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Massa apuesta a gestos de cambio más profundos pensando en 2023

Entiende que no hay ningún anuncio ni cambio de gabinete que vaya a dar vuelta el resultado electoral y que el futuro de Alberto está sellado
Por S.R.
18/10/2021 - 11:00hs
Massa apuesta a gestos de cambio más profundos pensando en 2023

"No es un acto de generosidad, es Sergio amigo, si Alberto no llega mas o menos prolijito a 2023 su expectativa presidencial se le va a la mierda", dice una fuente que conoce como la palma de su mano a Massa.

La gran concertación nacional entre las agrupaciones políticas más importantes, empresarios y trabajadores que viene anunciando para después de las elecciones el titular de la Cámara Baja, no despierta entusiasmo casi en nadie, pero es una maniobra desesperada del dirigente mas realista de la coalición de Gobierno.

Massa entiende que no hay modo. No hay anuncios, no hay fantasma de Macri y no hay cambio de gabinete, que vaya a dar vuelta el resultado electoral, en el mejor de los casos, se conseguirá que la derrota no se profundice a niveles insostenibles.

En ese contexto, la pérdida de la presidencia de Diputados es para él un costo altísimo y la pérdida de poder de Alberto Fernández, a esos niveles, también lo perjudica en sus ambiciones futuras.

Sergio quiere ser presidente y quiere serlo en 2023. Percibe que concitó el beneplácito de Máximo y que las dudas que sobre él tiene Cristina, su hijo puede pulirlas. Cree que el eventual segundo mandato de Alberto murió antes de gestarse y que el propio kirchnerismo sabe que cualquier candidato de su riñón tendrá los votos del núcleo duro, pero el de nadie más.

Massa cree que el eventual segundo mandato de Alberto murió antes de gestarse

"Cree que es él o él, no hay sorpresa posible", dicen en el bloque oficialista del cuerpo que preside. Y es ahora: va a llegar en plenitud con 52 años. Si el oficialismo perdiese y llegaran dos períodos de otra fuerza política, su próxima opción sería a los 60 años, "Sergio cree que se le estaría pasando el cuarto de hora, la gente no quiere elegir personas de edad avanzada", explican en su entorno.

La contundente derrota electoral que parece acercarse el 14 de noviembre, es una crisis y una oportunidad. La crisis saca a Alberto de la carrera por la reelección y la oportunidad es erigirse en el emblema de la unidad nacional, comandar el proceso y llegar bien parado a 2023.

Depende para eso, claro, de la oposición. Confía en su histórica amistad con Horacio Rodríguez Larreta. La idea básica es que el regente del Palacio Imperial de Uspallata, no puede eludir su propio estilo dialoguista y concertador, y que negarse públicamente a un gran proyecto de unidad nacional, le resta al propio Horacio.

Teme, lógicamente, a otros sectores de la oposición. Mauricio Macri lo llamó "ventajita", no se soportan, y aunque el ex presidente está cada vez más lejos de volver a intentarlo, mantiene su peso en la alianza opositora. Patricia Bullrich tampoco tiene nada en común con Massa y "tiene la capacidad de dinamitar cualquier acuerdo con dos declaraciones", dicen en el massismo.

Con los radicales la cosa es un misterio. Es cierto, tiene muy buen vínculo con Mario Negri, perfeccionado en estos dos años en la Cámara de Diputados con el cordobés como líder del bloque opositor, pero Negri perdió su provincia, su poder está en baja, Martín Lousteau va creciendo en relevancia en el partido centenario, igual que Facundo Manes y ahí la relación no es tan fluida, es un misterio.

Por fin, le queda la Coalición Cívica. Con Elisa Carrió y los suyos no hay forma de pulir diferencias. Lo han denunciado, lo han relacionado con protección al crimen organizado en Tigre, y tal como Bullrich, tienen el poder de volar por el aire cualquier acuerdo con un par tuits.

Sergio Massa quiere ser presidente y quiere serlo en 2023

Sin embargo, Massa seguirá adelante con su estrategia de gran concertación multilateral y unidad nacional para salir de la crisis. Confía en que Larreta podrá conducir a la oposición, y que los más confrontativos quedarían demasiado solos si lo enfrentan en un discurso de paz y amor.

Otro de los temores es la reacción de la gente y la confianza que la sociedad tenga en ese gran acuerdo. Nadie le cree a nadie a esta altura, la imagen pública de Massa no es buena, su diferencial es ampliamente negativo y podría darse que, quienes se opongan a la "concertación" con el kirchnerismo, elevan sus niveles de imagen porque la gente esta partida, fanatizada y hay un sector importante de la sociedad que parece querer tomarse un descanso no solo del kirchnerismo sino también del peronismo.

"Tenés que mirar a México. Después de un período larguísimo de control total del PRI, hubo dos períodos de cinco años (diez en total), de victoria de una fuerza política alternativa. Recién después de eso, pudo volver con (Enrique) Peña Nieto, con un perfil totalmente diferente. Si ese es el destino del peronismo, el plan de Sergio no va a funcionar. Igual, no le queda otra que intentarlo", dicen en el peronismo cordobés, mas cercanos a Massa que a cualquier dirigente kirchnerista.

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