CANCILLER

Felipe Solá: el ex gobernador bonaerense que dirigirá la diplomacia argentina

Solá se había presentado como precandidato presidencial en el ámbito del PJ, pero fue el primero en bajar su candidatura cuando Cristina nominó a Fernández
POLÍTICA - 06 de Diciembre, 2019

Felipe Solá, un peronista que supo adaptarse al juego en distintos equipos y funciones, ocupará ahora la cabeza del Palacio San Martín, desde donde saldrá al mundo para representar a la diplomacia argentina.

Camaleónico, el próximo canciller fue secretario de Agricultura con Carlos Menem en los ´90, asumió como gobernador bonaerense alineado a Eduardo Duhalde para completar el mandato interrumpido de Carlos Ruckauf y luego revalidó el cargo en 2003 con el apoyo de Néstor Kirchner, con quien tuvo una relación de idas y vueltas.

En 2007, tras concluir su mandato de gobernador, asumió una banca de diputado nacional por el Frente para la Victoria, pero en 2008 se separó del kirchnerismo por sus diferencias en el abordaje de la crisis del campo.

Allí dio un salto a las filas de Unión PRO, la alianza de centro derecha que lideraban Mauricio Macri y Francisco De Narváez, y en el Congreso jugó abiertamente en lo que se conoció como el "Grupo A", un frente parlamentario de oposición dura al kirchnerismo.

En 2011, rompió con Unión PRO y se unió al Peronismo Federal, una corriente del PJ disidente, y en 2013 se subió al armado político del Frente Renovador de Sergio Massa, quien en ese momento emergía como el opositor más convocante, luego de hacer público su alejamiento del Frente para la Victoria.

Tras varios años como diputado en la órbita del massismo, en 2018 lideró un desprendimiento en el Frente Renovador debido a su decisión de volver a acercarse al Partido Justicialista y a Cristina Kirchner en pos de confluir en un frente electoral común para enfrentar a Macri.

Por un breve lapso, abrigó el sueño de ser ungido candidato presidencial de todo el peronismo, y encabezó un armado que se diluyó en el mismo instante en que Cristina Kirchner anunció que el postulante iba a ser Alberto Fernández, con ella de vice.

De estrecha relación personal y política con el ex jefe de Gabinete, rápidamente se puso a trabajar a su lado en la campaña.

La recompensa no tardó en llegar: Fernández lo incorporó a su mesa chica, y le dio la tarea de acompañarlo en cada una de sus giras internacionales durante la campaña y luego la de estar al mando del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.

Para cumplir la misión, Solá realiza un curso acelerado de inglés y también recibe el asesoramiento permanente del ex canciller Jorge Taiana para aprender los gajes del oficio.

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