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Sergio Berensztein: "El manejo de la crisis cambiaria por parte del macrismo fue pésimo"

Uno de los principales analistas políticos argentinos dialogó con iProfesional y criticó duramente a la gestión de Macri. Proyecciones 2019
25/12/2018 - 03:04hs
Sergio Berensztein: "El manejo de la crisis cambiaria por parte del macrismo fue pésimo"

A pocos días de comenzar un año que será clave desde lo electoral, conocer la visión de uno de los principales analistas políticos argentinos es fundamental para tener una dimensión más precisa del escenario que se avecina. Sergio Berensztein compartió una charla con iProfesional, en la que lanzó profundas críticas a Mauricio Macri y a su gestión presidencial, a la que cataloga a nivel general como “fracaso”.

Uno de sus cuestionamientos es que el Gobierno “pagó cara su falta de aprendizaje" de las experiencias fallidas de otros empresarios que llegaron a ser presidentes en la región. Y agregó que es una confusión pensar que el éxito puntual de una gestión privada se puede trasladar a la administración pública, áreas que son “totalmente distintas”.

Este doctor en Ciencia Política de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos) y Licenciado en Historia (UBA), también consideró que el Gobierno fue “mezquino” en lo político, hecho que empeoró la situación económica.

En 2014 fundó su propia consultora, “Berensztein”, a la que dirige en medio de viajes permanentes a Estados Unidos y la publicación de libros de su propia autoría. El último de ellos fue “Por qué fracasan todos los gobiernos”, un título muy relacionado a su visión de lo que ocurre en Argentina.

-¿Qué desafíos plantea el año electoral que comienza?

-Hay dos aspectos preponderantes en este proceso electoral: uno de ellos es la incertidumbre respecto de las candidaturas que se presentarán y cuántos actores relevantes van a competir. Es decir, lo político. La otra cuestión central es la económica. No se sabe si la coalición gobernante seguirá como está o si tendrá alguna transformación, como una ampliación o fragmentación. Tampoco se conoce si la oposición irá coordinada o no, y en cuántas partes se presentará. Es una gran incertidumbre general, que puede generar una segunda vuelta electoral y un realineamiento de fuerzas.

Con respecto al segundo tema influyente, que es el económico, es la principal preocupación por lejos de los argentinos. Hoy tenemos un riesgo país alrededor de los 800 puntos y todavía falta casi un año para las elecciones. Puede haber más dolarización de activos y eso influir en el proceso electoral. Ahora el Gobierno está un poco más tranquilo porque hay estabilidad del mercado cambiario, pero eso puede modificarse.

-¿Lo económico tendrá más peso que la política para las elecciones?

-La economía de por sí es una caja de Pandora y gracias al acuerdo con el FMI se frenó la hemorragia de divisas. Pero el sacrificio igual es terrible, tanto por el apretón fiscal como el monetario y la caída en la actividad. Por eso no descarto que haya un escenario disruptivo -un despelote- en lo económico que influya en lo político.

-¿El factor económico es lo único que valora la gente a la hora de votar?

-La evidencia empírica es que la economía siempre es importante, es fundamental, pero nunca es el único factor. Hay que ir con la lupa, ver cómo se modificaron los ingresos de los electores claves en los distintos lugares. De hecho, Argentina va a tener una economía de tres años de decrecimiento sobre cuatro de Gobierno.

-¿Eso le puede jugar en contra al oficialismo?

Sí, definitivamente. Tampoco hay un discurso de Macri hacia delante. Lo interesante de la propuesta de Cambiemos es que no hay propuesta, por ahora. Me imagino que van a salir con alguna idea para las elecciones.

-¿Y la seguridad qué importancia tiene?

-Este tema es secundario en comparación con la economía. Según encuestas que realizamos con D'Alessio, seis de cada 10 argentinos, incluyendo los votantes de Cambiemos, considera que la policía no está calificada para implementar el protocolo impulsado por Patricia Bullrich. Es decir, puede servir pero hay que tener cuidado en la puesta en práctica, por lo que creo que no se le puede sacar demasiado “jugo” a la cuestión de la seguridad. Hay dificultades estructurales, de capital humano, tecnología y desconfianza social, no es tan fácil.

-¿Qué otras cuestiones evalúan los votantes a la hora de elegir?

-La calidad de las opciones que presente la oposición. Si los electores consideran que las otras propuestas son peores a la que gobierna y van a llevarlos a la Edad Media o a ser Venezuela, no serán elegidas. Muchas veces la gente vota lo menos malo, no lo bueno. Tal vez, una de las grandes ventajas que ha tenido Cambiemos en estos años es que los errores forzados y no forzados no fueron capitalizados por la oposición. Cristina no está mucho mejor hoy a lo que estaba hace tres años: está igual. A pesar del fracaso de Macri, Cristina no crece. También es cierto que tampoco crecen otras figuras.

-Pero Cristina igual tiene una fuerte intención de voto...

-Que Cristina siga siendo competitiva es una medida del fracaso de Cambiemos por no haber podido armar una propuesta para desplazarla, pese a que su gestión fue acusada de corrupción y tuvo un recorrido económico muy malo. Incluso, ella perdió cuatro de las últimas cinco elecciones desde 2009, pero sigue siendo la candidata instalada. De hecho, al polarizar tanto con Cristina, Cambiemos le cerró el camino al peronismo moderado para que haya una alternancia. Es un Gobierno que por su mezquindad política y por querer aferrarse al poder generó un riesgo país enorme y condiciones económicas peores para la sociedad y para el propio oficialismo. Un círculo vicioso.

-¿Piensa que se va a presentar?

