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El submarino del tipo TR1700 fue construido en Alemania y se le realizó un mantenimiento de "media vida" del que egresó en 2014 
17/11/2017 - 22:33hs

El submarino ARA San Juan que perdió contacto con la Armada Argentina hace dos días, es un buque de ataque construido en Alemania que está al servicio del país desde 1985, cuando comenzó con pruebas de mar para abocarse luego a operaciones navales en aguas del Caribe, Atlántico Norte y ejercicios desde su apostadero en la Base Naval de Mar del Plata.

Concebido para ataque contra fuerzas de superficie, submarinos, tráfico mercante y operaciones de minado, la nave es de propulsión diésel eléctrica convencional y sistema snorkel, tiene 66 metros de eslora y siete metros y medio de manga (ancho).

Fue construido en el astillero alemán Thyssen Nordseewerke de Edem, desde donde partió para ser recibido por la Armada Argentina en diciembre de 1985. Tiene un gemelo, el ARA Santa Cruz, también construido en Alemania. El contrato con el país europeo incluía construir cuatro unidades adicionales en Argentina, pero los vaivenes políticos y económicos impidieron su concreción.

En 2008 ingresó en una "reparación de media vida", por lo que fue sometido a dos años de trabajos de ingeniería en las instalaciones del Complejo Industrial Naval Argentino (Cinar), donde para el recambio de los motores fue necesario cortar el casco de la embarcación por la mitad con oxigeno-acetileno y separarlo en dos partes. Las reparaciones se completaron en 2014, cuando finalmente volvió a la navegación.

Se reemplazaron los cuatro motores diésel MTU de 16 cilindros en V y 1200 Kw de potencia (1610 CV), que mueven una igual cantidades de alternadores de 4000 amperes, según información del astillero Tandanor.

Corte esquemático. Ilustración de Adrián Dueñas.

Los motores eléctricos responsables del movimiento de la hélice recibieron un mantenimiento integral -que incluyó su desarmado completo, limpieza, medido, calibrado y posterior rearmado- con un reemplazo de los montajes que amortiguan la vibración.

También se le realizó un replacado y la reparación integral de cada una de las 960 baterías que hacen funcionar al submarino y se repararon las válvulas y demás mecanismos.

La tarea de volver a unir el submarino, que se realizó a fines de 2011, entrañó complejidades desde el punto de vista técnico: no podía haber ningún error que comprometiera la vida y la seguridad de los tripulantes del buque.