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Efecto dólar electoral: el campo se sienta sobre la producción y las ventas a precio abierto son récord

Los ruralistas se muestran cautelosos a la espera de los comicios y las definiciones sobre la inflación, el tipo de cambio y el precio de los insumos
13/04/2015 - 15:30hs
Efecto dólar electoral: el campo se sienta sobre la producción y las ventas a precio abierto son récord

La semana pasada finalizó con fuertes bajas en las operaciones de soja, tanto en el Mercado de Chicago como en el plano local.

Según un informe de la Bolsa de Cereales de Rosario, "el rápido avance de la cosecha en la zona central del país acrecentó la actividad del mercado y profundizó las deficiencias de logística de transporte, enfrentándose enormes dificultades para asegurar las entregas y planificar los ingresos de mercadería a las plantas y terminales portuarias".

El reporte firmado por Julio Calzada y Guillermo Rossi subraya que "una particularidad que se observa este año con mayor preponderancia que en otros es la magnitud de operaciones sin precio firme, comúnmente denominadas 'a fijar'".

Para los investigadores, esta característica "permite delinear un escenario de mucha cautela entre los productores, a la espera de mayores certezas sobre la evolución de variables como la inflación, el tipo de cambio y el precio de los insumos, entre otras".

Desde la entidad rosarina pusieron como ejemplo que en la actual campaña, en el 75% de las compras realizadas por exportadores falta fijar el precio de la mercadería. "Este registro supera incluso el guarismo de 72% que se verificó en 2008/09, donde por factores climáticos hubo una pésima producción de soja, de 31 millones de toneladas", resaltaron.

Por su parte, las adquisiciones de las fábricas en la última semana fueron con precio "a fijar" en un 62%.

En total, el 69% de las compras realizadas en la semana 11 del ciclo sojero, de acuerdo a la Bolsa de Rosario, son bajo esta modalidad. "Se trata de una cifra récord para los últimos 12 años. Nunca antes durante este período hubo tanta mercadería adquirida con precios a fijar como en este año", indicaron en el informe.

En consecuencia, la relación de compras a precio firme respecto de las compras totales al cierre de la semana 11, se encuentra en un mínimo en el período analizado, ubicándose en el 31%. "No hay otro año en este período donde se haya comprado tan poca mercadería con precio firme, en términos porcentuales y respecto de las compras totales", aclararon.

"En los últimos 12 años no se observan otras dos campañas como la actual y la precedente (2013/14) con tan poca mercadería comprada respecto de la producción", destacaron desde la entidad de Rosario y sentenciaron: "En los dos últimos años el ritmo de compras viene muy lento, lo cual es un indicador de la mayor retención del poroto a la espera de mejores precios".

Los investigadores estiman que los precios actuales, que rondan los $1.850 por tonelada, no resultan atractivos para los productores, y existe una preferencia por esperar o vender a fijar para lograr más adelante un valor más beneficioso.

"En un año eleccionario y con tipo de cambio oficial 'algo anclado', numerosos operadores esperan los resultados de las elecciones nacionales y del nuevo plan económico que podrían llegar a instrumentar las autoridades nacionales electas. Hay operadores tentados a retener la mercadería hasta finales de año a la espera de poder ver con claridad la nueva política cambiaria del gobierno o la posible continuidad del régimen actual", definió el informe publicado la semana pasada.

El país, más vulnerable ante crisis externas

Hubo dos escudos que habían permitido que la economía doméstica creciera a tasas chinas durante el primer tramo de la era kirchnerista, pasaron a exhibir grietas cada vez más profundas:

  • 1.- Brasil

El principal socio comercial, que está transitando una crisis política que amenaza con socavar las bases del poder de Dilma Rousseff, ve cómo se está enfriando su economía, mientras el real está tocando su valor más bajo en once años.

La consecuencia para la Argentina es una menor competitividad de los productos nacionales, una mayor presión importadora y una ralentización de los proyectos de inversión hacia el país por la desventaja cambiaria.

Todo esto se traduce en mayores presiones al BCRA y pone en riesgo su política de micro-devaluaciones.

  • 2.- Soja.

El precio de la soja no detiene su caída, tras haber acumulado una contracción del 35% en los últimos doce meses.

