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El dí­a que Coca Cola cometió el error más grave de su historia: copiar el sabor de la Pepsi

Cuando la gaseosa más popular del mundo cambió la fórmula, algunos incluso compararon la alteración con escupir en la bandera  
04/04/2018 - 17:40hs
El dí­a que Coca Cola cometió el error más grave de su historia: copiar el sabor de la Pepsi

A mediados de la década de los 80, Coca Cola estuvo a punto de suicidarse con una decisión que pasó a formar parte del temario en muchas universidades y escuelas de negocio. Cambiaron su fórmula "mágica".

En 1974, el departamento de marketing de Pepsi lanza una serie de stands bajo el nombre de Pepsi Challenge en muchos centros comerciales repartidos por Estados Unidos. Al público se le regalaba dos latas de refrescos. Cada participante estaba invitado a probar ambos sin marcar e indicar su preferencia.

Aunque las estadí­sticas variaron según la región, los "catadores" en general señalaron la Pepsi aproximadamente un 13% más a menudo. Coca Cola desestimó estas pruebas alegando su visión poco cientí­fica, pero cuando reprodujeron el experimento de forma interna obtuvieron los mismos resultados. Entonces sí­, comenzó a sentir cierta angustia.

Pepsi Challenge supuso la lenta escalada de Pepsi, recortando poco a poco clientes que antes eran de Coca Cola. Su dominación se tradujo en la industria en millones de dólares. A pesar de gastar más que Pepsi, casi u$s100 millones anuales, la participación de mercado de Coca Cola cayó del 60% al 23%. 

Sin embargo, nadie fue capaz de anticipar que Coca Cola serí­a lo suficientemente temeraria como para abandonar su centenaria receta de más de u$s5.000 millones anuales, uno de los productos más rentables de la historia, para acercarla al sabor de la competencia.

New Coke, o cómo dispararte en el pie
Hacia 1985, el entonces CEO de Coca Cola, Roberto Goizueta, dio un giro inesperado, tanto, que incluso muchos en la propia empresa no acababan de creérselo.

A los quí­micos que trabajan en el laboratorio de la compañí­a se les ordenó reconfigurar y variar ligeramente el misterioso Merchandise 100X, el famoso cóctel secreto del refresco, es decir, extracto de hoja de coca, extracto de nuez de cola, vainilla, aceites cí­tricos, canela, cilantro, nuez moscada y otros condimentos (fórmula mágica).

La compañí­a también optó por abandonar por completo el azúcar convencional a favor del jarabe de maí­z con alto contenido de fructosa (JMAF), una alternativa fácil de manipular pero antinatural que darí­a a las "nuevas" colas una vida mucho más larga.

El uso de JMAF también redujo los costes de producción, ya que los productos de maí­z son artificialmente baratos en Estados Unidos debido a los subsidios agrí­colas (en cambio, el azúcar era desproporcionadamente caro debido a los aranceles de importación).

Bien, una vez que los quí­micos entregaron estas colas atí­picas, se realizaron varias pruebas internas de sabor a ciegas. En ellas ganó aproximadamente un 9% más a menudo que la Pepsi, y aproximadamente un 21% más que la receta original de Coca Cola.

Cuando se preguntó a los participantes si beberí­an Coca Cola si se modificara para usar esta nueva fórmula, la mayorí­a respondió positivamente.

Sin embargo, alrededor del 10% de los voluntarios, incluso algunos que prefirieron el nuevo sabor en las pruebas a ciegas, se mostraron contrariados y hostiles a la idea.

Estaban asombrados de que el gigante tuviese la sola idea de juguetear con la bebida con la que se habí­a ganado un paí­s. Dicha indignación fue tan grande que ejerció una presión indirecta entre los grupos de prueba, contaminando así­ los resultados finales, por lo que los experimentadores de Coca Cola lo detectaron y corrigieron el efecto rápidamente.

Tras varios millones de inversión y todo tipo de pruebas de campo, Goizueta estaba convencido de que Merchandise 7X-100 era la fórmula que habí­an estado buscando.

