Shein llega al mundo offline: ¿cuál será el país que recibirá sus primeras tiendas físicas?
La compañía de moda rápida Shein, famosa por sus productos a muy bajo precio, abrirá sus primeras tiendas permanentes en Francia a partir de noviembre. El plan incluye seis aperturas progresivas, iniciando en París, dentro de los grandes almacenes BHV Marais, y siguiendo por Dijon, Reims, Grenoble, Angers y Limoges.
El auge de Shein en Europa genera polémica por impacto ambiental y laboral
Shein describe esta expansión como una oportunidad para dinamizar los centros urbanos, recuperar grandes almacenes y generar aproximadamente 200 empleos directos e indirectos. La marca asegura que busca también impulsar la moda local a través de su presencia física.
Fundada en China en 2012 y con sede en Singapur, Shein ha sido cuestionada por su alto volumen de producción y el impacto ambiental que esto genera. Además, existen denuncias sobre las condiciones laborales en su cadena de proveedores.
El sector textil europeo cuestiona a Shein por prácticas consideradas desleales, ya que no cumple con las normas ambientales, laborales y de seguridad que rigen para las marcas locales.
Alcance global y cifras
Shein emplea a 16.000 personas a nivel mundial y facturó alrededor de 23.000 millones de dólares en 2022, consolidándose como uno de los gigantes del comercio digital de ropa y accesorios de bajo costo.
Boom de Shein: casi 70% de la ropa que se compra en Argentina es importada
Las vidrieras argentinas se transformaron: ahora cada prenda que se exhibe en una tienda de barrio, shopping o en las plataformas online, muy probablemente no fue confeccionada en el país.
Según un informe de la Fundación Pro Tejer, casi siete de cada diez prendas que se venden en Argentina son importadas, una transformación profunda que se aceleró con la apertura comercial impulsada por el Gobierno y la irrupción masiva de plataformas como Shein y Temu, gigantes chinos de la moda ultrarrápida.
El impacto económico de este fenómeno es evidente: en los primeros cinco meses del año, el país destinó más de u$s1.500 millones a importar ropa. Una cifra que sacude a la industria textil local, golpeada por el aumento de costos, la caída de ventas y una competencia externa con precios imposibles de igualar.
De acuerdo a un informe de la Fundación Pro Tejer, el 67% de las prendas que se consumen en Argentina son importadas, y el porcentaje asciende al 75% en los shoppings. En paralelo, la mitad de las empresas textiles locales vendió menos en lo que va de 2025, y el 60% redujo su planta de personal. Apenas un 35% espera recuperar el uso de su capacidad instalada, aunque sin alcanzar los niveles de 2023.
Las importaciones llegan por tres canales principales: empresas que traen ropa del exterior (incluso marcas argentinas), turistas que compran vestimenta fuera del país y compras online que llegan por el sistema puerta a puerta. Las importaciones corporativas crecieron un 125%, representando u$s264 millones, pero ese número se multiplica al llegar al consumidor final: supera los u$s1.000 millones, según estimaciones del economista Gustavo Ludmer.
El turismo de compras también empuja esta tendencia: los argentinos gastaron u$s1.572 millones en ropa durante viajes al exterior en los primeros cinco meses del año, un aumento del 136%, según datos del Banco Central. Pero el salto más fuerte ocurrió en el canal digital: las compras online de indumentaria del exterior se triplicaron y alcanzaron los u$s242 millones, con un crecimiento del 211%.