Lucas Romero: “La relación con Venezuela es para el kirchnerismo un activo tóxico"
“El Gobierno se jugó a aplacar las expectativas económicas para que después la más modesta de las recuperaciones se sienta lo mejor posible”, define Lucas Romero, analista político y director de la consultora Synopsis, como estrategia oficial para tratar de aminorar el impacto de la crisis de cara a las elecciones.
En una entrevista cara a cara con iProfesional, este licenciado en Ciencias Políticas opinó sobre cuáles pueden ser los pasos que darán tanto el oficialismo como la oposición para intentar ganar la Presidencia de la Nación.
Respecto a Cristina Fernández de Kirchner, el ex integrante de la consultora Ecolatina considera que al Gobierno le conviene que se presente, por más que la economía deba pagar “el pato” de la inestabilidad que genere su irrupción en los mercados.
Además, sostiene que ella va a “tratar de sumar la mayor cantidad de peronistas posibles para intentar ganar” la elección.
Por otro lado, Romero destaca que hay interés de la gente a que surja un nuevo espacio que tercie con el oficialismo y el kirchnerismo, aunque cree que es complicado que se plasme debido a que precisa un candidato que pueda agrupar la suficiente cantidad de votos para afrontar la contienda con las dos principales fuerzas políticas.
-¿Cómo considera que está planteado el panorama electoral?
-Creo que es un escenario que tiene pocas certezas y muchas incertidumbres. Entre las primeras, se proyecta que el voto opositor se disperse y la elección presidencial se defina en la segunda vuelta porque no estamos viendo ninguna fuerza política en condiciones de ganar en primera instancia. En tanto, por el lado del oficialismo, ha demostrado tener niveles muy consistentes de apoyo electoral en momentos muy críticos de la economía. Por ende, el Gobierno puede estar en esa segunda vuelta.
Quizás los interrogantes vienen por el lado opositor. Allí hay dos grandes temas. Uno es cuál va a ser el formato definitivo de la oferta electoral opositora, es decir, cuántos competidores habrá y qué nivel de unidad habrá entre ellos. Y la segunda incógnita es si la ex Presidenta va a ser candidata. Tiene muchas implicancias su presentación. Desde lo simbólico, siempre una campaña electoral es una batalla para darle un significado a la elección, y eso en un punto condiciona el comportamiento de la gente. Si el Gobierno logra que la pelea sea con Cristina, el significado que tenga esta elección será que el oficialismo reinstale con fuerza el escenario cultural argentino dominante de los últimos 15 años del kirchnerismo y anti kirchnerismo. Y eso, obviamente, es un objetivo buscado y útil para Cambiemos porque se enfrenta con una postura totalmente opuesta.
-¿De qué forma puede pesar la situación económica en el resultado electoral?
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-Según un relevamiento propio, el 51% de la gente dice que va a decidir su voto en base a su situación económica. Esto, a simple vista, daría a pensar que el Gobierno ya perdió la elección, pero no es así porque no hay uniformidad para interpretar el proceso económico y también de asignar responsabilidades por esta crisis. De hecho, 38% de los votantes de Cambiemos decidirá su elección por la economía, pero 9 de cada 10 de ellos dicen que la principal responsable de este momento es Cristina Fernández de Kirchner. En tanto, desde el voto opositor, un 20% del total también dice que la mayor responsable de la situación económica es Cristina. Por eso es variada la interpretación y llama la atención el nivel de apoyo del Gobierno y que en este contexto tenga posibilidades de reelección.
-¿No le parece contradictorio que pese a la crisis económica el Gobierno pueda ganar igual?
-En realidad el grueso del voto opositor le asigna la responsabilidad al Gobierno. Pero es cierto que la presencia de Cristina, como la principal alternativa opositora, en algún punto le impide a la misma oposición poder entender definitivamente si el responsable de esta situación económica es o no Cambiemos. Por eso el oficialismo la busca a Cristina en la confrontación, porque en la “teoría de los juegos” es una estrategia dominante. Esto significa que hagas los que hagas con el resto de los jugadores, es la movida recomendable para el propio beneficio. De hecho, si ella se presenta los inversores se pondrán nerviosos y pueden dolarizar sus carteras.
-¿Pero le conviene al Gobierno dar miedo favoreciendo esta dualidad con Cristina Fernández de Kirchner?
-Es una exterioridad negativa de la estrategia dominante, pero al Gobierno le conviene que Cristina se presente por más que se deba pagar “el pato” con algún golpe de la economía. En ese caso minimizará las perdidas, aunque no hay discusión si se trata de la supervivencia. Para los dos (Cambiemos y kirchnerismo) igual sería un escenario con beneficios.
-Y desde el punto de vista de Cristina, ¿qué puede pasar en la presentación de las listas?
-Creo que hay muchos incentivos para que Cristina sea candidata. El principal argumento para su defensa judicial es que ella ponga los votos propios que tiene sobre la mesa para ejercer presión, además no tiene candidatos en quien confiar dentro de los protagonistas del escenario opositor con posibilidades a ser Presidente. Si ella pudiera elegir un sucesor, el mismo es Axel Kicillof, la figura que más fielmente retiene y representa el voto kirchnerista. Pero lo mandaría a la provincia de Buenos Aires porque entiende que ahí es distinta la dinámica de competencia y puede ser Gobernador. No puede hacerlo Presidente a él debido a que se encuentra con sus mismas dificultades.
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Igual, incluso en un escenario de derrota, Cristina puede ganar como candidata. Y puede ser más beneficioso presentarse y perder, a no hacerlo. Son muchos los incentivos que tiene porque si ella se presenta: conserva la centralidad de su espacio, es decir, su conducción y decidir qué se hace. Además es la que más mide en la elección general, que es lo que determina el ingreso de diputados y senadores. Por lo cual, su candidatura le permitiría consolidar los niveles de poder de ella en el Congreso y controlar todo.