-Hasta ahora, objetivamente, es la principal candidata que tiene la oposición. No sé si es buena, pero es la única instalada. Es probable que ella no pueda mostrar condiciones para ganar la elección, pero sí condiciones para hacer una buena elección. En lo fáctico, no sé si va a presentarse. No solo deberá pensar como política, sino como mamá, porque con su marido involucraron a sus hijos en negocios que no pueden explicar, y hará todo lo posible para defenderlos, todo.

-¿Ve un escenario en el que Cristina admita competir en internas abiertas con el peronismo?

-No lo sé, nunca compitió en las PASO y ahora es víctima de ese instrumento que ella misma generó para obstaculizar a la oposición, pensando que siempre iba a ser gobierno.

-¿Qué tipo de negociación considera que puede haber para incluirla como candidata dentro de un peronismo tan fragmentado?

-Está contemplado un escenario en que no haya negociación, como pasó en 2015 y 2017, y vayan de forma dividida. O bien, pueden acordar que Cristina vaya como candidata o que directamente no lo sea. Que no se presente generaría mayor competitividad porque tiene un piso muy alto pero un techo muy bajo de votos, y no creo que eso lo pueda mejorar. Con lo cual, la única chance de negociación con el peronismo es que no vaya como candidata y eso resulte en un equilibrio exitoso. Claro, que deberá superar la acusación que recibirá del Gobierno de que hay un pacto de impunidad para protegerla en los casos de corrupción. Algo no sencillo.

-¿Es capaz ella de cambiar su discurso para poder ganar?

Ella dio señales contradictorias. Por un lado, en el Senado habló de las “yeguas herbívoras” y al mismo tiempo habló en una conferencia del fin de la división de poderes. ¿Cuál de las dos es Cristina? Si se presenta como moderada, no puede hablar de cambiar la Constitución porque será entendido como que es capaz de abrir las cajas de seguridad y llevarse los dólares. Asustaría a la gente. También sería interesante saber cómo va a pagar la deuda con el FMI, porque ella repudió el juicio en Nueva York al Estado argentino. O bien, qué hará con el INDEC y la inflación.

-¿A qué otros candidatos ve bien posicionados?

-Hay tantos que, la verdad, está todo muy fragmentado. La propia Cristina impulsa a Felipe Solá y Agustín Rossi. Por el lado del peronismo hay muchos con proyecciones: Urtubey, Schiaretti, Uñac, Pichetto o Sergio Massa.

-¿Lavagna?

Hay muchos que opinan que es el político nacional con mejor imagen positiva, incluso mayor a la de María Eugenia Vidal. Desde antes de la crisis cambiaria la gente ya lo reconocía. Imaginate ahora. Hay que ver si tiene vocación para presentarse, hay versiones de todo tipo. Su edad es otro interrogante, pero que esté grande puede ser una condición a favor porque, probablemente, tendría un solo mandato. Entonces contaría con el apoyo de muchos políticos.

-¿Alguno de todos ellos puede sacar al país de las crisis cíclicas?

-El país está marcado por los fracasos de todos los gobiernos. Es muy duro, pero es la verdad: Argentina está en una dinámica de ineptocracias, independientemente de quién gobierne. El resultado de este país es un desastre, incluyendo a este Gobierno. Acá no hubo ningún cambio, al contrario.

-¿Pero Macri no se había comprometido a realizar un cambio radical?

Macri era antiinflacionario pero su Gobierno termina como uno de los que tiene más inflación, porque fracasó. Tiene que admitir eso y que no fue el mundo el culpable. Hubo un diagnóstico inicial equivocado, luego se desarrolló durante 30 meses una política errada y después negó la crisis durante cinco meses, hasta que un día se levantó y dijo que fue 'el peor momento' que vivió. Fue pésimo el manejo de la crisis cambiaria, se la negó y encima se perdió tiempo hablando de la organización del Mundial 2030. Es una vergüenza y muestra la falta de foco que ha tenido. Hubo mala praxis, funcionarios con buenas intenciones pero sin ninguna experiencia histórica. Es más, es un Gobierno que niega la historia.

-Las pequeñas “victorias” de Macri, como el gran apoyo del FMI o la organización del G20, ¿pueden ser motivos para que la gente decida votarlo?

-No estoy seguro, el Gobierno cree que sí. Me parece que las recesiones largas como ésta no tienen una dinámica lineal, la gente se fatiga porque la recuperación no va a ser general, sino en algunos sectores. El oficialismo no tiene instrumentos para compensar más gasto porque la cuenta fiscal es grosera. Y un 91% de la gente cree que su principal problema es la inflación, que apenas mejorará en 2019.

-¿Entonces qué argumentos tiene el votante de Cambiemos para renovar su confianza?

-El miedo al populismo. El lema: 'no me votes a mí porque soy bueno, sino porque los demás son mucho peores'.

-¿Y qué logros propios tuvo el Gobierno que puedan ayudarlo para la reelección?

-El combate de la droga es muy meritorio porque nunca nadie lo había hecho, el G20 por lo organizativo y la política aerocomercial, en la que se avanzó mucho. También fue muy importante la recuperación del Indec y el sistema de coparticipación para devolverles recursos a las provincias.

-¿Qué fue lo peor que hizo Macri?

-Forzó el hiperpresidencialismo, siempre gobernó unilateralmente, de manera aislada con un grupo ínfimo de gente. Hay un pensamiento único en el corazón de la Presidencia y un desprecio por la política y por los partidos, que es gravísimo. Por ejemplo, cuando el Presidente necesita desesperadamente alguien que negocie lo llama a Frigerio, y va como un bombero a apagarle el incendio. Lo increíble es que al tipo que le soluciona los problemas hace días atrás le sacó los recursos, al pasarle la obra pública a Peña. Así que al bombero le sacó la manguera que lo ayudaba a apagar el fuego. Por ende, se lo desprecia.

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