iProfesionaliProfesional

Ex coach de Macri: "El Gobierno comunicó ajuste mientras hacía populismo, un grave error"

José María Rodríguez Saráchaga asesoró al actual Presidente de la Nación entre 2007 y 2011. Habló con iProfesional sobre la comunicación de los políticos
09/05/2019 - 06:38hs
Ex coach de Macri: "El Gobierno comunicó ajuste mientras hacía populismo, un grave error"

"La comunicación del Gobierno es desastrosa", dice sin anestesia a iProfesional José María Rodríguez Saráchaga, comunicador político y fundador de Oratoria Consulting.

No se trata de la opinión de cualquier asesor, sino de uno de los responsables de haber "coacheado" y generado un cambio en el actual Presidente de la Nación en oratoria y expresión al público. De hecho, trabajó con el PRO entre 2007 y 2011, período en el que capacitó a Mauricio Macri al poco tiempo de iniciar su carrera política en la ciudad de Buenos Aires. También aconsejó al actual senador Esteban Bullrich y a los ministros Oscar Aguad y Fernando de Andreis.

Hoy reúne a 14.000 seguidores en Twitter, red social en la que escribe abiertamente que todos los posibles precandidatos presidenciales "comunican mal".

En una entrevista con iProfesional, habló sobre los errores en la estrategia actual del Gobierno, de su desacuerdo personal con Marcos Peña, de Cristina Fernández de Kirchner y del resto del arco opositor."Con tres años de gestión pésima, Macri tiene un porcentaje de imagen positiva que parece cuasi increíble", afirma.

Para agregar que el Presidente "comunica bien cuando lo dejan ser él mismo, pero cuando lo hacen actuar es un desastre".

-A nivel comunicativo, ¿cómo ve a los candidatos?

-Los veo muy flojos a todos, y la comunicación del Gobierno es desastrosa. Ha hecho cosas inverosímiles e increíbles como comunicar ajuste durante casi todo su mandato mientras al mismo tiempo hacía populismo, fue un gran error. He visto gente hacer populismo y comunicar populismo, he visto a otros hacer ajuste y comunicar populismo, pero no ví jamás hacer lo de esta gestión. Es que mientras se estaba subsidiando la fiesta se hablaba como si se estuviera ajustando.

Nunca se explicó la herencia recibida por el mito que si lo decía iba a ser un desastre, más o menos como estamos ahora. En resumen, se podría haber comunicado la herencia, solucionarlo, ganarle holgadamente al peronismo a medio término, tener otra composición en la cámara de diputados y no tener problemas ahora. Eligieron otra cosa, muchos suponemos que prefirieron ganar por poco la elección de 2017, sobre todo al ver como armaron las listas en ese momento.

-¿Por qué el Gobierno se equivoca tanto a la hora de comunicar?

-Porque en lugar de poner a los mejores en el equipo de comunicación y también en el propio Gobierno, colocaron a los amigos del grupo. De hecho, los ministros con mejor curriculum fueron limpiados, justamente, porque no eran amigos. Un ejemplo concreto es el de Susana Malcorra, que cuando anunció que se iba Marcos Peña sonrió. Incluso, fue el mismo funcionario el que se jactaba de haberle pedido la renuncia a Prat Gay, cuando no era algo que le correspondía decir públicamente.

-¿Marcos Peña es el que hace comunicar mal al Gobierno?

-Sí, sin duda.

-¿Y Macri cómo comunica?

-Es una cosa increíble, Macri que era un candidato al que lo acusaban de que no podía hablar, termina siendo "el líder carismático" que sale a dar la cara con esos ojitos color cielo cada vez que hay un desastre.

Un ejemplo concreto es cuando fue lo de los Panamá Papers, que se comunicó pésimo, y donde se tendría que haber salido a decir que Mauricio Macri era el Presidente más transparente de la historia. No fue así, sino que hubo seis meses de discusión porque Marcos Peña salió a hablar de las cuentas offshore y puso sobre la mesa ese tema que complicó más todo. Entonces tuvo que salir a dar la cara el mismo Macri con los ojos color cielo a dar explicaciones.

Lo mismo pasó con el correo, que fue bochornoso lo que se habló cuando en realidad no pasaba nada, y ahí el oficialismo no salió a decir lo que debería haber afirmado: que durante 12 años el kirchnerismo no le reclamó nada a Franco Macri, mientras que ahora se quejaba que era bajo el canon. Era una chicana que no supieron frenar.

-¿Cuál es el mensaje entonces?

