Pese a los veedores del Gobierno en el BCRA, Sturzenegger confía en mantener su "mayoría automática"
Los elegidos por el Gobierno para completar el directorio del Banco Central no tendrán una tarea sencilla a la hora de tratar de imponer sus visiones de la política monetaria y cambiaria.
Se sabe que tanto Marina Dal Poggetto como Guillermo Nielsen traerán nuevos aires a Reconquista 266 y serán los dos primeros funcionarios del Central que no llegan con el aval explícito de Federico Sturzenegger.
Tal como adelantó iProfesional, la iniciativa corrió por cuenta de la Jefatura de Gabinete, más específicamente la dupla Gustavo Lopetegui-Mario Quintana. La idea es "marcarle la cancha" a Sturzenegger con dos directores que públicamente tienen diferencias con las voces dominantes en la entidad.
Recientemente, Nielsen criticó cómo el Central manejó la corrida pre electoral mientras que Dal Poggetto siempre dijo que las metas de inflación eran muy ambiciosas y que eso fue un error ya que no se cumplirán.
La disidencia en el Central sería una novedad. Actualmente, se escucha en los pasillos de la entidad, hay una uniformidad de voces. Rara vez hay alguna voz discordante en las reuniones de directorio y cuando eso sucede, esa persona queda automáticamente en desventaja numérica ante el resto de los funcionarios que responden cien por ciento a Sturzenegger.
El último que se opuso a decisiones que tomaba el círculo íntimo del titular del banco fue el eyectado director kirchnerista, Pedro Biscay. Fuera de eso, nadie intenta si quiera deslizar alguna disidencia menor.
"Las políticas las define Federico y su mesa chica y el resto acompaña. Estos directores, que son brillantes economistas, tienen la camiseta demasiado puesta. Entonces no hay margen para el debate porque todos piensan igual que el jefe y si uno intenta cuestionar algo, rápidamente es descalificado por los hombres más allegados a Sturzenegger", reconocía ante iProfesional una fuente cercana al directorio.
¿Cómo será entonces la injerencia que puedan tener Dal Poggetto y Nielsen? Quienes conocen a ambos y al mismo tiempo saben cómo es el proceso de decisiones en el Central, dicen que están condenados a no mover el amperímetro.
Si bien aún no descartan que alguno de los nuevos directores pueda formar parte del estratégico Consejo de Política Monetaria donde un puñado de hombres leales a Sturzenegger "debaten" acerca de hacia dónde tienen que ir las tasas de interés en la Argentina. Pero la inclusión de una persona más no cambiaría la mayoría automática que tiene Sturzenegger.
Además del número uno del Central, este comité está formado por su círculo íntimo: el vicepresidente Lucas Llach, el vice segundo Demian Reidel, el gerente general Mariano Flores Vidal, el subgerente general de Operaciones Agustín Collazo y Pablo Neumeyer (Subgerente General de Investigaciones Económicas).
Todo sucede dos martes por mes en una sala del tercer piso de la entidad. "No hay nada que una voz que no opine igual pueda hacer. Porque el resto ya tiene su opinión formada y no hay margen para debatir. Se hace lo que quiere Federico y sus hombres de confianza", reseña otra fuente de la entidad.
Tampoco pareciera, entonces, que puedan torcer alguna decisión en el directorio de la entidad, donde aparecen a jugar otros hombres más en la mesa pero mucho menos gravitantes. Entre ellos Pablo Curat (que llegó al Central de la mano de Alfonso Prat Gay), Francisco Gismondi (ex Fundación Pensar), Horacio Liendo (el virtual asesor legal del banco), Enrique Szewach (quien reemplazó a Biscay y tiene muy buena relación con Sturzenegger) y Fabián Zampone.
"En las reuniones de directorio de los jueves tampoco hay chances de revertir alguna medida o norma, porque otra vez hay mayoría automática en la toma de decisiones. Las abstenciones son incluso poco frecuentes y el único que votó en contra alguna vez fue Biscay. Pero los temas llegan a las reuniones ya cocinados desde lo más alto, con lo cual quienes no participan de la mesa chica de Sturzenegger tienen poco para decir porque les llegan con el paquete cerrado", confiaba otra fuente con llegada a estas cuestiones.
"Igualmente todos saben qué rol juegan, en el caso de la mayoría de los directores, queda implícito que tienen que tirar todos para el mismo lado", agrega.
Así las cosas, para los conocedores de los pasillos en Reconquista 266 la ilusión del Gobierno de colocarle dos personas que puedan tener una visión "más política" en el Central no alcanzará para modificar lo que en algunos sectores del Gobierno, molesta.
Para que el "lobby" de la Jefatura de Gabinete tenga efecto sobre las decisiones de Sturzenegger, los funcionarios "ajenos" tendrían que ser más que tan sólo dos. Pero, por lo menos, se entusiasman en que habrá más discusión.
"Dal Poggetto no se calla nada, es una economista muy enérgica que no se va a dejar callar. Y además es muy respetada en el mercado. Pero vamos a ver cómo choca con los más leales a Federico cuando opine distinto en las cuestiones de política monetaria, diferencias que ya son públicas", señalaba alguien cercano a la ex socia y directora de Estudio Bein.
Algunos esperan más que interesantes rounds verbales entre Dal Poggetto y los fieles a Sturzenegger. Se desconoce cómo podría moverse en ese esquema Nielsen, alguien que -comentan en el Central- tienen muy pocas referencias.
Lo cierto es que en el banco, más allá de esta movida de la dupla Lopetegui-Quintana que logró convencer a Mauricio Macri de la necesidad de sumar otra clase de funcionarios, sigue fortaleciéndose.
La relación entre el Palacio de Hacienda y Sturzenegger es -cuentan desde ambos organismos- "excelente". "Dujovne valora mucho lo que hace Federico y eso se transmite en la relación que tienen los emisarios de Hacienda en el banco", relatan.
De hecho, sobran las anécdotas de la "buena onda" que hay en las reuniones de todos los martes entre el jefe de asesores de Dujovne, Guido Sandleris (otro Di Tella boy) y los directores del Central.
Allí se habla de la marcha de la economía y se cotejan datos y pronósticos que Hacienda y el Central elaboran por separado. "Es indiscutida la química que hay entre Hacienda y BCRA ahora", afirman fuentes, algo que no sucedía cuando estaba Prat Gay y el emisario era Vladimir Werning (actual jefe de asesores de Jefatura de Gabinete).
Por ahora no peligra la independencia del Central del poder político. Algo que podría hacer mella en la credibilidad que tienen en el mercado para domesticar el dólar y bajar la inflación.
Pero en un equipo de "estrellas" donde los egos juegan un rol no menor, la intromisión sin consulta previa de dos nuevos funcionarios es un desafío para Sturzenegger y su mesa chica que, por ahora, no mostró signos de haber acusado impacto de estos nuevos perfiles que ingresarán a la entidad.