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Empezó pelando papas y hoy lidera una empresa de logística con expansión regional

Con más de 3.000 envíos diarios, 50 empleados y 100 transportistas, Fixy crece en la Argentina y Paraguay. Su fundador transformó la adversidad en éxito
Por Laura Andahazi Kasnya
NEGOCIOS - 30 de Agosto, 2025

Hoy, Fixy procesa entre 3.000 y 4.000 envíos diarios en el AMBA, emplea a más de 50 personas y 100 transportistas, y en 2024 dio su primer paso internacional con una filial en Paraguay, donde inversores adquirieron el 70% de la operación. Detrás de esa startup logística que promete expandirse por toda la región está Maximiliano Saavedra, un emprendedor de 38 años que supo transformar cada crisis en oportunidad: del chico de Lanús que pelaba papas en Once al ejecutivo que colgó su currículum en un taxi para conseguir trabajo en un banco, del emprendedor quebrado en pandemia al creador de una de las logísticas más innovadoras del país.

Saavedra creció en Lanús, en el seno de una familia humilde que vivía en una casa con techo de chapa. La pieza de sus padres estaba separada de la que compartía con sus tres hermanos por un simple ropero. Su papá, Daniel, trabajaba como taxista, mientras que su mamá, Norma, se dedicaba al hogar y, en ocasiones, hacía tareas de limpieza en hospitales y clínicas para poder sostener la economía familiar. "Me crié en una casa muy humilde, donde a veces en verano teníamos que dormir en el piso porque el calor de la chapa era insoportable", recuerda Saavedra en diálogo con iProfesional.

Aunque los bolsillos estaban flacos, Daniel y Norma hicieron de la educación un mandato familiar: "Con mucho sacrificio me mandaron a un colegio privado. Mi viejo se levantaba a las cinco de la mañana y no había forma de que faltemos al colegio, aunque se inundara la calle. Eso me marcó: entendí el valor de la constancia", cuenta.

Su primer empleo formal fue a los 17 años, como pelapapas en un restaurante de Once. Con ese salario, Saavedra compraba ropa en La Salada y la revendía entre sus conocidos para financiarse las vacaciones. Allí comenzó a descubrir su instinto emprendedor. Aunque inicialmente ingresó a estudiar Medicina, siguiendo el sueño de su familia de tener un hijo médico, pronto se dio cuenta de que su pasión estaba en lo comercial y cambió de rumbo hacia Comercio Exterior.

Su padre le prestaba el taxi para que pudiera trabajar de noche y costearse los estudios. Su rutina era extenuante: manejaba desde las 20 hasta las 2 de la mañana y a las 7 debía estar en clase. Pero al acercarse a la graduación, la frustración lo invadía porque no conseguía un trabajo en su rubro. Entonces tuvo una creativa idea: imprimir un cartel que decía "Busco Trabajo", adjuntar un resumen ejecutivo de su currículum, plastificar todo y colgarlo en el asiento trasero del taxi junto a la habilitación del auto.

"Me decían que estaba loco, que era peligroso, que nadie iba a prestarle atención. Pero yo pensaba: alguien, en algún momento, va a leerlo. Y si no lo hacía, me iba a quedar esperando una llamada que nunca iba a llegaba", recuerda.

De la mano de Graciela Rosich, Saavedra pasó de manejar un taxi a trabajar en Standard Bank

La jugada dio resultado. Una pasajera resultó ser Graciela Rosich, en aquel entonces gerente de ORM y Compliance en Standard Bank, quien conmovida por el entusiasmo del joven, lo contactó. A los 21 años, Saavedra pasó de manejar un taxi de madrugada a trabajar en el décimo piso de un edificio vidriado en Puerto Madero. "El primer día miraba la ciudad desde arriba y pensaba: ayer estaba en un taxi, hoy estoy en una oficina. Fue un cambio radical en mi vida y de ese salto aprendí que siempre hay una puerta, pero a veces hay que inventarla", afirma.

En el banco trabajó casi seis años. Aprendió sobre riesgo operacional, compliance y comercio exterior. Con su pareja de aquel entonces, se compró un departamento con un crédito hipotecario, un auto, viajó por primera vez en avión. Tenía, según el manual social, todo lo que un joven podía desear. Pero cerca de los 30, la crisis lo golpeó. "Me di cuenta de que había construido la vida que otros querían para mí, no la mía. Tenía una pareja maravillosa, estabilidad, pero me sentía vacío. Volvía a casa y no quería entrar. Un día, directamente, me bajé del subte y en vez de volver a mi departamento, tomé un colectivo y me fui a lo de mis viejos. No volví más", confiesa.

