Los dueños de la línea 60 quieren quedarse con un importante operador de colectivos
En el negocio del transporte público de pasajeros, el Grupo Doscientos Ocho Transporte Automotor S. A. (DOTA) es uno de los mayores holdings empresariales que controla, de manera directa o a través de múltiples empresas subsidiarias o asociadas, alrededor de 180 líneas de colectivos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Su modelo comercial abarca desde la operación de las líneas hasta la fabricación de carrocerías (Todo Bus) y la provisión de chasis (Agrale), mientras que sus líneas son a menudo las más identificadas con el color y el estilo de la empresa.
Entre las líneas más reconocidas sobresalen la 6, 7, 8, 9, 20, 21, 23, 24, 25, 28, 31, 44, 50, 51, 56, 57, 60, 74, 76, 78, 79, 84, 91, 99, 100, 101, 106, 108, 115, 117, 130, 135, 146, 150, 161, 164, 168, 177 y 188.
Además, opera varias líneas provinciales como la 256, 299, 403, 405, 421 y 503 entre otras, a través de diversas empresas filiales como Transportes Río Grande, TABA, Los Constituyentes, y Micro Ómnibus Norte (MONSA), controlando un porcentaje significativo de los servicios en la región.
Pero está claro que la línea insignia de DOTA es la 60 de la ex MONSA, y que es sin duda una de las más cruciales y extensas del AMBA), con una historia que se remonta a 1931 y que ha sido apodada popularmente como "El Internacional" debido a su gigantesco recorrido que une la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires con el conurbano norte, llegando hasta Belén de Escobar y Rincón de Milberg, en Tigre.
Su importancia radica en que conecta múltiples puntos clave:
- En CABA: Atraviesa barrios esenciales como Barracas, Constitución, Monserrat, Plaza Italia, Palermo y Belgrano.
- En GBA Norte: Recorre los municipios de Vicente López, San Isidro, San Fernando y Tigre, además de llegar a Escobar.
- Ramales: Posee una compleja red de ramales (incluyendo servicios rápidos y expresos) que utilizan diferentes vías, como la Autopista Panamericana o el Bajo de San Isidro, para cubrir la demanda masiva de pasajeros. La línea opera las 24 horas del día.
Es decir, la Línea 60 es un pilar del transporte metropolitano de Buenos Aires, célebre por su alcance y complejidad de ramales, pero que atraviesa un período de alta visibilidad mediática debido a las constantes disputas gremiales y los recientes sucesos de seguridad.
Mega fusión
Ahora, el conglomerado que es propiedad de los hermanos José y Ángel Faijá, y de otros 12 socios como Luis Rodríguez y José Santoli, pretenden ampliar ese poderío con la compra de otro de los principales grupos de este sector como es MOQSA.
Esta sociedad opera varias líneas que recorren principalmente el conurbano sur de Buenos Aires, incluyendo Quilmes, Berazategui, Florencio Varela y Avellaneda, siendo las principales la 159, 219, 300, 372, 584, 603 y 619, cada una con diferentes ramales que van hacia Capital Federal (Correo Central) o dentro del conurbano, como Cruce Varela, Hudson, Bosques y Marítimo.
Las iniciales de este grupo remiten a Micro Ómnibus Quilmes Sociedad Anónima controlada por una estructura de accionistas familiares y trabajadores.
Por estos días, el directorio de DOTA se encuentra terminando de armar una oferta para quedarse con MOQSA con la promesa de pagar u$s85 millones para concretar la compra que incluye la infraestructura operativa, los recorridos y toda la flota activa de su competidora.
Desde DOTA aclararon que el proceso se encuentra aún en etapa preliminar, en pleno análisis y negociación y que la operación está sujeta a auditorías internas, revisiones legales y, especialmente, a la supervisión y aprobación de los organismos regulatorios correspondientes, entre ellos la CNRT y el Ministerio de Transporte de la provincia de Buenos Aires.
A través de un comunicado, desde la empresa agregaron que "toda comunicación oficial posterior será emitida por medio de los canales institucionales de DOTA".
Concentración de mercado
MOQSA es conocida popularmente como "El Blanquito" por el color de sus unidades en algunas de sus líneas, y es considerado un actor clave en el sur del conurbano bonaerense.
Por lo tanto, su compra por parte de DOTA no se trataría de un hecho aislado, sino que se inscribe en una tendencia de crecimiento y concentración empresarial que este grupo ha liderado de manera sostenida durante las últimas décadas.
Por caso, recientemente, DOTA incorporó a su cartera varias líneas históricas como la 32, 75, 128 y 158), fortaleciendo su presencia en la zona de Lanús y Pompeya.
Pero además de operar líneas de colectivo, el grupo también es dueño de Megacar (representante de la marca de chasis Agrale en Argentina) y controla la carrocera Todo Bus, lo que le otorga un control vertical sobre la producción y renovación de su flota.
El posible desembarco en otro importante grupo genera múltiples interrogantes y posibles consecuencias en diversos ámbitos como entre los usuarios ya que es de esperar que DOTA renueve y unifique la flota de MOQSA con unidades de su propia cadena de producción (Agrale/Todo Bus).
Esto podría significar colectivos más nuevos y con tecnología estandarizada para los usuarios, además de encarar un proceso de racionalización o supresión de recorridos considerados no rentables.
Consecuencias de la compra
En el caso de la calidad del servicio es un punto de debate ya que algunos expertos en transporte entienden que el dominio de un solo operador puede reducir los incentivos a competir en satisfacción del pasajero.
En cuanto a las fuentes de trabajo hasta ahora DOTA ha mantenido los empleos de las líneas que vino sumando a su pool, aunque los delegados gremiales de MOQSA se mantienen en alerta ante posibles cambios en las condiciones laborales, reestructuraciones internas o traspasos de personal.
En lo que respecta al nuevo mapa de control en este negocio que la operación generaría, está claro que consolidaría un virtual monopolio en vastas zonas del AMBA por lo cual, para que la compra avance, debe contar con la aprobación de organismos reguladores nacionales de control y de regulación.
En este sentido, para los expertos el principal debate es si el Estado permitirá una concentración de tal magnitud, considerando el impacto potencial en la competencia, los precios (tarifas subsidiadas) y el servicio público esencial.
En este sentido, una vez finalizadas las auditorías y obtenidas las autorizaciones regulatorias (un proceso que suele ser complejo y reservado), la integración de las líneas de MOQSA en la órbita de DOTA redefinirá la movilidad de millones de personas en el corredor sur de Buenos Aires, poniendo a prueba la capacidad del Estado para regular un mercado cada vez más concentrado.