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La otra grieta: qué plan tienen para dólar, inflación y crisis social Larreta y el tándem Bullrich-Macri

Los modos para enfrentar la crisis económica de la Argentina dividen a los dirigentes más competitivos del PRO para la próxima elección presidencial
10/11/2022 - 13:00hs
La otra grieta: qué plan tienen para dólar, inflación y crisis social Larreta y el tándem Bullrich-Macri

"La sangre no llegó al río", sintetizó un diputado nacional por el PRO acerca del resultado de la reunión política realizada el lunes 8 de noviembre para que no vuelvan a cometerse agresiones verbales, chicaneos públicos e intentos de agresión física entre los referentes de los dos principales candidatos del partido fundado por Mauricio Macri para alcanzar la Presidencia de la Nación dentro de la coalición de Juntos por el Cambio. Una reunión estrictamente política para que Patricia Bullrich, titular del PRO, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, fumaran una pipa de la paz que traiga algo de sosiego, al menos, hasta el próximo mes de abril, cuando la campaña electoral este en su apogeo.

Ahora bien, el intento de Mauricio Macri para no profundizar la brecha que divide a estos dirigentes, que en esta ocasión se colocó en el papel de árbitro y de primus inter pares, locución latina que significa, el primero entre iguales, por su poder de autoridad dentro de la estructura del PRO, no tomó en cuenta otro precipicio gigantesco que se está abriendo por estas horas de aceleración de la crisis financiera.

Existe una brecha muy grande en materia de análisis económico que divide a los dos candidatos y que se convertirá en una fuente concreta de problemas para la unidad de la oposición teniendo en cuenta los planteos disímiles en temas fundamentales como déficit fiscal, cepo cambiario y métodos para combatir la inflación.

Al menos, en esta oportunidad han desaparecido los globos de colores y los mensajes optimistas típicos del armado PRO que propugnaron asesores como Jaime Durán Barba o Alejandro Rozitchner que lo llevaron al ex presidente Macri a prometer en campaña en 2015 cosas como, "...al final del segundo año estamos en un dígito, estate seguro, esto es lo más fácil. Lo más fácil que tenemos por resolver es la inflación y el cepo.

En ese sentido, tanto los "halcones" del PRO representados por Patricia Bullrich como las "palomas" del partido referenciados en Horacio Rodríguez Larreta son conscientes del desafío mayúsculo que deberán afrontar si quieren sanear la economía del país.

Pero las coincidencias llegan hasta el diagnóstico del problema a tratar. Los senderos para solucionar la crisis se bifurcan y no se tocan y las propuestas son evaluadas de diferentes maneras por los agentes económicos mientras desde las dos facciones en pugna se preparan para dar la batalla por la economía.

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"La sangre no llegó al río", sintetizó un diputado nacional por el PRO acerca del resultado de la reunión política

No pueden entenderse de otra manera los coqueteos entre Patricia Bullrich y el economista Javier Milei o la reunión reciente entre Horacio Rodríguez Larreta y el ex presidente español, Felipe González.

La receta israelí-española que imitará Horacio Rodríguez Larreta

El alcalde porteño suele repetir ante dirigentes empresariales, sindicales y políticos que su proyecto será, "como sucedió en España o en Israel porque necesitamos grandes consensos para que el país se desarrolle".

Para Rodríguez Larreta la solución no pasa por la velocidad para implementar medidas que rompan el statu quo de la economía nacional que la está asfixiando día tras día.

Las modificaciones y correcciones se deben realizar con paciencia y alcanzando el mayor consenso posible de las fuerzas políticas y sociales involucradas y, para ello, sus principales asesores económicos como Julia Pomares o Hernán Lacunza no dejan de estudiar el denominado milagro israelí que detuvo la inflación que carcomía las posibilidades de desarrollo del estado hebreo.

Al igual que en el caso de los pactos de la Moncloa en España, en Israel, se necesitó acuerdos entre los partidos políticos para tomar decisiones fundamentales como, por ejemplo, indexar los salarios de los trabajadores por los indicadores que miden la inflación futura.

Para la investigadora económica de la Universidad de Mar del Plata, Marisa Adriana Zizmond, "Israel constituye un caso paradigmático de estudio porque logró contener la inflación al implementar un programa de estabilización en el año 1985 que redujo, de manera inmediata y permanente, un índice anual de inflación de 450%, registrado a mediados del ‘85, hasta un 20% anual a comienzos de 1986. Todo esto lo lograron sin sufrir grandes recesiones ni importantes pérdidas de puestos laborales y posicionó al país en el resto del mundo".

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Para Rodríguez Larreta la solución no pasa por la velocidad para implementar medidas

Asesorado por el economista cordobés Manuel Trajtenberg que vive en Israel y formó parte del Consejo Económico del estado, el Jefe de Gobierno porteño tendrá entre sus premisas económicas reducir el déficit fiscal y la emisión monetaria. Congelar el tipo de cambio y no desdeñará una de las herramientas preferidas del kirchnerismo, el análisis de costos para controlar precios.

Uno de los desafíos más grandes lo tendrá en el mundo laboral y sindical porque el programa prescribe acuerdos con la CGT y otros gremios para ajustar salarios de manera planificada.

