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Por cuánto vendería el dueño de Don Julio su restaurante: la respuesta sobre la cifra

Al propietario de la parrilla argentina, considerada una de las mejores del mundo, le preguntaron si vendería el negocio por diez millones de dólares
Por J.M.
NEGOCIOS - 03 de Octubre, 2025

En el competitivo y a menudo inestable mercado gastronómico, el éxito de un restaurante se mide por su calidad, su clientela y, por supuesto, su valor de mercado. Pocos establecimientos en Argentina alcanzan el prestigio y el valor simbólico de la parrilla Don Julio, un ícono de la gastronomía porteña reconocido internacionalmente. Sin embargo, su propietario, Pablo Rivero, ha revelado que, incluso frente a ofertas millonarias, hay activos que superan con creces cualquier cifra con muchos ceros.

Rivero, en una reciente entrevista, fue consultado de forma directa sobre la posibilidad de vender su emblemático restaurante. Ante la pregunta sobre si lo haría por una suma de 10 millones de dólares, la respuesta fue contundente: "No, no creo que deje Don Julio", respondió en una entrevista con el podcast Fuera de Carta. La razón es simple, pero profundamente arraigada en la vocación y la identidad del proyecto que fundó su familia.

El dueño de Don Julio y la respuesta de si lo vendería por 10 millones de dólares

La negativa de Rivero a ponerle un precio a Don Julio se basa en una distinción fundamental que traza entre la gestión comercial y la conexión emocional que tiene con el lugar. Según su visión, no todos los emprendimientos se miden de la misma manera: "Los restaurantes son un negocio, ¿no es cierto? Un negocio vocacional. En el caso de Don Julio, es mi identidad, es mi familia, es mi casa", explicó Rivero, dejando en claro la dificultad, y la imposibilidad, de desprenderse de un proyecto que es mucho más que una simple inversión comercial.

El empresario de la parrilla más famosa de Palermo reveló que su decisión de no vender es tan firme que, si la pregunta se hubiese enfocado en "otro de los proyectos" de su grupo gastronómico, la respuesta habría sido diferente. Pero en el caso de Don Julio, el apego trasciende lo financiero.

Don Julio no se vende: la explicación de su dueño

Para sustentar su postura, Rivero hizo hincapié en que su bienestar económico ya está asegurado, lo que le permite priorizar valores que el dinero no puede comprar. "No hay plata que pague eso", afirmó, aunque rápidamente aclaró que su mensaje no debe ser malinterpretado como un desinterés por la estabilidad financiera.

"Tengo la grandísima fortuna de haber estado en bastantes lugares en la historia de mi vida, del punto de vista económico. Y eso me permitió apreciar un arroz con arroz", reflexionó el empresario, haciendo referencia a haber pasado de uno de los platos más básicos y económicos a la estabilidad de su situación financiera actual.

Rivero concluyó que su nivel de satisfacción actual ya no se mide en la acumulación de más dinero. "Hoy estoy tan contento con cómo me va, que ya no se mide en ceros", sentenció. La gran "fortuna", en su caso, es haber alcanzado un punto donde "la heladera está llena y la operación va bien", lo cual le da la tranquilidad de rechazar cualquier oferta por una porción de su historia y su identidad.

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