Otro argumento es que nadie asegura que ella pueda transferir con facilidad sus votos. De hecho, se observa que cuando desaparece de escena su caudal se dispersa y los candidatos que forman parte de su espacio no juntan ni el 20% de los votos. Incluso, esto ocurrió en Brasil con Lula, que no pudo transferir con su imagen los votos a su candidato (Haddad) y perdió.
-Entonces, ¿el interés de Cristina sería presentarse a las elecciones para mantener los cargos de poder en el Congreso y estar protegida judicialmente?
-No es un tema el ser o no Presidenta, sino conservar el poder. La Presidencia es accesorio a eso. Igualmente, creo que ella quiere serlo, si se le da a elegir lo haría y se sentaría a negociar con el Fondo Monetario. Nadie juega a perder, no creo que se sienta a esperar que le explote el “despelote” a Macri, y si ella gana es probablemente que la crisis se le anticipe a su asunción.
-¿Cómo piensa que puede influirle al kirchnerismo en las elecciones la alineación con Maduro en Venezuela?
-Mal, en términos generales hay una visión negativa del chavismo por sus vinculaciones con hechos de corrupción del kirchnerismo. Pero además, a la distancia, existe una opinión grotesca del régimen de Maduro. Por eso, no lo veo animándose a defenderlo públicamente, a pesar de sentir identidad más por antecedentes que por la realidad actual del régimen. En definitiva, la relación con Venezuela es para el kirchnerismo un activo tóxico del cuál, equivocadamente, no se animan a desprenderse. Por eso, los veo buscando más destacar el posicionamiento de actores regionales como Uruguay o México para pararse desde ese lugar en una postura de no intervención, más que de defensa del régimen. Y Cambiemos, obviamente, como ese boxeador que entiende que pegó en un lugar débil del contrincante, va a machacar con golpes en esa zona. Le sirve mucho al Gobierno para distraer a la opinión pública de la economía.
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-Cristina va a tratar de sumar la mayor cantidad de peronistas posibles para intentar ganar. Si puede sumar a Massa y a Urtubey lo va a hacer, porque le permite a ella legitimarse desde otro lugar y una capacidad de juntar más votos opositores.
Otra cosa disruptiva que podría suceder es que se constituya un tercer polo que tercie en esa polarización entre el kirchnerismo y el Cambiemos, que sería juntar todo lo que queda. Creo que el candidato que puede hacerlo es Lavagna (podría medir 20%), porque Massa está muy golpeado, muy mal en términos de imagen, y Urtubey no mide.
-¿Hay espacio para un tercer polo?
-El interrogante es ver si se puede constituir, pero a la hora que consultamos esto la mayoría de la gente (33%) opta por una nueva alternativa. Le siguió con 30% Cambiemos y 26% el kirchnerismo. El estudio muestra que hay una oferta para esta tercera alternativa. Ahora habría que ver si Lavagna representa a este tercio, porque es muy heterogéneo el grupo que pide un espacio nuevo. Y en la medida que quiera terciar este ámbito y no mida, que es el problema que tiene, no va a ser visualizado por el electorado como una alternativa real. La gente busca votar un ganador. Lavagna mide más de los que ya están, pero es sólo 13%. No está cerca de Cristina, ni de Macri. Lo positivo es que esto puede deberse a su bajo perfil desde hace cinco años, por no estar en los medios. Hay que ver qué ocurre en los próximos meses, si empieza a mostrarse y hablar.
Pero para que se consolide este tercer polo, tiene que mostrar una diferenciación muy tajante con Cristina, si no posee esa cualidad se seguirá viendo un dique de contención que evitará que el oficialismo pierda apoyo, y esa barrera es Cristina Fernández de Kirchner.
-¿Qué estrategia considera que puede poner en práctica el Gobierno para ser reelecto?
-Primero distraer, que es lo que está haciendo con los temas de seguridad, mano dura, pistolas taser, etcétera. Es meter temas en la agenda y el debate. El que gobierna tiene poder y la capacidad de influir en el debate público. Por eso debate temas que no lo perjudiquen y que sean permeables para los sectores medios. Además, la discusión sobre seguridad permite construir un contraste con el kirchnerismo, que está posicionado como la fuerza que tiene jueces que liberan a los delincuentes y dan garantismo. Más allá que en el fondo sea o no marketing, debido a que la gente en general valora mejor al oficialismo en temas como seguridad y corrupción.
Asimismo, el Gobierno dependerá de qué manera se va a sentir la recuperación económica. Creo que jugó a aplacar las expectativas diciendo que serán meses muy duros y malos, que la gente sienta que está todo mal, para que después la más modesta de las recuperaciones que se genere se sienta lo mejor posible.
-¿A nivel general como piensa que saldrán las elecciones?
-En el primer semestre posiblemente veamos a todos los oficialismos provinciales ganando, quizás haya alguna excepción. El gran tema es la provincia de Buenos Aires, que me inclino que no va a desdoblar, pese a que Vidal quiere hacerlo porque no tiene la opción del balotaje y necesita ser más competitiva porque puede perder su distrito si va a pelear con la figura que esté debajo de la lista de Cristina, cuya intención de voto a Presidente es del 50%. Igual, creo que Cambiemos va apoyarla al implementar la boleta única, con toda la ingeniería institucional que implica, pero sí le permitiría desacoplar al kirchnerismo.
Por mi lado, considero que si se adelantan las elecciones y gana Vidal, la Provincia se neutraliza el efecto Cristina y se tranquilizan los mercados. Hecho que genera un impulso para la candidatura de Macri.-