Cada vez que se forma una cola en el supermercado, la fila de al lado parecerá siempre que va más rápido. Pero la ciencia que descubrió que –a pesar de esa percepción– lo mejor es vencer el instinto y permanecer en el mismo lugar.

Ryan Buell, investigador de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, condujo un estudio aún no publicado que analiza la dinámica de las colas.

De acuerdo con sus hallazgos, las personas que están en el último lugar de la fila son cuatro veces más propensas a abandonarla y dos veces más a cambiarse a otra.

No obstante, cambiar de fila no asegura ningún beneficio y ser el último tampoco cambia la velocidad a la que avanza la fila.

De todas formas, debido a la aversión que tienen los seres humanos a ser los últimos, la gente tiende a no ocupar ese lugar.

Para realizar el estudio, Buell elaboró un sondeo online que demoraba cinco minutos en completarse, aunque en realidad se terminaba en 60 segundos. Para llenarlo, los participantes formaban una fila virtual donde tenían varias opciones: esperar, moverse a otra fila o cancelar la operación.

El 20% de los participantes se cambió de cola, pero tuvieron que esperar más en promedio. Quienes cambiaron más de una vez, la espera fue todavía más larga.

De acuerdo con el investigador, el problema reside en que luego de haber tomado la primera decisión racional (ir a la fila más corta), el temor a ser los últimos de la fila lleva a cambiarse nuevamente, a pesar de no contar con la iformación necesaria para saber qué cola es la más rápida.

Para evitarlo, Buell recomienda conversar con la persona que espera delante para que el tiempo pase más rápido o bien no mirar atrás.

Otros trucos los ofrece la organización estadounidense Desmos, que promueve la pasión por las matemáticas:

- Elegir la fila de la izquierda, porque como la mayoría de la gente es diestra, tiende a irse hacia la fila de la derecha.

- En el supermercado, hay que ir a la cola que tiene más de un cajero, ya que avanzará más rápido.