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"No me defino por ser abogado, soy más que eso"

El director de Asuntos Legales del Citibank fue votado por sus pares como el profesional de mayor proyección en el mercado jurí­dico. Quién es y cómo piensa
14/07/2006 - 14:01hs
"No me defino por ser abogado, soy más que eso"

Guillermo Ucha fue elegido por sus pares como el abogado de mayor proyección. El responsable de Legales del Citibank en la Argentina siente que este reconocimiento le genera una gran responsabilidad en momentos en que la profesión transita duros escollos. En ese marco, reivindicó el rol del asesor interno de las empresas, quien tiene cada vez mayor exigencia, sostuvo.

¿Por qué considera que sus pares lo eligieron?

Desde el punto de vista cronológico creo que me votaron porque tuve ciertos logros a edad muy temprana. A los 37 años ya era director de Asuntos Legales de Citibank. Sustancialmente, estimo que quienes me eligieron reconocen que siempre cuidé mi modo de labor, que siempre tuve buenos principios de vida y de trabajo. Hice las cosas bien y defendí­ la profesión. En definitiva, el hecho de que se me vea con proyección tiene que ver con la edad y con los pasos que pude dar siendo relativamente joven.

¿Qué responsabilidad siente tras este reconocimiento? La responsabilidad es grande, porque es un lugar representativo. Siempre vi las responsabilidades no como una situación de poder, sino como un deber. Sin embargo, no la veo como una carga, no me autoflagelo por tener responsabilidades, pero tampoco me parece un divertimento o que

tenga que vanagloriarme de esa posición. Pero mientras tenga esa consideración de mis pares me genera una responsabilidad aún mayor. Siento que con esta elección lo que me han dado es una suerte de cuidado y que estoy representando en este momento a una generación y a una profesión que en la Argentina tuvo gran cantidad de embates y problemas.

¿Qué condiciones tiene que tener un abogado para ser dentro de diez años un Héctor Mairal?

Tiene que amar la profesión, ser honesto, no olvidarse nunca del derecho y tiene que tener mucha imaginación y creatividad. Creo que el amor por el derecho y la honestidad que se le exige a un Héctor Mairal no será mayor o menor. Sí­ considero que las caracterí­sticas de la creatividad e imaginación están por encima que hace 20 años, lo que hace más difí­cil el ejercicio profesional.¿Cambió el perfil del abogado en los últimos años?Hace diez años yo también era abogado y puedo responder que sí­. Por lo pronto, en el trato frente al cliente. A pesar de que hoy tengo un solo cliente por mi posición, hay una competencia mayor que la que habí­a hace una década. En aquel entonces el mercado era más caballeresco, habí­a menos competencia. La realidad es que, para bien o para mal, la sociedad va mas rápido y hace que los abogados tengamos que estar más atentos.

¿Cambiaron las reglas de juego? 

Sí­, cambiaron. Los abogados tienen un nivel de exigencia superior, si bien ahora está más estabilizado, en los últimos años fue una profesión que estuvo bastante vapuleada, al tener que afrontar una serie de situaciones complicadas por cambios de normas y de crisis. Los que se lo tomaron con seriedad han hecho un gran trabajo, y esa seriedad tendrá que seguir en el tiempo porque cada todo es más dinámico y mas rápido.¿Cuál es la radiografí­a del mercado jurí­dico actual?

Hay un mayor foco en los aspectos regulatorios y en los de conflictividad potencial, sobre todo tras las nuevas exigencias de la administración publica nacional. Por eso, hoy los abogados deberí­an encauzarse en lo que se conoce como derecho público en general, que engloba derecho administrativo

y tributario. Además, está la cuestión litigiosa, donde se debe conocer toda la calle del conflicto; es muy difí­cil asesorar sobre cómo evitarlo o cómo protegerse si en algún momento de la carrera el profesional no se dedicó para saber cómo funciona.¿Por qué cree que fueron elegidos abogados de empresas como referentes? Estimo que evolucionó el rol del abogado dentro de una compañí­a. Hay una exigencia desde el punto de vista de costos que no era tan fuerte años atrás, donde habí­a un poco más de libertad a la hora de requerir servicios de asesoramiento de firmas. Hoy eso no ocurre. Por otro lado, el  incremento de la litigiosidad y la mayor regulación hicieron que la figura del abogado en la empresa haya cobrado otra relevancia que no tení­a hace 15 años. La conjunción de una gran restricción de costos, más la conflictividad y el problema administrativo/tributario cambió el terreno. La cancha es más compleja y con menos plata para festejar, por eso se pide más al abogado interno, lo que hace que los que trabajamos dentro de las empresas levantemos nuestro perfil.Entonces, ¿hay mayor reconocimiento de sus pares? Años atrás, la caricatura del abogado interno era la de un tipo que no trabajaba demasiado y lo que hací­a era pasar las consultas a los estudios externos; sin embargo, creo que nunca fue así­. En particular, Citigroup tiene un altí­simo nivel de exigencia, lo que conlleva al reconocimiento de los profesionales internos que hacen bien su labor. En general, el abogado interno está siendo cada vez más reconocido por la mayor exigencia y la menor retribución.¿En qué se diferencia un abogado de empresa del de un estudio?

Cuando sos un abogado de estudio, al llegar la noche le decí­s a tu mujer qué buen asesoramiento dí­ hoy. Cuando trabajás en una empresa, te agarras la cabeza y decí­s cómo vamos a solucionar el problema.¿Cómo se imagina en los próximos años?

No lo sé. La mejor manera de hacer bien el trabajo es no pensar demasiado en el futuro. Si bien cada tanto hay que mirar si se está en la dirección correcta, a mí­ no me cierra planificar. Sin embargo, creo que puede llegar un momento que uno dice que cumplió un ciclo y que tiene ganas de hacer otra cosa. Pero hoy, dos años después de ingresar en el banco, no tengo idea. Igual, estoy muy bien, donde trabajo es espectacular, por la enorme calidad, porque sigo siendo abogado, porque puedo tomar decisiones de alto riesgo y puedo tener eventualmente la posibilidad de trabajar en otro paí­s, entre otras consideraciones.

¿Cuáles son sus desafí­os personales?

Intentar ser feliz con todas estas exigencias, siendo buen padre y buen marido. A diferencia de otras generaciones, que tení­an mandatos

más estructurados, en mi generación y en mi familia el objetivo es ser felices. No me defino por ser abogado, soy más que eso, la profesión es una parte de lo que soy yo. Mi meta es hacer bien mi trabajo y no permitir que esa tarea se fagocite lo más importante que tengo, mi familia.

Perfil

Guillermo Ucha tiene 39 años y actualmente es director de Asuntos Legales de Citibank. Obtuvo en 1990 el tí­tulo de abogado en la Universidad Católica Argentina (UCA) y continuó su formación en los Estados Unidos. Hasta 2004, fue socio de Beccar Varela. Estado civil: casado y tiene dos hijos. Trayectoria: tareas sobre litigios y cobranzas, en Beccar Varela (1990-1992); estudios de posgrado en EE.UU. (1992-1993); trabajos en la firma Shearman & Sterling, EE.UU. (1993-1995); asociado de Beccar Varela (1995-1999); socio de Beccar Varela (1999-2004) y Citibank (desde 2004).Hobbies: literatura, sky, tenis, golf y locución.Idiomas: inglés, francés y alemán.Referentes profesionales: Damián Beccar Varela, Roberto Buseri y Roberto Fortunato.

 

Esta nota fue extraida de la revista Infobae Profesional, distribuida gratuitamente junto al diario INFOBAE

Verónica Morelli[email protected]