El Gobierno enfrenta dos problemas: por un lado, la menor cotización de la oleaginosa -que arrastra a otros granos-, está reduciendo el valor de la nueva cosecha, pese al récord en toneladas que se espera.

Por otro, la combinación de menores precios y atraso cambiario deriva en una creciente "encanutamiento" por parte de productores, un comportamiento que va en la dirección opuesta a las necesidades que tiene el Gobierno de hacerse de divisas.

La soja: precio bajo y "encanutamiento"

Para agravar aún más el panorama, el Central suma otro capítulo con la evolución del precio de la soja, que viene en baja.

Pero no es el único grano que retrocedió: el trigo hoy cuesta un 25% menos que en el mismo período del año pasado. El maíz, el segundo mayor cultivo en volumen, viene de registrar una merma del 21%. Entre las razones que explican estas caídas se encuentra la fuerte cosecha que se espera para este año a nivel global, lo que incrementará los stocks.

A esto se sumó, según Ecolatina, "un fortalecimiento del dólar a nivel global, impulsando a la baja el precio de los demás activos financieros". "De modo que, mientras que la divisa norteamericana siga recobrando vigor, el precio de las materias primas difícilmente reviertan su caída", completaron.

Desde Fundación Mediterránea manejan un escenario base de exportaciones del mercado de granos con una caída del 12% frente a 2014 que, a su vez equivaldría, a u$s3.500 millones menos en concepto de ingreso de divisas, tal como se observa en el siguiente cuadro:

Para el consultor Salvador Di Stefano, "por la fuerte baja en el precio de la soja, estamos más para un efecto pobreza que riqueza", debido a su impacto en las economías regionales.

Al problema del menor valor de la cosecha se suma el creciente componente especulativo por parte de los productores que, ante el avance de las tensiones cambiarias y la perspectiva de una aceleración en la corrección del valor del dólar a futuro, hoy tienen más incentivos para sentarse sobre la producción.

"La permanencia de un tipo de cambio atrasado y de cotizaciones poco atractivas, llevan a considerar que continuarán altas las tenencias de soja en manos de actores de la cadena", sostuvo el economista Juan Manuel Garzón, del IERAL.

Este comportamiento, de hecho, ya lo está sintiendo en carne propia el BCRA, que semana tras semana recibe cada vez menos dólares en concepto de exportaciones del complejo granario.

La propia Presidenta, en su discurso en el Congreso, se quejó de que desde el agro "no nos liquidan nada", al tiempo que dejó flotando una frase que algunos dirigentes rurales la tomaron como una advertencia: "No importa, ya van a liquidar".

El propio ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, sumó su voz al reclamo al advertir que los productores tienen "amarrocadas" unas "10 millones de toneladas de granos en silobolsas".

Y las medidas oficiales para hacer frente a los comportamientos especulativos, no se hicieron esperar.

Por lo pronto, la AFIP determinó que será obligatorio el registro de toda venta de silobolsas, a través del envío electrónico de datos, y de cada contrato y operación de compraventa de granos que no tengan por destino la siembra.

Paralelamente, el Gobierno avanza en segmentar las retenciones y darle un 100% de reintegro a los ruralistas que produzcan menos de 600 toneladas.

Según la Bolsa de Cereales, habría cerca de 57.000 productores en esa situación, el 81% del total. Sin embargo, este grupo es responsable de generar menos del 25% de la cosecha.

El problema es que la desconfianza hacia el Gobierno está instalada y nadie tiene garantías de que vaya a cumplir con lo pactado.

Sucede que viene de no respetar varios acuerdos que impliquen desprenderse de fondos, lo que afecta a seriamente a las automotrices y a las empresas de electrónica.

Por otro, mantiene una deuda millonaria con empresas que venden sus productos al mundo, ya que frenó el pago de reintegros a las exportaciones.

Según Boggiano, en momentos en que el país está "alejado de los mercados internacionales y con escasas posibilidades de financiación, el ingreso de divisas por comercio exterior es central", de modo que la debilidad, tanto del real como de la soja, juegan en sentido totalmente contrario.

La Cámara de Exportadores advirtió que este nuevo escenario podría llevar a que las ventas al mundo caigan este año hasta los u$s63.000 millones, lo que marcaría una estrepitosa baja de u$s21.000 millones frente al récord de 2011 y el peor registro desde 2009.

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