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Endeudamiento: por qué en la City porteña aún no hay temor por la "lluvia" de bonos de la era Macri

Cristina Kirchner enfoca su campaña a lanzar dardos por el endeudamiento del Gobierno. Con el debate lanzado. ¿Cuál es el nivel de deuda tolerable?
04/10/2017 - 11:09hs
Endeudamiento: por qué en la City porteña aún no hay temor por la "lluvia" de bonos de la era Macri

"El único que trabaja es el ministro de Finanzas, Luis Caputo, que está todo el día emitiendo deuda". 

Con esa chicana de campaña lanzada por Cristina Fernández de Kirchner, el tema del endeudamiento volvió a quedar en el centro del debate.

Así, la ex mandataria advierte sobre los riesgos que trae la megaemisión de bonos, sustentada en las críticas que se escuchan tanto de economistas afines como también de aquellos que no comulgan con el kirchnerismo.

El mediático José Luis Espert es uno de los que vienen alertando sobre los peligros de una "bola de nieve" y compara lo que sucede ahora con lo ocurrido en 2001.   

Otro economista, de más bajo perfil  como Ricardo López Murphy, también hace oír sus advertencias sobre la inviabilidad de mantener el actual ritmo por mucho tiempo. 

Sin embargo, este tipo de avisos no están siendo recepcionados en la City, al menos por ahora. 

La creencia es que todavía no se ha llegado al punto crítico y que lo que se observa es una suerte "puesta al día", luego de años en los que el país se mantuvo alejado de los mercados internacionales. 

En el mundo de los financistas, la Argentina sigue siendo una plaza muy codiciada: los bonos albicelestes aún rinden mucho más que los de la región, pese a la baja del riesgo país y, por ende, del costo del fondeo. 

Así, el gobierno de Macri sigue colocando deuda en el circuito y el mercado está comprándosela a una tasa nada despreciable. 

Radiografía

Hace poco, el Ministerio de Finanzas informó que el endeudamiento total escaló a los u$s284.800 millones al término del primer trimestre (20% más que hace un año). 

-¿Mucho o poco? Por lo pronto, esa cifra equivale al 51% del PBI y aún se ubica por debajo del 54% de fines de 2016 y del 54% de 2015, cuando todavía no se había acordado con los holdouts

Del total de esa deuda:

- El 50% son bonos, préstamos y anticipos al sector público

- El 40% está en manos del sector privado

- El 9%, en organismos internacionales de crédito

- El 1%, entre quienes no entraron al canje y siguen en litigio

- El 68% está emitida en moneda extranjera y el resto (32%) en pesos.

¿Cuánto es mucho?En general, analistas consultados sostienen que si se mide la deuda local con respecto a la de otros países, la "foto" actual aún no es preocupante.

lo será si se continúa con la toma de compromisos para cubrir el déficit estatal durante años y años. 

Quantum Finanzas, la consultora del ex secretario de Finanzas, Daniel Marx, lo ejemplifica comparando la situación argentina con la del "vecindario":

- En Brasil, escala al 80% del PBI

- En Uruguay se ubica en el 62%

- En la Argentina, en el 51% 

- En la parte inferior de la tabla aparecen Bolivia (42,5%), Perú (26%), Paraguay (26%) y Chile (25%). 

¿Qué pasa con el costo de ese financiamiento? Según IDESA, el stock de deuda pública, en términos de PBI, ascenderá hacia fin de año:

- En Chile, al 25%

- En Perú, al 26% 

El costo de financiar esa deuda será del 0,4% y del 1,2% del PBI respectivamente.

En Argentina, los intereses que habrá que pagar insumirán algo más: el 1,8%, sólo si se considera la deuda contraída con privados y organismos del exterior.

"Estos datos muestran que el nivel de endeudamiento con privados y con organismos internacionales es similar al de los países más dinámicos de la región, pero su costo es sustancialmente más alto", afirman en IDESA.

La consultora señala que los intereses que paga el Estado (en relación con el PBI) son 50% más elevados que los que debe afrontar Perú y 4,5 veces mayores a los que abona Chile.

Especifica que estas diferencias son producto de las mayores tasas que debe convalidar Argentina por un pasado que no le juega a favor, por un lado, y por la incertidumbre que existe sobre su futuro, por otro.

Además, "el mercado toma en cuenta que no se está contrayendo deuda para financiar inversiones" sino, más bien, "para sostener un gasto corriente desbordado, que no llega a cubrirse aun con la alta presión impositiva", expresan desde IDESA.

De cara a lo que viene, en la City creen que la agenda de vencimientos será "intensa" pero no imposible de afrontar. 

¿De cuánto se está hablando? En Quantum ponen cifras al asunto en lo que respecta a capital más intereses:

- Período 2018-2022: el equivalente a u$s18.000 millones anuales, de los cuales el 70% será en moneda extranjera. 

