Animó a las mujeres a subirse a una moto y creó una comunidad de negocios inédita en Argentina
Un día, Belén Couso se dio cuenta de que lo que le parecía simpático era en realidad un asunto muy serio. Treintañera que buscaba su destino, lo encontró sobre una moto Harley Davidson: las miradas de asombro y los aplausos que le dedicaban otras mujeres al verla surcar las calles vestida de "harlera" eran en realidad el germen de un negocio, de un fenómeno que está hoy ya en su séptimo año y se llama "Mujeres al mando".
"Andaba en una moto chiquita en un 'cuelgamonos', esos manubrios que te dejan colgando. Era una rareza, la gente me miraba... Las mujeres comenzaron a decirme que querían hacer eso, pero no se animaban. ¡Era un halago tras otro! Y me dije que por qué no. Toda una curiosidad, porque en esos años yo daba charlas para emprendedores precisamente con ese título: por qué no".
Couso se entusiasma en la conversación con iProfesional al recordar esos inicios: "Lo que me vino a la mente fue que yo tenía que pensar por qué no hay mujeres en motos, por qué no se motivaban para subirse a una".
"Mujeres al mando" va más allá de subirse a una moto
Hoy, a los 42 años, Couso lidera un pequeño imperio de motociclismo para mujeres, aunque "Mujeres al mando" va más allá de subirse a una moto y aprender sus secretos. Es, como dice ella, "subirse a la vida". Mandar, desde la moto, en la vida propia, y quizás también en la de otros. Pero sobre todo en la propia, como atestiguan las más de 110.000 personas -entre ellas unos cuantos hombres- que siguen la cuenta de Instagram @mujeresalmandook.
"Me costó mucho sacar la imagen de la mujer cosificada arriba de la moto, la del calendario y fotos con poca ropa. Pero pude demostrar que la mujer podía viajar, competir en noto, trabajar, aprender, hacer delivery. Eso no se veía antes", enfatiza.
Couso recorrió medio mundo arriba de motos, pero fue en la India y en el norte de Argentina donde entendió el poder que una moto puede tener para la mujer.
"Ahí vos ves gente que camina y camina. Mujeres que caminan cien cuadras o más. Me conmovió el mensaje que deja una mujer que rompe los estereotipos. Cuando otras mujeres comenzaban a ver a la que se atrevía a subirse a una moto, entonces sentían que eso era posible. Se levantan y se empoderan".
Ese viaje por la India lo hizo sola, toda una audacia, porque los accidentados caminos del país más poblado del mundo son una invitación al peligro.
Pero tampoco debió ir tan lejos para encontrarse con límites y peligros. En "Mujeres al mando" se reparten becas para aprender a andar en moto, pero en muchas ciudades del interior del país se encontró con la misma frase después del "muchas gracias, pero no". "Mi marido no me deja", le decían.
"Y en Puerto Madryn, una ciudad muy machista, me encontré con un hombre que directamente me dijo: '¿Qué tiene que venir una porteña acá a enseñar a manejar a las mujeres?'".
En 2024 se dio el gusto de apostar por algo más suave y mucho más dulce: recorrer Europa con su madre de 80 años a bordo de un sidecar.
Esos eran ya los buenos tiempos de "Mujeres al mando", que durante unos cuantos años se sostuvo gracias a los otros trabajos de Couso, en especial la venta de cosméticos.
Un nombre discutido
"Comencé a vivir del proyecto cuando llegaron las marcas y abrí la escuela. Y las marcas solo llegaron cuando vieron que mi proyecto movía mucha gente. Hoy, además de las clases para enseñar a andar en moto, nos sostenemos con merchandising y eventos, y como productora de contenidos relacionados con la movilidad", explica.
El de "Mujeres al mando" fue un nombre discutido. En más de una ocasión, la respuesta que recibía Couso era un "¿y entonces qué pasa con los hombres, no estamos al mando?".
Asunto superado. "El nombre fue pensado estratégicamente, costó imponerlo y sostenerlo, pero resultó lo que yo quería: que haga mucho ruido. Siempre quise un nombre que reflejara autonomía y revolución. Comencé a construir contenidos discursivos para las marcas, hablando de seguridad, inclusión en la movilidad, comunicando accesorios y elementos para los motociclistas, educando, haciendo eventos. Hoy, sí, somos una gran productora de contenidos de movilidad".
La historia de Couso no pasó inadvertida para las grandes plataformas de contenidos audiovisuales: "Hay conversaciones en curso, interés en hacer algo muy lindo", cuenta.
"Al final, la moto resultó ser el vehiculo mas importante en la crisis pandémica. Nos salvó el delivery, y luego todos querian viajar solos, salir del transporte publico. Hace diez años, si veías a una mujer en moto, la felicitabas. Hoy logramos naturalizarlo, entendimos que todos los espacios son para todos", concluye.