La renuncia fue radical: dejó el banco, terminó la relación y con lo puesto volvió a lo de sus padres. "Pasé de tener todo a volver con una SUBE a la casa de mis padres, sin ni un tenedor propio. Fue durísimo, pero también liberador. Era la primera vez que empezaba a construir mi vida, no la de otros".

Emprendedor se hace

Tras un fallido intento con una distribuidora de bebidas que lo dejó endeudado, Saavedra encontró la oportunidad en algo que había observado en los comercios: la necesidad de créditos inmediatos. Con dinero prestado por su familia y amigos, en 2016 fundó Efectivo Logro, una financiera orientada a pequeños comerciantes.

Al inicio repartía volantes en la calle y visitaba locales uno por uno, vestido como un oficial de cuenta. "Nunca decía que era mío, siempre que trabajaba para otros. Así fui ganando confianza", explica. Su madre se convirtió en su primera empleada, y luego sumó a su hermana como mano derecha. En cuatro años ya contaban con 15 colaboradores y hasta planeaban un esquema de franquicias en distintas ciudades.

"Lo más fuerte para mí fue ver cómo mi mamá, que siempre había trabajado en casas de familia y clínicas, empezó a ganar confianza, a escribir formularios en computadora, a tener ingresos propios. Hasta se separó de mi papá. Yo estoy convencido de que las pymes son agentes de cambio", afirma.

Fixy procesa hasta 4.000 envíos diarios y planea expandirse a varios países de Latinoamérica

Pero en marzo de 2020, la pandemia paralizó todo. Los comercios cerraron, los deudores no podían pagar y la empresa quedó en un limbo. Saavedra, que con nueva pareja se había convertido en padre, se encontraba de nuevo al borde del colapso. "Me subía al auto y me iba a llorar solo para que mi mujer y mis hijas no me vieran. Tenía la soga al cuello y sentía una responsabilidad enorme porque mi mamá, mi hermana y varios amigos dependían de Efectivo Logro", recuerda.

Fue en una de esas vueltas, en plena angustia, cuando ocurrió el hecho que lo cambió todo: casi atropella a un motociclista que llevaba paquetes de Mercado Libre, al joven no le pasó nada, fue solo un susto, pero Saavedra tuvo una revelación: "Ese día entendí que tenía que reinventar todo. Tenía motos, tenía gente. Solo faltaba cambiar el propósito: tenía que reconvertir mi estructura en logística", relata.

Así nació Fixy. El primer depósito fue en el primer piso de aquella pizzería de Once, donde Saavedra había trabajado pelando papas unas décadas antes. "Le pagué al dueño con la plata que tenía para el alquiler de mi casa. Mi mujer me quería matar, pero yo sentía que era la única forma de salir adelante", relata, ahora, entre risas.

Al principio, la empresa se llamaba E.L. Logística Urbana, pero pronto adoptó el nombre Fixy, derivado de "fix" (arreglar). El concepto de reparar se convirtió en la filosofía de la compañía: reparar problemas, ofrecer soluciones en momentos críticos, seguir adelante.

Fixy hoy: expansión y diferencial competitivo

En apenas cuatro años, Fixy se consolidó en el mercado de logística para e-commerce. Hoy gestiona entre 3.000 y 4.000 envíos diarios en el AMBA, cuenta con más de 50 empleados y 100 transportistas, y en 2024 desembarcó en Paraguay, donde inversores compraron el 70% de la filial y financiaron la operación completa. Además, firmó acuerdos con Rapipago para sumar puntos de pick-up y drop-off, y desarrolló FixyPay, su propia billetera virtual que permite pagar con QR al momento de la entrega.

Mientras otras logísticas nacientes buscaban integrarse a Mercado Libre, Fixy eligió enfocarse en pymes y ofrecer logística con cobranza integrada. "Nosotros no solo entregamos, también cobramos. Eso le da confianza al comprador y liquidez al vendedor. Y ahora, con FixyPay, sumamos tecnología para que el pago sea inmediato y seguro", explica.

Saavedra afirma que un emprendedor se define por la capacidad de caer y levantarse una y otra vez

La estrategia ya le abrió puertas en la región. En 2024, Saavedra viajó a Medellín para participar de una feria de e-commerce y cerró un acuerdo con Dropi, un gigante del dropshipping que realiza 1,5 millones de envíos mensuales en Colombia. Gracias a ese vínculo, Fixy se prepara para expandirse a México, Chile, Ecuador, Perú, España, Portugal e Italia.

Hoy, a sus 38 años, Saavedra mira hacia adelante con el objetivo de consolidar a Fixy como una startup de logística regional disruptiva, con foco en e-commerce. "Si algo aprendí es que un emprendedor se define por su capacidad de caer y levantarse, una y otra vez", concluye.

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