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Confidencial: la ruptura interna de Juntos por la ambición radical deja heridas y complica el futuro

La campaña se tensó a niveles que terminan siendo complicados, problemas que Larreta nunca pensó en tener y que no sabe cómo solucionar
Por S.R.
09/09/2021 - 13:00hs
Confidencial: la ruptura interna de Juntos por la ambición radical deja heridas y complica el futuro

No hubo acuerdo para un bunker en común. Diego Santilli invitó a Facundo Manes reiteradamente para que esperaran los resultados en unidad, en la misma sala, con sus seguidores participando del mismo evento. Pero el neurocientífico se negó.

Los radicales no le tienen ni una pizca de confianza a los "organizadores" del PRO y sus eventuales maniobras para dejar gente de Manes afuera. En definitiva, estuvieron prudentes: si militantes del radicalismo de la Provincia de Buenos Aires, terminaban no pudiendo entrar al bunker, la cosa podía terminar accidentada.

Santilli buscó dar un gesto de unidad y prometió a Manes ir a visitarlo a su propio centro de operaciones. Sin embargo, el radical no dejó de chicanearlo: "Pero te negaste a debatir", le espetó públicamente. Hay heridas abiertas, se dijeron cosas que no permitirán suturas tan sencillas.

Los de la boina blanca creen en serio lo que dicen: "No aparatearon, nos complicaron la campaña, el aparato del PRO en algunas partes del conurbano es muy similar al del kirchnerismo, y nosotros no tenemos ni el dinero de la Ciudad de Buenos Aires ni ese aparato", dice un operador del centenario partido.

Santilli buscó dar un gesto de unidad pero Manes dejó al descubierto la interna

Las apariciones de diversos dirigentes radicales hostigando a Horacio Rodríguez Larreta por un supuesto aprovechamiento de los fondos del gobierno porteño para la campaña y, en los últimos días, señalándolo como responsable de diversas operaciones de medios contra Manes, forman parte ya del folklore interno radical de estos días.

Por eso, figuras como el gobernador Gerardo Morales o el presidente del partido, Alfredo Cornejo, instalaron estas cuestiones y batallaron en los medios con esos argumentos. Creen que "no hubo una disputa limpia, fue un descarado uso de recursos, con los que se apreto a los medios para hacernos correr con desventaja, para que no levanten a Facundo, para que lo coloquen en el lugar de quien quiere romper todo", asegura uno de los armadores del médico.

¿Cómo reparar esa fractura post domingo? Todas las poco confiables encuestas dan hoy, una ventaja considerable a favor de Santilli, con lo cual, el radical, pasaría a integrar la lista para la general, tal vez en el tercer lugar, bajo el comando del PRO. ¿Mantendrá el interés?

Por otro lado, en la sede imperial de Uspallata se preguntan como hará Manes, en caso de querer ser protagonista de la campaña, para hablar bien de quien encabeza la lista después de todo lo que dijo.

"Este tipo se complicó y nos complicó mucho. A cada momento de la campaña dejó sentado que nosotros somos casi como los K, nos combatió, nos denunció, se le va a hacer imposible ser parte de la campaña para la general sin entrar en contradicciones complicadas, lo mejor va a ser que guarde silencio", opina uno de los estrategas del PRO.

El razonamiento no es erróneo. Y en el radicalismo tampoco creen que Manes tenga muchas ganas de ser tercero. No va a bajarse en medio de la campaña, pero la idea de participar lo menos posible e incluso, de no asumir su banca cuando le toque ir al Congreso, sobrevuela los comités bonaerenses.

La pérdida para el radicalismo en ese escenario sería importante. Si Manes decide renunciar antes de asumir, quien ocuparía su lugar sería alguien del PRO o en el mejor de los casos, el tercero en su lista, el hombre que le sigue, Emilio Monzó, que de radical no tiene nada, no responde a la estructura ni al proyecto nacional de la UCR.

El problema de Juntos no es el domingo, es cómo llegar a noviembre con estos niveles de conflictividad

La campaña se tensó a niveles que terminan siendo complicados, problemas que Larreta nunca pensó en tener y que no sabe cómo solucionar. La unidad de una oposición agrietada hacia adentro, con niveles de conflictividad mas intensos que los que se han exhibido con el kirchnerismo y sin un liderazgo respetado por todos, requerirá el tejido de una malla de contención que, todos creen, terminará recayendo en Mauricio Macri.

"Horacio no está para eso, es un administrador de primera, un gran gestor, no un operador político, le falta la sutileza. Y no tiene quien le haga ese trabajo, su núcleo cercano es poco operativo, son pibes, no se como vamos a hacer", dice un merodeador de Parque Patricios.

El problema de Juntos no es el domingo, es cómo llegar a noviembre con estos niveles de conflictividad y crisis interna, como acomodarse para enfrentar al kirchnerismo en una elección que va a definir el perfil de la contienda que importa, la que va a determinar si es cierto que la de 2019 fue la última elección que ganó el peronismo, como asegura Macri a quien quiera escucharlo.