativa y avanzar en un plan de recuperación.
La compra de Costumbres Argentinas se interpreta como una señal de relanzamiento: la compañía vuelve a invertir, apuesta por nuevos mercados y busca dejar atrás la etapa más crítica de su historia reciente.
En el tiempo previo a la venta, Costumbres Argentinas ya había implementado una reestructuración: bajó sus costos, optimizó su consumo energético, achicó inventarios y puso en marcha locales más compactos bajo el formato Costumbres Express, una versión pensada para mantener presencia sin resignar rentabilidad.
"Hoy no podés trasladar aumentos al público. Si no bajás costos, te fundís. Nosotros simplificamos todo para seguir operando", reconocía Videla hace apenas unas semanas.
Ahora, con el respaldo financiero y logístico de Molino Cañuelas, se abre una nueva etapa de expansión para la cadena: más variedad de productos, mayor capacidad de producción y proyección nacional con nuevas franquicias. Todo indica que este es solo el comienzo de un nuevo capítulo para ambas marcas.