Una de las primeras tareas de la flamante ministra de Trabajo, Raquel "Kelly" Olmos, será reanudar las negociaciones salariales entre la Unión Tranviarios Argentinos (UTA) y la Federación Argentina de Transporte Automotor de Pasajeros (FATAP). Se estancaron la semana pasada y derivaron en el paro de 48 que se realizó en la mayoría de las provincias del país, pero sin alcance en el Área Metropolitana de Buenos Aires, algo que le impidió nacionalizar el conflicto. 

Lo que sí tiene un alto impacto en todo el país es el encarecimiento del boleto. Tanto en el norte como en el sur del país el viaje en colectivo es sensiblemente más alto que el que se paga en el AMBA y refleja el impacto negativo que genera una desigual distribución de los subsidios estatales para el transporte público. El 69% de los fondos van a parar al AMBA y el 31% restante a todas las demás provincias del país y esa disparidad es la base de las tensiones que tienen los gobernadores con la Casa Rosada. Esa frazada corta se achica con la inflación y se pone muy tirante a la hora de debatir salarios luego de un año donde los principales sindicatos están reclamando aumentos del 100% promedio.

Mientras que la tarifa mínima en el AMBA es de 35 pesos, en Rosario, Córdoba y Santa Fe llega a los 85 pesos. En Río Negro vale 80 pesos pero en Bariloche sube a los 96 pesos. En el norte la dinámica de las tarifas es similar y los boletos varían de los 65 pesos en Tucumán a los 70 que pasarán a costar desde la semana próxima. 

El lunes, cuando faltaban pocas horas para el comienzo del paro, el ministro de Transporte, Alexis Guerrera, fue a exponer el capítulo de su cartera en el proyecto de Presupuesto 2023. Asumió el impacto negativo que tiene para los usuarios del resto del país saber la tarifa que se paga en el AMBA, pero remarcó que así como en distintas provincias usan solo un colectivo para ir a trabajar o estudiar, en la Capital y el conurbano el promedio de tranportes usados para llegar a un destino es de 2,5 veces. 

Transporte: el plan para el año que viene

El titular de la cartera de Transporte fue el último funcionario que fue a defender el diseño del plan de cuentas nacionales para el año que viene. Llegó para mostrar los números y exhibir que avanza en cumplir con la reducción acordada con el Fondo de los subsidios. Anticipó que la partida para el Fondo Compensador para el transporte del interior será de 66.000 millones de pesos, un 34% incremento sobre los 46.000 millones de pesos de este año. Para el AMBA el funcionario sostuvo que no girarán más de 124.000 millones de pesos. Los porcentajes de aumento interanual están un 26% de la estimación anual del 60% que plantea el proyecto enviado por el Ejecutivo.

Mientras los diputados oficialistas y opositores de cada provincia analizan la ecuación económica de su sistema de transporte para el año que viene, todavía no se pudo cerrar la negociación para cubrir los fondos para lo que resta de este año. Hay un proyecto de ley que tiene dictamen de la comisión de Transporte para declarar la emergencia del sistema de colectivos de todas las provincias, salvo el AMBA, que eleve las partidas de este año a 59.500 millones de pesos y que defina a la tarjeta SUBE como el requisito clave que debe cumplir cada provincia si quiere seguir recibiendo subsidios de origen federal. 

La puja por subsidios para el transporte público conduce a nuevos aumentos del boleto

El proyecto que plantea el aumento de los fondos para este año está varado desde hace dos meses. También debe pasar por la Comisión de Presupuesto, que estará enfrascada en la "ley de leyes" hasta fines de este mes. La diferencia entre lo recibido y lo reclamado supera los 20.000 millones de pesos para cerrar este año con menos conflictividad. 

Ante las preguntas, Guerrera no pudo precisar si el último tramo de este año incluirá algún aumento del dinero que ya fue girado. Dijo que lo tiene que negociar con su par de Economía y jefe político, Sergio Massa. Según confiaron a iProfesional fuentes vinculadas a la negociación, los números son parte de un diálogo entre los gobernadores por región con el Palacio de Hacienda. 

El costado más tirante no pasa por las dificultades para negociar con la Casa Rosada, sino a los nuevos incrementos del boleto en vísperas de un año electoral donde el transporte público también será un gran termómetro. Guerrera afirmó que no se moverán de los números presentados y dijo que lo demás deberá ser cubierto con "actualizaciones tarifarias", es decir, más aumentos del boleto con la misma proporción en la distribución de los subsidios, como sucede ahora.