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Cristina dio pistas de su plan electoral: alianza amplia, guiños a la clase media y agenda estatizadora

La líder kirchnerista no reveló si se postulará pero dejó en claro que tiene un plan. Esbozó una agenda para reconciliarse con parte del electorado
18/11/2022 - 07:00hs
Cristina dio pistas de su plan electoral: alianza amplia, guiños a la clase media y agenda estatizadora

Finalmente, el tema que más atención había concitado en la previa del acto de Cristina Kirchner en La Plata fue el que dio menos "jugo": no despejo la incógnita sobre su candidatura presidencial para el año próximo. Aunque los militantes más entusiastas interpretaron que su cita de Juan Domingo Perón –"todo en su medida y armoniosamente"- era un guiño en el sentido de que ella sí tiene voluntad de postularse, pero que considera que todavía es temprano para anunciarlo.

Lo cierto es que la militancia no se retiró decepcionada tras escuchar el discurso en el estadio Diego Armando Maradona. El hecho de que no haya confirmado su candidatura no significa que Cristina no haya adoptado un franco tono de campaña electoral.

Consciente de la necesidad de levantar el ánimo de la alicaída militancia, Cristina habló con el tono de quien ya no forma parte del gobierno y sólo piensa en un programa para recuperar al país en el próximo período de gestión. Curiosamente, mientras daba su discurso, era ella la presidente en funciones, porque Alberto Fernández todavía estaba en su vuelo de regreso desde Indonesia.

Tranquila después de haberse notificado personalmente que Alberto se encontraba repuesto de su indisposición y que no había riesgo de que ella debiera asumir temporalmente la conducción del país, Cristina pudo concentrarse en hablar del futuro.

A diferencia de lo que acostumbraba en otros actos, esta vez Cristina no se refirió a la agenda de actualidad, no propuso medidas como la del aumento salarial por decreto, ni criticó políticas ni cuestionó el accionar de los ministros. Más bien al contrario, casi que justificó los problemas de la economía con el argumento que Alberto había sido muy condicionado por la deuda heredada, que limitó su margen de acción.

En cambio, prefirió poner el foco en la estrategia que está pensando para "un regreso" del kirchnerismo al poder. Y, sobre todo, para asegurarse de que no se repita la mala experiencia de ganar y no poder aplicar su programa de gobierno.

Cristina Kirchner argumentó que el atentado contra su vida implicó una ruptura del pacto democrático de 1983, y que se debe buscar una alianza que recupere ese acuerdo
Cristina Kirchner argumentó que el atentado contra su vida implicó una ruptura del pacto democrático de 1983, y que se debe buscar una alianza que recupere ese acuerdo

Una alianza amplia con guiños a la UCR

Fue ahí cuando dio pistas sobre en qué están pensando los kirchneristas al convocar a un diálogo social. Cristina está pensando en conformar una alianza política amplia, que eventualmente pueda salir de los límites del peronismo y seducir a otras fuerzas políticas, como la Unión Cívica Radical.

No fueron casuales los elogios que dedicó a la UCR, a la que calificó como una corriente política "popular". Ni tampoco cómo rescató su protagonismo histórico en defensa de la democracia.

Su argumentación resultó llamativa: abandonando la tradicional antinomia entre izquierda y derecha, ahora Cristina aspira a cambiar el eje de la discusión entre fuerzas democráticas y anti-democráticas.

Para muchos analistas, es una estrategia inspirada en la campaña de Lula, que se unió con sus viejos rivales del PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña), incluyendo el cargo de vicepresidente para el "neoliberal" Gerardo Alckmin. Lula tuvo éxito al lograr que la campaña se corriera del foco de sus causas judiciales por corrupción, y planteó la elección en términos de defensa de la democracia contra un Jair Bolsonaro de inclinaciones autoritarias.

En un paralelismo que ella misma trazó, Cristina recordó que Lula estaba preso en 2019, cuando ella formó el Frente de Todos con Alberto Fernández como candidato. Y plantea que se debe construir una alianza de fuerzas populares que se opongan tanto al "Partido Judicial" como a las fuerzas políticas que son la continuación de las antiguas dictaduras militares, una alusión indirecta al macrismo y también a sectores "libertarios".

La argumentación de Cristina para convocar a esa alianza surge del propio atentado que ella sufrió: lo califica como una ruptura del pacto social democrático de 1983. E insinúa que el macrismo está del lado de quienes quieren romper ese pacto, porque con su "discurso violento" incentiva las agresiones como forma de saldar debates políticos.

"Se quebró el pacto de respetar la vida", fue la frase con la que refirió al atentado. Y planteó que radiar a quienes fomentan la violencia es hoy "la obligación de todas las fuerzas".

"Ningún partido en Argentina puede volver a aceptar eso. Sería retroceder a etapas pre democráticas", dijo la líder kirchnerista, en un evidente llamamiento a que los socios de Juntos por el Cambio reconsideren su alianza con los "halcones" del macrismo.

