Vicentin cambia de manos: se oficializó el traspaso y se conoció quiénes conducirán la empresa
El Juzgado Civil y Comercial de Segunda Nominación de Reconquista, a cargo del juez Fabián Lorenzini, dispuso la efectivización del traspaso de las acciones de Vicentin S.A.I.C. a Grassi S.A., en cumplimiento de la resolución homologatoria dictada en el marco del proceso concursal.
La medida, fechada el 26 de diciembre de 2025, constituye el acto formal que consolida el resultado del cramdown y pone fin a uno de los concursos preventivos más extensos y complejos de la historia empresarial argentina.
Con esta disposición judicial, Grassi S.A. pasa a ser titular del control societario de Vicentin, dejando atrás una etapa marcada por el default, la parálisis institucional y la disputa entre oferentes por el rescate de la compañía.
Vicentin tiene nuevo directorio y control empresario
El traspaso accionario vino acompañado por la constitución de un nuevo directorio, que quedó integrado por Mariano Grassi, como presidente, Leandro Salvatierra, vicepresidente y Hugo A. Grassi, director.
Desde la compañía señalaron que este paso formal marca el inicio de una nueva etapa, a la que definieron como el nacimiento de la "Nueva Vicentin Argentina", bajo conducción de un grupo empresario de capitales 100% argentinos.
En el comunicado difundido este viernes, Grassi remarcó que el nuevo proyecto se apoya en "las raíces de una historia industrial sin precedentes" y en el rol que cumplieron los trabajadores para sostener la operatividad de la empresa durante los años más críticos del concurso.
El final del concurso y del cramdown
Vicentin se había declarado en cesación de pagos a fines de 2019, con un pasivo superior a los u$s1.300 millones, dando inicio a un proceso concursal que se extendió por casi seis años y atravesó múltiples instancias judiciales, propuestas fallidas y controversias entre acreedores.
Tras el fracaso del acuerdo preventivo original, la Justicia habilitó el mecanismo de cramdown, que permitió la presentación de propuestas de rescate por parte de terceros. En ese proceso compitieron distintos grupos empresarios, entre ellos un consorcio integrado por Molinos Agro y Louis Dreyfus Company.
Finalmente, el juez Lorenzini determinó que Grassi S.A. fue el primer oferente en reunir las mayorías legales exigidas, tanto en cantidad de acreedores como en capital, decisión que luego fue homologada y resistió impugnaciones judiciales. La resolución ahora ejecutada completa el circuito legal iniciado con esa homologación.
Grassi S.A.: nueva etapa para el gigante agrícola
Desde el Grupo Grassi plantearon que el objetivo es que la Nueva Vicentin Argentina vuelva a ocupar un rol relevante dentro del complejo agroindustrial, con una mirada asociativa sobre la cadena agroexportadora.
"La etapa que comienza estará signada por el trabajo, el compromiso, la transparencia y el crecimiento", afirmó Mariano Grassi, quien aseguró que el grupo volcará sus capacidades junto a socios comerciales, trabajadores y comunidades vinculadas a cada unidad productiva.
Con la transferencia accionaria ya oficializada, el foco pasa ahora a la gestión operativa, el cumplimiento del cronograma concursal y la reconstrucción de la confianza con productores, proveedores y el sistema financiero, en un contexto en el que Vicentin vuelve a tener un único control empresario definido.
El campo, revolucionado por el caso Vicentin
El cierre del proceso concursal y la toma de control por parte del Grupo Grassi tiene un impacto político y económico que excede largamente a la propia Vicentin. El caso fue, desde el inicio, uno de los episodios más sensibles de la historia reciente del agro argentino, por el volumen de deuda involucrada, la cantidad de acreedores afectados —productores, cooperativas, bancos y proveedores— y por el rol estratégico de la compañía dentro del complejo exportador.
En términos políticos, el desenlace marca el fin de una de las mayores controversias empresariales del último lustro, que incluyó un fallido intento de intervención y expropiación por parte del Estado nacional en 2020, fuertes cruces entre oficialismo y oposición y un prolongado debate sobre el rol del sector público en el rescate de empresas privadas consideradas "estratégicas".
Desde el punto de vista económico, la resolución despeja una fuente persistente de incertidumbre para la cadena agroindustrial, especialmente en el norte santafesino, donde Vicentin tiene plantas clave. La continuidad operativa bajo un control empresario definido es leída en el mercado como un factor de estabilización, tanto para los flujos comerciales como para la relación con productores y contratistas.
Además, el hecho de que el control haya quedado en manos de un grupo local, de capitales argentinos, en un proceso donde también competían multinacionales del comercio global de granos, introduce un elemento relevante en la discusión sobre la configuración futura del negocio agroexportador y el equilibrio de poder dentro del sector.
Cómo Vicentin llegó al concurso y al cramdown
Vicentin ingresó en crisis a fines de 2019, cuando sorprendió al mercado al declarar la cesación de pagos, pocos meses después de haber mostrado niveles récord de facturación y volumen exportado. El default dejó al descubierto un pasivo multimillonario y una compleja trama financiera que involucró a bancos locales e internacionales, cooperativas y miles de productores.
En febrero de 2020, la empresa solicitó la apertura del concurso preventivo de acreedores, que rápidamente se convirtió en uno de los procesos judiciales más grandes y complejos de la historia argentina. A lo largo de los años siguientes, Vicentin no logró reunir los consensos necesarios para homologar su propuesta original, lo que derivó en sucesivas prórrogas, impugnaciones y una creciente pérdida de valor operativo.
Tras el fracaso del acuerdo preventivo, la Justicia habilitó el cramdown, un mecanismo excepcional que abrió la puerta a que terceros presentaran propuestas de rescate para evitar la quiebra. Ese proceso culminó con la adjudicación del control a Grassi S.A., cerrando una etapa que combinó colapso financiero, disputa judicial y alta exposición política.