-El tema es que cada vez que tenés que sacar al Presidente a salvar un error de esos, se le está "comiendo" la imagen a Macri. El otro extremo era Cristina, que mientras había un tsunami que tapaba a la mitad de la Argentina, ella desaparecía de la escena. En sí, cada vez que había un problema desaparecía, pero cuando había que inaugurar una canilla de plástico se hacía cadena nacional. O sea, ambos extremos están mal.

-¿El Presidente no se da cuenta de eso?

-No tiene porqué saber de comunicación, porque es un ingeniero. De hecho, el día que asumió empezó a comunicar mal, cuando se pusieron a bailar el tema de Gilda en el balcón de la Casa de Gobierno. Se "vendió" durante toda la campaña que era la vuelta de las instituciones a la Argentina, pero empezó la gestión bailando cumbia. Con eso no se humaniza al Presidente, sino que se lo ridiculiza, ya se había ganado la elección y no había necesidad de exponerlo así.

-¿En qué casos Macri comunica bien?

-Macri comunica bien cuando lo dejan ser él, pero cuando lo hacen actuar es un desastre. El Macri que se enoja en el Congreso en la apertura de las sesiones ordinarias es fantástico, porque es sincero en un contexto en que lo atacaban. Pero el que finge estar enojado es ridículo.

-¿Cómo se elabora una estrategia comunicacional?

-Cuando comunico desde un sector tengo que saber a priori que hay gente que por su crianza y forma de ser va a tomar cada acto de Gobierno y lo va a medir de acuerdo a su propia idiosincrasia. Si ponés a bailar a Macri en la Rosada, los fanáticos de Cambiemos van a decir: "divino, maravilloso, perfecto". Pero, ¿tenés que convencer o persuadir de algo a ellos? No, ya eran seguidores. ¿Qué pasó con los kirchneristas? Los tenés en contra hagas lo que hagas. Ahora bien, a los independientes eso no les gustó, porque hay que comunicar manteniendo a los tuyos y tratando de captar a los independientes.

El Gobierno hizo una cosa increíble: gestionó en contra de los suyos y de los independientes, porque, como dice José Luis Espert, hizo "kirchnerismo de buenos modales".

-Entonces, ¿cuál es el resultado de eso?

-Los seguidores se sienten defraudados porque votaron para el cambio, los kirchneristas no le van a reconocer nada y los independientes quedaron perdidos. Con el aborto fue otro ejemplo: el Gobierno puso en discusión un tema que por 12 años el kirchnerismo no lo trató, ¿se lo valoró alguien? No, porque los propios, que eran más celestes que verdes, lo querían "matar". Y la oposición al kirchnerismo quedó debilitada y le facturó al oficialismo que no se aprobó la ley. No ganó absolutamente nada, ni un voto. Al contrario, hoy todos los celestes, no importa de qué ideología política sean, lo detestan.

En definitiva, antes de comunicar cada cosa se tiene que evaluar qué se tiene para ganar y qué para perder, y si vale la pena el riesgo. La oratoria es la frase para el público en un momento. Además, hay muchos ademanes, que son los que se hacen con la mano, que son absolutamente culturales y se llaman "imágenes", porque se usan para reforzar lo que se dice con el lenguaje verbal. En cambio, los gestos que se hacen con la cara son naturales, es genético a los seres humanos.

-¿Por qué se comenten esos errores que parecen infantiles y que los perjudican?

-Es que suman expertos en comunicación solamente si dicen lo que se quiere que digan los que ya están desde antes. Por ejemplo, Rozitchner, que es el encargado en comunicar ciertas cosas, se jacta que tiene una oficina en Casa de Gobierno. Está todo mal, porque su tarea sería no pisar Casa Rosada, porque si estás encargado de la comunicación sólo se debería ir a las reuniones mínimas y caminar diez horas por día la calle, ir a bares o espacios públicos, para saber lo que le pasa a la gente y lo que quiere escuchar. Si no, se está en un microclima que no permite ver la realidad, y lo que hay que hacer es salir realmente de eso. No hay que comprar una novela.

-Jaime Duran Barba es visto como el "gurú" comunicacional de Cambiemos, ¿él no ve los errores que marca?

-Él ve algunas cosas y las ve muy bien. Todos tenemos egos, los de él lo llevan a creer en el "tranquilismo", que las elecciones no se ganan sino que no se pierden, y a veces se tiene que entender que Argentina es un país que quiere un líder. Por eso el Macri enojado "garpa", y el tímido no.

-De los posibles precandidatos a Presidente, ¿cómo piensa que se maneja comunicacionalmente cada uno?

-Massa también hizo una campaña espantosa de comunicación en la cual no se ha cansado de perder votos en los últimos cuatro años. Pocas veces he visto peores campañas de comunicación a las de él, ya se transformó en el "hombre meme".