"El nuevo sabor de Coca Cola" estaba programado para lanzarse sin que los desprevenidos ciudadanos lo supieran, serí­a el 23 de abril de 1985. En la ví­spera de ese fatí­dico anuncio, los funcionarios de Coca Cola se reunieron con sus embotelladores en una reunión privada.

Revelaron su intención de hacer el primer gran cambio en la fórmula desde que se eliminó la cocaí­na cambiando las hojas de coca "seca" a comienzos de 1900. Pocos sabí­an que los funcionarios de Pepsi conocí­an sus planes y ya estaban orquestando un contraataque.

El dí­a del anuncio, Goizueta y el presidente de Coca-Cola, Donald Keough, se sentaron frente a un nutrido grupo de reporteros con las latas de refresco rediseñadas, tení­an la "new Coke", con un sabor "más dulce y suave".

Sin que Goizueta y Keough lo supieran, los informantes de Pepsi habí­an avisado a algunos miembros de la prensa y les habí­an dado información con preguntas que pusieron en serios aprietos a ambos ejecutivos.

Esa misma mañana, muchos ya sabí­an del anuncio de Coca Cola gracias a periódicos como el New York Times, donde Pepsi se anunciaba a página completa declarando su victoria en la guerra de las colas. Otros anuncios de la competencia hací­an mucho más daño. Pepsi llegó a utilizar el slogan: "Coca Cola cambia su sabor por el de Pepsi".

¿Qué ocurrió? Las primeras semanas las acciones de la compañí­a parecí­an subir tras el anuncio, las encuestas indicaron que un impresionante 75% de los consumidores estaban contentos con New Coke y lo volverí­an a comprar. La apabullante campaña incluí­a a Bill Cosby con el slogan: "La cola sabe mejor que nunca".

Sin embargo, en unas pocas semanas comenzaron a aparecer sentimientos muy contrarios de cierto sector del público impredecible. Hubo un segmento de la población, aproximadamente un 15%, a quien le disgustó muchí­simo la New Coke, y lo reflejaron con tanto entusiasmo que sus quejas (y duros editoriales en los medios) comenzaron a prevalecer sobre la aprobación pública que existí­a hasta entonces.

En poco tiempo, la New Coke desapareció de las tiendas, ya que el escaso recurso fue almacenado por empresarios.

Cartas enfurecidas a los medios, protestas y cientos de llamadas a la sede de la compañí­a convirtieron a la New Coke en un desastre y una debacle como jamás tuvo Coca Cola. "Solo hay dos cosas en mi vida: Dios y Coca-Cola. Ahora me has quitado una de esas cosas", decí­a uno de los clientes enfurecido.

Algunos incluso compararon la alteración de Coca-Cola con escupir en la bandera. Los desconcertados funcionarios de la empresa contrataron a un psicólogo para escuchar las quejas de los clientes, y este señaló que muchos de los clientes hablaban como lo hace alguien que habla de un pariente fallecido. Incluso Fidel Castro criticó las revisiones de su refresco favorito y lo citó como "otro ejemplo más de la decadencia capitalista".

Así­ fue como tras unos meses de absoluto caos, Coca Cola anunciaba el fin de New Coke pidiendo disculpas en público mientras la receta original volví­a al mercado como "Coca Cola Classic".

Coca Cola se ganó el perdón del pueblo, glorificado en muchos medios como "un momento significativo en la historia de Estados Unidos". De hecho, la compañí­a no tardó en reclamar, bajo ese clima de perdón, su papel como "parte orgullosa de la piel estadounidense".

Quizás más importante que todo eso, la historia de la "new coke" dejó algunas lecciones muy importantes, sobre todo para la industria de la publicidad y la importancia de la conformidad social en el marketing. Es posible que si Coca Cola hubiese cambiado la fórmula sin cambiar el nombre, la gente lo hubiese aceptado, pero cambiar de forma drástica imagen y producto fue demasiado.