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Massa tras la fórmula Kicillof-Magario: transita una avenida del centro cada vez menos ancha

La confirmación de la dupla Kicillof-Magario para la provincia de Buenos Aires parece ponerle un cierre a un eventual pacto de Massa con el kirchnerismo
30/05/2019 - 06:05hs
Massa tras la fórmula Kicillof-Magario: transita una avenida del centro cada vez menos ancha

Le está resultando cada vez más difícil a Sergio Massa seguir transitando por la "ancha avenida del medio". Por dos motivos: uno es el de las fuerzas que quieren empujarlo hacia alguno de lo polos, y el otro es la sospecha de que ese espacio del votante moderado es cada vez menos ancho.

El fin de semana en que Cristina Kirchner conmovió al escenario político al anunciar la fórmula Fernández-Fernández, se vio forzado a desmentir rápidamente que se quisiera conformar con una candidatura a la gobernación de la provincia de Buenos Aires.

Pero como también tuvo palabras elogiosas para Alberto Fernández, el mensaje que decodificó el ámbito político fue que tal vez sí estaría dispuesto a ir a disputar la postulación presidencial en unas PASO panperonistas.

En los días siguientes, tuvo que ver cómo sus principales socios –Juan Schiaretti, Miguel Pichetto y Juan Manuel Urtubey- concurrían a la Casa Rosada para fotografiarse, abrazados y sonrientes, con Mauricio Macri. De hecho, es el único de los referentes de Alternativa Federal que mantuvo distancia del Gobierno.

Y era una situación sugestiva, sobre todo después de esta expresiva frase de Alberto Fernández: "La gente sabe dónde están los opositores. Los opositores no se abrazan con Macri", dijo en un programa de televisión.

Apenas dos semanas antes, el flamante candidato estaba pidiendo explícitamente que Schiaretti y los demás gobernadores peronistas se arrimaran al peronismo filokirchnerista para conformar un gran frente opositor. De manera que la sucesión de visitas a Casa Rosada pareció cerrar la puerta de esa posibilidad.

Hasta el sábado pasado, todavía se especulaba sobre la posibilidad de que Massa pudiera llegar a un acuerdo para ir a la provincia, acompañando a Fernández-Fernández. Pero en el acto del 25 de mayo en Merlo, Cristina decidió dar otra señal a sus militantes: la dupla se fotografió junto a Axel Kicillof y Verónica Magario.

A partir de ahí, los rumores crecieron hasta la confirmación oficial de la fórmula kirchnerista al 100% para la provincia.

A la misma hora, los cuatro referentes de Alternativa Federal emitían un documento en el cual ratificaban su intención de presentarse con un candidato salido de unas elecciones internas.

Las señales apuntaban, entonces, a que Massa volverá a candidatearse por un espacio independiente del macrismo y del kirchnerismo, con la esperanza de captar los votos de los desencantados de ambos lados de la grieta.

Pero ese espacio será exclusivamente peronista. Al reafirmar la voluntad de ir a las PASO, se extinguen las posibilidades de un acuerdo con Roberto Lavagna y sus amigos del GEN y el partido Socialista.

El veterano ex ministro de economía ya había dejado en claro, desde el acto veraniego de Alternativa Federal en Mar del Plata, que no quería internas y que esperaba un acuerdo con Massa para lanzarse en medio de un "operativo clamor" que nunca llegó.

El riesgo de perder relevancia

En ese escenario, hay posibilidades de que compitan cuatro espacios, si es que Lavagna cumple su promesa de lanzarse con un frente propio. Algo que sería una muy mala noticia para Massa, que tiene altas chances de ganarle una interna a Urtubey y a Pichetto, pero que inexorablemente dividirá votos "de centro" con Lavagna.

En el mejor de los casos, los encuestadores le asignan un 25% de intención de voto a esa "avenida del medio", pero otros que observan una acentuación de la bipolaridad creen que puede achicarse hasta un nivel inferior al 15%.

En 2015, luego de derrotar al fallecido Manuel de la Sota en la interna, Massa había logrado un 21% de los votos, algo que hoy luce como un desafío difícil de repetir. Pero claro, para llegar a disputar el balotaje se necesita arañar un improbable 35%.

Hacia un lado de la grieta, siguen los cantos de sirena de la Unión Cívica Radical para que algunos referentes del "peronismo racional" puedan arrimarse a una versión ampliada de Cambiemos. En otras palabras, un convite para Urtubey. Si esa invitación alcanzara sólo a Lavagna, entonces Massa podría festejar, pero de momento no parece que esa alternativa sea aceptada por Mauricio Macri.

Lo cierto es que es complicado el momento de Massa. Por un lado, sabe que su mayor activo político es haberse diferenciado a tiempo del kirchnerismo. De hecho, él mismo suele recordar que su mayor contribución al país fue haber puesto un freno a las ambiciones re-reeleccionistas de Cristina cuando enfrentó y derrotó al kirchnerismo en las legislativas de 2013.

Pero por otro lado, la teoría de que la gente estaba harta de la "grieta" y terminaría adhiriendo a un espacio "del medio" nunca terminó de comprobarse en la realidad. Y, ciertamente, no es algo que hoy se esté mostrando en las encuestas.

En resumen, si se arrima a alguno de los dos polos, pierde su identidad. Pero si se queda en el medio, se arriesga a que su rol sea menos relevante aun que en 2015.

La confirmación de Kicillof-Magario en la provincia le achica sus posibilidades a jugar solo o a tratar de convencer a Alberto Fernández para competir en unas PASO panperonistas, algo que hoy parece poco probable.

Tampoco se ven chances de un acuerdo con el macrismo, porque eso devaluaría fuertemente el discurso opositor que ahora cultiva el tigrense.

Mientras Massa reflexiona sobre las chances que le deja ese panorama, la que hace cálculos es María Eugenia Vidal. En 2015, sacó 500 mil votos más que Macri en la provincia. Es decir, hubo votantes peronistas que pusieron el sufragio por Daniel Scioli a nivel nacional y el de Cambiemos a nivel provincial.

Los candidatos a repetir ese voto combinado son los adherentes al espacio de Massa. Como Kicillof ofrece menos resistencia que Aníbal Fernández, es difícil pensar que la masa militante kirchnerista haga una combinación interpartidaria a la hora de sufragar.

En cambio, los del centro, conscientes de que el candidato massista no tiene chances en provincia, posiblemente se inclinen hacia la actual gobernadora. Lo único que podría alterar ese escenario es que el mismísimo Massa se postulara a gobernador. Pero él mismo cerró esa puerta.

La reunión del Frente Renovador, este jueves, tal vez dará nuevas señales. A fin de cuentas, Massa está obligado a pensar no sólo en sus propias chances personales sino en la de los intendentes que lo han acompañado y que, posiblemente, le reclamen un acercamiento al resto del peronismo.

Una vez más, la "ancha avenida" deja en evidencia los grandes riesgos que la llevan a estrecharse.