- Esto, sin considerar vencimientos de Letes (stock de u$s24.300 millones) ni eventuales pagos del cupón PBI. En tanto, se excluye la deuda en manos del sector público (Banco Central y FGS). 

El déficit, la clave a seguir de cercaLa dinámica de la deuda está íntimamente relacionada con la evolución del agujero en las cuentas públicas.

Ante las críticas que genera el alto endeudamiento, desde Casa Rosada tienen bien aceitada la respuesta: "La baja del déficit la estamos haciendo de modo gradual. Y sólo hay dos formas de cubrirlo: tomando créditos o emitiendo". 

"Nosotros elegimos el primer camino, ya que el segundo significaría más inflación, que es lo que buscamos combatir", indican.

"Además, los que quieren que tomemos menos deuda deberían explicar que eso significa un ajuste mucho más fuerte del gasto, quitar más rápidos los subsidios o reducir la asistencia social", enfatizan.

En ese sentido, insisten en que la apuesta es a ir achicando el rojo fiscal de manera gradual y que no hay forma de transitar este camino si no es recurriendo al crédito.

Luis Caputo, ministro de Finanzas, adelantó la "hoja de ruta" que tienen trazada en el Gobierno.

La previsión es que en 2020 el rojo fiscal será eliminado, por lo que en ese momento comenzará un proceso de reducción del pasivo público.

"La deuda neta se va a estabilizar en 2020. De ahí en más comenzará a descender", consigna Caputo.

Bajo la "promesa oficial" de que una vez que se equilibren las cuentas del Estado la deuda irá bajando en términos de PBI, los analistas ya no miran tanto la "foto" sino más bien "la película".

Miguel Zielonka, de Econviews, comparte a iProfesional sus proyecciones: se ubicará en el 27% del PBI hacia fin de año (descontando la tenencia de bonos por parte del sector público).

Para convertir esta "foto" en "película", hay que agregarle las necesidades de financiamiento de cada año, atadas a sus correspondientes tasas de interés.

Así, ese 27% va creciendo progresivamente hasta llegar al 32% (siempre excluyendo los pasivos intra-sector público), en los próximos tres años.

¿Es para preocuparse? Zielonka afirma que, en términos relativos, "es razonable y tolerable". 

"Creo que es sostenible, siempre y cuando el Gobierno cumpla con ir bajando el déficit. Es decir, siempre que logren las metas fiscales", indica. 

En la misma línea, Rodrigo Álvarez, director de Analytica, afirma a iProfesional que la trayectoria de la deuda no le preocupa: "Me interesa la tendencia más que otra cosa. Y en esto el déficit es clave".

"Al analizar cómo salieron de sus crisis los países desarrollados, se ve que se acelera el gasto y eso eleva el déficit. Cuando la economía tracciona, ese déficit se recorta. Si el Gobierno cumple su reforma fiscal, pasará lo mismo", explica Álvarez. 

De todas formas, la estrategia oficial -si bien luce acertada para la mayoría de los economistas- conlleva sus riesgos, vinculados más que nada a cambios que puedan ocurrir en el contexto externo.

Caputo no puede, como sí lo hace Brasil, financiarse internamente, porque el mercado de capitales argentino es muy chico. 

Así, la dependencia de los flujos de capitales externos y el humor de inversores le añaden mayor vulnerabilidad al país. 

"Eso se puede mitigar estirando plazos de financiamiento o diversificando un poco más por monedas. Pero, para depender menos, se requiere de un mercado local más grande, que también será un proceso gradual", dice Zielonka

"Hasta que eso se concrete, la dependencia al crédito externo se mantendrá", advierte.

El director de Analytica señala que las crisis en Argentina suelen ocurrir cuando comienzan a escasear los dólares: "La pregunta que uno debe hacerse es si el país será eficiente y productivo a largo plazo como para amortiguar los costos del presente". 

"El proceso de construcción es lento, se logra con reformas estructurales. Hoy en día, el Estado gasta en pesos y se endeuda en dólares, mientras que el Banco Central tiene que retirar esos pesos a un costo muy alto", afirma. 

"Hay un esquema de optimización posible en el que ese circuito se resuelve con financiamiento externo", indica Álvarez. 

La discusión por la deuda, de todas formas, tiene numerosas aristas. 

Si bien el macrismo emitió por casi u$s100.000 millones desde que asumió el poder, lo cierto es que los analistas tienen más en cuenta la tendencia.

Según Caputo, en 2020 las cuentas del Estado estarán en orden, el país seguirá creciendo y el nivel de compromisos comenzará a bajar.

Sólo el tiempo dirá si todo eso se cumple. Mientras tanto, habrá que transitar un camino gradualista, cruzar los dedos para que el mundo no se sumerja en ninguna crisis y que siga aportando dólares. En lo posible, baratos.