El oficialismo está atravesando por estas horas una dura interna entre el pensamiento kirchnerista y el peronista.

La polémica la desató el ministro de seguridad bonaerense Sergio Berni, y ahora, apuestan a Cristina Fernández de Kirchner, por medio del gobernador Axel Kicillof, para que pueda calmar las aguas.

Berni es un político desafiante, y demostró que su temperamento supera incluso investiduras presidenciales.

"Nadie es dueño de la verdad absoluta", le advirtió Berni a Alberto Fernández, ya que el Presidente, en plena entrevista periodística le pidió al ministro bonaerense "que se ocupe de la provincia de Buenos Aires" en lugar de criticar a Frederic por desestimar el uso de las armas Taser. En pocas palabras, lo mandó a que no se meta en donde nadie lo llamó. 

Berni en vez de callarse, desafió al Presidente, y por supuesto, sus dichos enfurecieron a todos en la Casa Rosada. 

A pesar de la furia en la casa de Gobierno, desde presidencia le pidieron a sus funcionarios dar la pelea por terminada, y no seguir mediatizando la grieta oficialista. "El tema para nosotros se terminó, que se pelee solo", segun Urgente 24. 

Berni por su parte, está firme en su postura. Incluso, fuentes cercanas al ministro bonaerense aseguran que él se escuda diciendo: "El presidente es Alberto, pero mi jefa política es Cristina". 

Ante esta actitud, desde la Rosada ponen todas las fichas en la vicepresidenta para "calmar" a Berni.