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Cuatro años después del cambio de consejero delegado, el gigante tecnológico de Seattle cotiza en máximos históricos             
11/02/2018 - 12:44hs

Satya Nadella (en la foto) emigró desde Hyderabad (India) a Estados Unidos para cursar sus estudios en Ciencias de la Computación.  Tras terminar un máster y trabajar para un proveedor ISV y para Sun Microsystems durante un tiempo, se incorporó a Microsoft en el año 1992.

Cuatro años después del cambio de consejero delegado, el gigante tecnológico de Seattle cotiza en máximos históricos, crece en ingresos a buen ritmo y ha conseguido devolver a la plantilla la ilusión de los viejos tiempos.

"Ocaso de la era de los PC". Hace muchos años que se habla de ello y, sin embargo, todos seguimos utilizando PC. Pero ahora también usamos un teléfono conectado, un e-reader, una tableta y puede que algún que otro wearable.

El 4 de febrero de 2014, Satya Nadella relevó a Steve Ballmer al frente de Microsoft, la compañía que había llevado la informática a todos los hogares. Pero cuatro décadas después, otras tecnológicas como Google y Apple amenazaban de muerte su supervivencia a medio plazo.

A los ojos de muchos de los empleados de la propia Microsoft, Nadella, un hombre de la confianza de Steve Ballmer y Bill Gates, no parecía reunir la audacia y la valentía para dar el vuelco que necesitaba la empresa de Windows. Pero sus primeras decisiones dejaron poco lugar a las dudas: Microsoft pronto se transformaría en una empresa de movilidad y cloud, señala Expansión.

Cuatro años después, el gigante de Seattle cotiza en máximos históricos, con una capitalización que ronda los 700.000 millones de dólares. En el último trimestre, la compañía habría ganado 7.498 millones de dólares -un 19,6% más que un año antes-, de no ser por el impacto de la reforma fiscal de Trump.

Los ingresos en la recta final de 2017 fueron de 28.920 millones de dólares, lo que supone un crecimiento del 12%. Hace exactamente cuatro años, Microsoft generó en ese mismo trimestre una facturación de 24.520 millones de dólares.

Lo primero que Nadella quiso cambiar en Microsoft fue la cultura corporativa. La desilusión y el desencanto se habían adueñado de muchos de los empleados de una compañía que, en otros tiempos, había marcado la innovación tecnológica mundial.

Para ello, puso en marcha encuestas anónimas, instó a los empleados a que enviaran ideas y propuestas, organizó varios hackathones, fomentó un mayor debate en las reuniones, y realizó cambios de calado en el organigrama, creando una alta dirección más diversa.

Otro de los grandes cambios que el nombramiento de Nadella propició en Microsoft fue una mayor apertura y la preferencia por las alianzas estratégicas con rivales históricos sobre los litigios legales.

Empezando por Apple. Una anécdota reveladora fue la participación del propio Nadella en una conferencia de ventas de Salesforce. Ante una audiencia sorprendida y un silencio abrumador, se sacó un iPhone del bolsillo y mostró a la audiencia las versiones para iOS de Word, Excel, PowerPoint, Skype... Poco después, Microsoft y Apple trabajarían juntas para desarrollar una edición de Office 365 para su nuevo iPad Pro.

Otro de sus clásicos archirrivales es Red Hat, una plataforma de Linux que compite con Windows. Hoy, las empresas desarrolladas sobre Red Hat pueden utilizar la nube Azure de Microsoft. Asimismo, Satya Nadella es amigo personal del consejero delegado de Google, Sundar Pichai, lo que sin duda ha ayudado a limar asperezas entre estas dos firmas.

"En los años noventa, Microsoft se granjeó la reputación de ser un socio difícil, por decirlo suavemente (...). El Gobierno tomó medidas, el panorama competitivo cambió y hoy nuestra misión y cultura son diferentes", postula Nadella en su libro Pulsa actualizar.

"Para que Microsoft conduzca con éxito esa transformación digital harán falta colaboraciones, inversiones y adquisiciones nuevas, sorprendentes y poco tradicionales", defiende Nadella. Bajo su mandato, la compañía ha realizado su compra más cuantiosa, LinkedIn, por la que pagó unos 25.000 millones de euros. También ha adquirido Mojang, la empresa creadora del videojuego Minecraft, y se especula sobre su interés en hacerse con Electronic Arts.

Todos estos movimientos y la férrea apuesta por el cloud -Office 365 y Azure- y por la realidad aumentada -HoloLens- han contribuido a reducir la dependencia de Microsoft de las ventas de Windows. A pesar de ello, Windows 10, concebido como un sistema ubicuo, es ya la versión de mayor éxito de su historia.

Satya Nadella reconoce el fracaso de la adquisición de Nokia, anterior a su mandato. Además del elevado importe de la adquisición -5.440 millones de euros-, la incapacidad de crear una alternativa sólida a Android e iOS en el mercado móvil acabó llevando a Microsoft a eliminar 18.000 puestos de trabajo.

"Era demasiado tarde para recuperar el terreno que habíamos perdido", constata Nadella. Y revela una anécdota reveladora sobre su visión de la industria tecnológica: "Durante el verano de 2013, mientras se seguía negociando comprar la totalidad de Nokia, Steve Ballmer pidió a su equipo de dirección, sus informadores directos, que votaran sí o no sobre aquella operación.

Quería una votación pública para ver dónde estaba el equipo en relación con aquella cuestión. Yo voté 'no'. Aunque respetaba a Steve y entendía la lógica de incrementar nuestra cuota de mercado para construir un tercer ecosistema creíble, no conseguía entender por qué necesitaba el mundo un tercer ecosistema de teléfonos si no cambiábamos las reglas".

Nadella reconoce algunos de los errores cometidos por Microsoft, y no únicamente en relación con la compra de Nokia. "Teníamos una tableta antes del iPad; habíamos avanzado mucho en nuestro camino hacia un e-reader antes de Kindle. Pero en algunos casos nuestro software iba por delante de los componentes clave indispensables para el éxito, como el hardware de pantalla táctil o la conectividad de banda ancha.

En otros casos, carecimos totalmente del design thinking para poder comercializar una solución completa. También sufrimos de cierto exceso de confianza en nuestra capacidad de seguir muy de cerca a la competencia (...). Hemos aprendido de todo ello", asegura.

Hoy, Microsoft afronta nuevos y complejos desafíos. Quizás el más inmediato sea el de la privacidad de los datos. A largo plazo, Nadella mira más allá de la nube y centra su atención en tres campos: la realidad mixta, la inteligencia artificial y la computación cuántica. "La realidad mixta va a convertirse en una herramienta esencial en la medicina, la educación y la producción industrial.

La inteligencia artificial contribuirá a prevenir crisis como la epidemia del virus Zika y nos ayudará a centrar nuestro tiempo y atención en las cosas que más importan. La computación cuántica nos aportará el poder computacional para curar el cáncer y para tratar de manera eficaz el calentamiento del planeta", visualiza en su libro.

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