Cristina estableció un paralelismo de su situación judicial con la que sufrió Lula, y planteó una estrategia electoral parecida a la del brasileño, con una coalición electoral amplia
Cristina estableció un paralelismo de su situación judicial con la que sufrió Lula, y planteó una estrategia electoral parecida a la del brasileño, con una coalición electoral amplia

Una agenda neo-estatista

Cuando todavía falta un semestre para que se definan las candidaturas y alianzas, no parece viable que Cristina tenga éxito en crear una fisura interna en Juntos por el Cambio y captar a parte de la dirigencia radical. Sin embargo, dio pistas en el sentido de que quiere avanzar en ese sentido, y planteó una agenda temática que debería ser el común denominador de las fuerzas "populares".

Y argumentó con esta frase la convocatoria a una alianza amplia: "Es necesario acordar políticas porque las elecciones, está demostrado, se pueden ganar. Pero los condicionamientos son tan graves y profundos que va a requerir que la mayor parte de los argentinos tiremos todos juntos para el mismo lado. Créanme que si no es así, nuestro país será difícil para cualquiera".

Tampoco fue casual que haya recordado la reestatización de YPF, una votación en la que el macrismo votó en contra, pero muchos radicales acompañaron. Y Cristina planteó una nueva agenda centrada en los recursos naturales, con una propuesta de mayor protagonismo estatal.

Así, recordó la importancia estratégica del litio, la apuesta económica al autoabastecimiento de gas gracias a Vaca Muerta, mencionó la hidrovía -un tema que generó fuertes críticas desde los sectores más estatistas hacia la gestión de Alberto Fernández- y hasta se animó a una defensa de la deficitaria Aerolíneas Argentinas.

Ya en las semanas previas había circulado en el kirchnerismo encuestas que afirmaban que existía un alto nivel de aprobación para este tipo de políticas de tono estatista y que, a pesar del malhumor social por la caída del salario, todavía existía un margen para las propuestas de fuerte tono intervencionista.

Promesa de redistribución del ingreso

Por eso, sobre todo, el centro de su propuesta está en una drástica política de redistribución del ingreso. Cristina volvió a mencionar al pasar la cuestión de los márgenes de rentabilidad empresaria, donde ella ve la clave para una recuperación de los salarios sin que se produzca inflación.

Exhibió su gráfico preferido, la serie histórica de participación del salario como porcentaje del PBI, para destacar que solamente en tres ocasiones se ubicó por encima del 50%: en la primera presidencia de Perón, en la tercera de 1974 y en su propio gobierno, en 2012. Naturalmente, ese gráfico también muestra que el momento actual es uno de los de más baja participación de los asalariados en el PBI.

Cristina puso sobre la mesa de discusión política el control estatal de recursos naturales estratégicos como el litio
Cristina puso sobre la mesa de discusión política el control estatal de recursos naturales estratégicos como el litio

El mensaje era claro: Cristina les plantea a sus militantes que ella no es responsable del desplome actual del salario, pero que en cambio fue la artífice del alto poder de consumo ocurrido en la segunda mitad de su gestión. Y que ello es la prueba de que puede recrear esa situación.

Y también estuvo -no podía faltar- uno de sus temas recurrentes y obsesivos: la necesidad de un gran pacto nacional para darle una solución definitiva al problema de la "economía bimonetaria".

Como siempre, no terminó de bosquejar una propuesta concreta al respecto, pero advirtió que el problema de la restricción de dólares tiene visos de agravarse en el futuro próximo. De lo cual se puede inferir que, lejos de pensar en converger a un tipo de cambio único y eliminar el cepo cambiario en tres años -como planteó en el Congreso el viceministro de economía, Gabriel Rubinstein-, Cristina imagina un escenario de mayor control sobre la asignación de los dólares escasos.

¿El kirchnerismo puede ampliar la base de apoyo?

Si algo faltaba para confirmar que Cristina quiere cambiar la estrategia comunicacional y dirigirse a un público más amplio que su base militante, eso era la mención al problema de la inseguridad frente al delito.

No es un tema recurrente en sus discursos, pero resultó evidente que Cristina entendió que el tema rankea alto en las encuestas sobre preocupaciones sociales, y que no está dispuesta a regalárselo a Juntos por el Cambio. Por eso, planteó la necesidad de jerarquizar el tema y terminar con "el debate berreta, cínico y mentiroso de la mano dura contra el garantismo".

Se ganó los aplausos de la concurrencia al reclamar que los gendarmes que ahora están apostados en la Patagonia sean destinados a patrullar los barrios más desprotegidos del conurbano.

Y también sorprendió por los temas que dejó afuera de su discurso. Por ejemplo, las alusiones a los productores rurales, habitualmente señalados por el kirchnerismo como un sector egoísta y opuesto a los intereses populares. Acaso Cristina también haya interpretado que en su nueva estrategia de alianza amplia debe reconciliarse con las clases medias rurales.

En todo caso, lo que la vice dejó en claro es que no está dispuesta a dar por perdida la pelea electoral por culpa de los problemas económicos del presente. Dio el paso de mostrarse totalmente prescindente de las decisiones del Gobierno, y envió un potente mensaje a la interna: que la esperanza para el peronismo no está en la moderación, ni en un corrimiento al centro que haga difícil para el público distinguir las propuestas del Frente de Todos y las de Juntos por el Cambio.

Al contrario, en el estadio de La Plata, y otra vez en el rol en el que se siente más cómoda, el de líder carismática, Cristina dejó en claro que cree haber encontrado una fórmula para volver a las raíces kirchneristas y, al mismo tiempo, ampliar su base de apoyo.