GIRA PRESIDENCIAL

Señales de escepticismo sobre que Alberto F. consiga el apoyo europeo en negociación con FMI

El presidente Alberto Fernández busca relacionarse con líderes europeos para generar peso dentro del Fondo Monetario Internacional para renegociar deuda
POLÍTICA - 28 de Enero, 2020

El primer objetivo de la agenda diplomática está cumplido: el Gobierno consiguió, en el marco de una improvisada agenda, reuniones con cuatro líderes europeos con influencia sobre el Fondo Monetario Internacional (FMI), para poder acercar posiciones en el marco de su imperiosa necesidad de renegociar a contrarreloj la deuda con el organismo.

Pero lo que falta es lo más importante, y es justamente el terreno en el que se ven señales de pesimismo: que Alberto Fernández logre en su gira europea demostraciones explícitas de apoyo para la renegociación con los fondos de inversión privados y con el FMI y que esto pueda ayudar a normalizar la economía.

Fuentes ligadas al ámbito diplomático dejaron entrever una visión escéptica. Creen que, más allá de "la foto", Fernández no traerá apoyos concretos a no ser que demuestre una voluntad de avanzar en un plan ordenador de la economía. Especialmente, no tienen expectativas de que respalden la exigencia argentina de obtener mayor plazo de pago pero sin que exista, como contrapartida, la promesa de una agenda de reformas.

"Todavía no hay una imagen establecida de Alberto Fernández en el mundo. Por eso es necesario que viaje, pero los líderes de Europa le van a pedir que muestre dónde recorta. La gira la tiene que hacer porque sin éxito en esa negociación no se va a poder resolver la deuda, pero no va a mostrar resultados concretos", subraya a iProfesional, Emilio Cárdenas, ex representante argentino en la ONU y ex embajador.

En especial, el centro del análisis se sustenta en el recelo internacional del país por ya considerarlo un "deudor serial" y, por lo tanto, Merkel a la cabeza querrá saber cuál es la propuesta que le acercará el Gobierno para resolver el problema.

Sin aislacionismo, pero sin integrarse

En este escenario, la buena noticia para el Presidente es que podrá acercarse y relacionarse de forma directa con varios integrantes del FMI, para permitir dejar de lado los "fantasmas" que había en el mundo sobre el país, tras los mensajes críticos que hubo sobre el pago de la deuda durante la campaña presidencial del año pasado.

A esto se le suma los "malos" recuerdos internacionales dejados durante la gestión de la ahora vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, de tener una postura "aislacionista", con vínculos con representantes chavistas, y firmando un cuestionado memorándum con Irán. Pero, sobre todo, en el plano financiero queda muy fresco en la memoria el default que tuvo Argentina a fines de julio del 2014.

Así las cosas, tras el encuentro con el Papa Francisco, Alberto Fernández tiene asegurada la foto con el primer ministro italiano Giuseppe Conte. Luego llegará a España, para encontrarse con su presidente Pedro Sánchez, y a Francia para verse con Emmanuel Macron. El último será con la máxima autoridad alemana, Angela Merkel, una nación considerada clave debido a su posición dura y extremadamente exigente respecto al cumplimiento de condiciones para otorgar préstamos.

"Está bien que se haga un contacto directo con los presidentes de los países que son influyentes en el FMI, sobre todo Alemania, que tiene posiciones duras respecto al cumplimiento del superávit fiscal de las naciones interesadas en obtener financiamiento. Pero la relación más importante va a ser con Estados Unidos, más allá que ir a Europa evidentemente va ayudar", resume a iProfesional Héctor Torres, ex director ejecutivo para Argentina del FMI.

En definitiva, la señal de la gira y el encuentro directo con los presidentes europeos es positiva para los analistas consultados por iProfesional, aunque se abren interrogantes respecto a los resultados.

"No va a ser fácil para el Presidente porque hay una gran desconfianza con Argentina, ni para Guzmán, que debe negociar con Estados Unidos. El FMI va a querer que salga la renegociación, pero va a pedir ajuste a cambio porque hace 70 años que vivimos de prestado", apunta Cárdenas.

En ese sentido, Torres coincide que hay que remontar "una situación complicada, no sólo económica sino política, porque la campaña presidencial que vivimos estuvo basada en la estigmatización del adversario. La formula Fernández-Fernández se presentaba como una especia de chavismo en Argentina, por la relación que tuvo Cristina con ese gobierno".

Pero, agrega a favor, este temor cambió cuando Alberto Fernández tomó medidas fiscales que "no tienen nada que ver con lo que es un gobierno populista".

En cuanto a la propuesta que se le podrá acercar al FMI, Torres considera que es clave dilucidar si Argentina quiere un nuevo acuerdo, o no, con este organismo internacional.

En ese caso, establece dos posibilidades: hacer otro stand by "a más corto plazo y con menos condiciones"; o bien, la segunda alternativa es realizar un acuerdo de facilidades extendidas, que permite repagarse a 10 años, pero a cambio se deberán realizar "reformas estructurales que implican costos de corto plazo para rendimientos de largo".

Asimismo, el hecho de que el primer mandatario viaje inicialmente al Viejo Continente y no a Estados Unidos, que es el país de mayor poder de decisión dentro del FMI, encierra también un mensaje político directo que está destinado a su propia tropa, más allá del actual distanciamiento que hay entre ambos países.

Algunos expertos interpretan que no se desea mostrar un abrupto acercamiento a Trump. Algo que le podría generar ruidos en el seno ideológico del Frente de Todos, donde conviven distintas ideologías.