-¿Y Lavagna?

-No tiene peso propio y creo que, incluso, pierde con Massa. Lo único que hoy puede salvar a Lavagna es el desastre que está haciendo Cambiemos. A nivel comunicativo es mediocre; no es malo, pero es más de lo que se puede decir de Cristina, de Mauricio y de Massa.

-Pero Cristina también tiene un núcleo duro…

-Cristina cada vez que abre la boca pierde votos, es maravillosa en ese sentido. Está acusada por la causa de las coimas y lanza un libro que parece un cuaderno Rivadavia. Parece hecho por sus opositores, no puede hacer eso.

-¿El Gobierno no salió a contraatacar esa debilidad?

-No hacía falta que saliera Macri, Peña u otro funcionario, podría haberlo hecho otro. El Gobierno tiene sus "D'Elias", por lo menos esas cosas sí las escucharon. Hay que tener un D'Elía, todos necesitan uno porque es funcional tener un "petardista". En ese sentido, tiene a Carrió y Fernando Iglesias. ¿Están para tener razón y decir cosas sensatas todo el tiempo? No, sino que están para tirar petardos.

-¿Cuál de todos los políticos llega más a la gente?

-El que más llega, entre muchas comillas, podría ser Mauricio Macri, porque con tres años de gestión pésima y en el peor momento de su carrera tiene un porcentaje de imagen positiva que parece cuasi increible, porque con los mercados prendiéndose fuego, inflación, recesión y todo mal, lo siguen apoyando. De hecho, antes de la última escapada del dólar de hace unos días, ganaba sin dudas.

-¿Y qué precandidato es el que menos llega a la gente?

-El que creo que no tiene carisma y que la edad no lo ayuda, y cuando lo asesoran desde el punto de vista de imagen lo perjudican, es Lavagna. Era muy forzada su campaña. Por otro lado, el lenguaje no verbal de Massa es un espanto porque seguro está coacheado por un actor, que no debe saber de comunicación. No cualquiera puede ser actor, no todos pueden memorizar una carilla y ser genuinos, porque lleva mucho tiempo.

-¿Y a Cristina cómo la define en ese sentido?

-Es famoso el mito que dice que es buena oradora, porque si lo fuera estaría ahora en campaña aferrada a un micrófono y no escondida debajo de la cama. No es una buena oradora, es una mujer que hilvana frases, cosa que es sólo una parte de la oratoria. La presidencia que dejó ella es la que le genera 60% de imagen negativa y que la gente diga: "La veo y me broto", porque su lenguaje no verbal es absolutamente agresivo y fuera de la realidad, y eso genera rechazo.

-¿Al Gobierno igual le sirve que esté presente?

-Se dejó viva y usó a Cristina desde siempre para ganar, cuando se debería haber realizado lo contrario. Lo único que puede salvar ahora al Gobierno es la economía. En cambio, ella se va a esconder hasta que no tenga más remedio, pero la base kirchnerista no supera el 25% de los votos, no tiene chances en las elecciones.

-¿En qué sustenta esto último?

-Hay datos que son contundentes que revelan cómo tiene perdidas las elecciones: Aníbal Fernández pasó de ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires en 2015 a ser ahora candidato a concejal en Pinamar. ¿Si el kirchnerismo tuviese chances pensás que elegiría este cargo o sería candidato a primer Diputado de la Nación?

-¿En el caso de Vidal cómo es la comunicación?

-Vidal piensa antes de hablar, Cristina no, hay un abismo entre ellas. Parece tener el pulso de la gente de manera increíble, hace un muy buen trabajo de comunicación, es piola, sabe en qué momento levantar la voz y cuándo bajarla. Tiene un timing fantástico de cuándo hablar y actuar. Otro ejemplo de esto es cuando dijo: "Yo apoyo a Mauricio y estoy para lo que me digan", es perfecta la frase porque deja la puerta abierta, no le corregiría nada, estuvo dicha en el momento preciso y perfecto.

-Decía antes que la imagen de Macri está en su peor momento, ¿cómo se revierte la situación y se gana credibilidad?

-Como dice De Pablo, hay que hacer todo lo que dicen que hay que hacer y nada de lo que dicen que no hay que hacer. Suena como una frase tonta, pero es brillante. A nivel político, se debe sacar a todos los que "piantan" votos, poner un economista de confianza y respetado, bajar el gasto y reactivar la economía. Dujovne nunca tuvo confianza del mercado, ahora menos que menos. O cambia Macri a los que hay que cambiar o se va con ellos.