Con respecto a la política monetaria se evalúa dar independencia real al Banco Central para determinar las tasas de interés y la política cambiaria acompañada por el celo necesario para frenar la emisión de dinero a pedido del Tesoro Nacional.

Un conjunto de medidas, algunas de ellas más ortodoxas con respecto a las recetas liberales, que deberían ser implementadas con el mayor consenso posible para que tengan un fuerte apoyo de la sociedad. En ese marco, una vez más, no hay lugar para mensajes optimistas ni globos de colores como sucedió en 2015.

Sin anestesia, la propuesta que evalúa Patricia Bullrich

En el modo de encarar la crisis, la titular del PRO, tiene más puntos de contacto con la visión de Mauricio Macri que habla de un segundo tiempo o una segunda oportunidad según quien lo interprete. Porque para el expresidente, lo importante es la velocidad de la implementación de las medidas económicas. Todo lo contrario al gradualismo que imperó durante los meses iniciales de su administración.

En este contexto Patricia Bullrich se anima a hablar de bimonetarismo. Al estilo del régimen cambiario adoptado en Brasil y en Perú y dispone de su equipo de asesores para estudiar esa modalidad.

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Patricia Bullrich empezó a hablar de bimonetarismo y de reforma fiscal

El economista Luciano Laspina, el tributarista César Litvin o Daniel Artana le preparan soluciones que deben adoptarse los primeros cien días de gestión. Bullrich también dialoga con el economista Carlos Melconian, que desde la fundación Mediterránea ha hecho públicos trabajos para los futuros candidatos, y se asesora con Javier Iguacel, ex intendente de Capitán Sarmiento.

La imagen de "halcón" y de "dama de hierro" que busca transmitir Patricia Bullrich la lleva, además, a no descartar del todo el proyecto de dolarización de la economía que la lleva a tener puntos de contacto con el economista y, también precandidato presidencial, Javier Milei.

Sin embargo, estos coqueteos con el referente de la Libertad Avanza que enerva a los seguidores de Rodríguez Larreta y a la entera población que integra la Unión Cívica Radical, tienen sus momentos de alzas y bajas.

Por ello, la titular del PRO se está focalizando en su propuesta de economía bimonetaria y reforma fiscal.

Economía bimonetaria y reforma fiscal

El concepto de economía bimonetaria refiere a un sistema en el que produzca y ahorre, de manera activa, con 2 tipos de monedas y no sólo la local. Un estudio de la consultora Ecolatina señala que, en el caso de la Argentina, "ganamos y gastamos en pesos, pero ahorramos y pensamos en dólares".

En ese sentido, de acceder a la presidencia, Patricia Bullrich intentará que el dólar pase a ser billete de circulación legal a la par del peso  argentino. "De esta manera el cepo desaparecerá de forma inmediata por la misma lógica de la realidad del uso del billete", según expresó.

Con respecto a una reforma fiscal, su equipo trabaja en la eliminación de impuestos que afectan a la producción. César Litvin repasa los 170 gravámenes de los cuales, tan sólo 11 de ellos, explican el 90% de la recaudación total. Bullrich quiere eliminar de un plumazo todos esos impuestos considerados distorsivos pero para ello deberá contar con mayorías necesarias en las Cámaras de Diputados y Senadores de la Nación.

Con respecto a la política monetaria, Patricia Bullrich, no quiere dejar lugar a ninguna manipulación política que pueda entrometerse en la dirección del Banco Central. Para ello, intentará que el Congreso apruebe un proyecto de ley que prohíba, al Central, emitir dinero.

Donde existen puntos de contacto con Javier Milei es en una profunda reforma del Estado que Larreta parece no contemplar entre sus puntos principales.

Bullrich prometió el "fin de los privilegios" para ingresar al Estado a través de la rendición de exámenes transparentes además de eliminar cargos en el Poder Ejecutivo totalmente irrelevantes según su visión.

Otro de los puntos que dividen a halcones de palomas es el tratamiento de la cuestión social. La propuesta de Bullrich es terminar con los planes en los primeros seis meses de un hipotético gobierno suyo, sino se hace de esa manera "se van a quedar para siempre", sentenció.

Asesores de la ex ministra de seguridad de Mauricio Macri sostienen que, por el momento su propuesta principal es adoptar el bimonetarismo, pero mantiene en su escritorio de trabajo un escenario de dolarización de la economía argentina que la acerca al economista libertario, Javier Milei.

Técnicamente la dolarización es el proceso por el cual un país adopta al dólar estadounidense como moneda de curso legal. Las dudas que genera ese plan pasan por los efectos que produciría al día siguiente de adoptarse la medida. Una mega devaluación, la necesidad de generar un plan Bonex, un canje compulsivo de los depósitos a plazo fijo por títulos públicos como sucedió en 1989 en un contexto hiperinflacionario, y, hasta, la posibilidad de un corralito.

Estos efectos nocivos no se producirían según la fórmula explicada por Javier Milei a Patricia Bullrich en un diálogo que mantienen los dos políticos de manera cada vez más asidua.