Por eso es una gira que despierta un análisis profundo sobre relaciones de poder con Estados Unidos y Europa donde, en todos los casos, se apunta a llegar al corazón del poder del FMI.

Problemas de cabotaje

Entre los puntos positivos que se le reconocieron a la gestión de Mauricio Macri, se destaca su intenso relacionamiento con los principales líderes del exterior y, en especial, su fluido vínculo con Donald Trump, algo que posibilitó a que Argentina acceda rápidamente al salvataje del Fondo Monetario.

Incluso, la frutilla de la torta fue la exitosa organización del G20 en Buenos Aires, a fines de 2018, que cautivó a varios de los visitantes ilustres en el teatro Colón.

En cambio, Alberto Fernández comienza un mandato en el que arrastra el prejuicio externo del pasado, por haberse aliado con el kirchnerismo, y sin dar muestras de tener demasiado conocimiento sobre política internacional.

"No entiende al respecto, no está bien definida su política y comunicativamente es limitado porque no habla idiomas. No es lo ideal hablar con intérpretes, y Felipe Solá tampoco tiene muy en clara esta función", acota Cárdenas.

A pesar que el Presidente ha realizado su primer viaje oficial por Israel, y ahora irá a Europa, que son leídos como guiños positivos al mundo, todavía no se percibe una clara política externa.

"El problema es que desde afuera se ve a Argentina como un país esquizofrénico, que tiene algo así como dos personalidades, ya que va un rato para un lado y un rato para otro. Es decir, no está definido ni hacia el liberalismo, ni hacia el populismo. Es la peor de las situaciones porque el Gobierno se podría alinear con la mitad del mundo que apunta para un rumbo, o bien, con la otra mitad que va para el otro sentido. Pero de esta forma indefinida todos sospechan", resume el politólogo Jorge Giaccobe (h).

Y agrega: "La única posibilidad de salir de la crisis es crecer, y para crecer necesitamos conectarnos con el mundo. Para eso, primero tiene que haber un sistema de relaciones internacionales, porque el vínculo interpersonal juega muchísimo para lograrlo, y después del otro lado tiene que haber una identidad definida del país".

A ello, acota a iProfesional el experimentado analista Carlos Fara: "Todo esto está inscripto que en el plano internacional Alberto va a ser un permanente equilibrista entre la necesidad que tiene de acudir al frente externo, por los compromisos de deuda que se tienen y, por otro lado, la política exterior será un elemento de satisfacción simbólica del ala más cristinista".

También se suma la desprolijidad que hubo en la organización de la gira, que para los expertos puede deberse a dos factores. Uno ligado a que el Gobierno asumió hace menos de dos meses y está en pleno proceso de acomodamiento y adaptación. La segunda causa se vincula a la diferencia de criterios y heterogeneidad de las fuerzas que componen el Frente de Todos, que generan discordias internas en la forma de abordar ciertos temas.

El peso europeo

Si bien es positivo que el nuevo Gobierno de Argentina genere un acercamiento diplomático directo de su máximo representante a distintos países, algunos analistas consideran que el acceso directo a solucionar el problema más urgente del país, que es la renegociación de deuda con el FMI, no pasa por Europa, sino por Washington.

Aunque, claro, hoy las relaciones entre Alberto Fernández y Donald Trump lucen difíciles y distantes. Una de las causas del porqué la Cancillería argentina busca "entrarle" al Fondo Monetario por la vía europea.

Cabe aclarar que, desde lo matemático, los cuatro países agendados para la gira (Italia, España, Francia y Alemania), considerados en conjunto, superan a Estados Unidos en cuanto a votos, porque cuentan con el 19% de los sufragios del directorio del Fondo Monetario.

Sin embargo, con su 16,7% de los votos, Estados Unidos mantiene un indiscutido liderazgo de este organismo financiero. Su decisión es definitoria en los casos tratados, más allá que se requiere un consenso general para la votación. Por ende, la aprobación de Trump del plan argentino es clave para poder lograr un acuerdo con el FMI, en el que se requiere de una mayoría simple.

"Alberto Fernández tiene un problema de deuda, en esto Washington es un actor fundamental dentro del FMI, y creo que el Presidente considera que un acercamiento demasiado brusco, en mostrarse demasiado servil con Estados Unidos, es contraproducente", analiza ante iProfesional Juan Negri, profesor del Departamento de Ciencias Políticas y Estudios Internacionales de la Universidad Di Tella.

En este sentido aclara que para varios votantes y personas que son funcionales al Frente de Todos, "una relación cordial con Washington es problemático, entonces la idea del Gobierno puede ser la de ir equilibrando la relación con otros países. Y por eso eligió una forma de triangular, al ir a Israel y Europa, mostrando una política exterior activa, pero sin acercarse demasiado a Estados Unidos".

Es decir, considera Negri que la gira de Alberto Fernández por el Viejo Continente es la contracara de la gira del ministro Martín Guzmán por Wall Street, que es el que establece el vinculo más directo con Washington y es el político "menos visible" que el Presidente.

"Entonces, el objetivo argentino, quizás, es tratar de compensar el vínculo que va a deber que tener con Estados Unidos al tratar de conseguir apoyos en Europa con distintos países que vayan allanando el camino para una negociación con el FMI, y en particular con Estados Unidos, algo que va a ser muy complicado", completa Negri.

La gira de Alberto Fernández por Europa claramente es valorada como un hecho positivo para que Argentina se relacione con el mundo y a la vez que pueda ir buscando consensos para poder renegociar la deuda con el Fondo Monetario Internacional, sin generar grietas internas. Una misión desprolija con resultado incierto, pero pragmática en momentos donde los tiempos se acortan.

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