Tener "la pata radical", parece ser un trofeo deseado en estos tiempos en que todo parece tan parejo en la política argentina. De hecho, en algún momento dentro de Juntos, comenzó a hablarse de "fórmulas cruzadas" en las que, en el primer o segundo lugar de la fórmula hubiese un radical. En este caso, la problemática de Gerardo Morales es diferente: él mismo, mediante ciertos operadores, se está ofreciendo para secundar a Horacio Rodríguez Larreta en la fórmula presidencial. Es cierto, para el Jefe de Gobierno porteño podría ser un buen aporte, sobre todo en el interior, donde el radicalismo es más fuerte y el PRO, más débil.

Los enojos en este caso surgen del propio radicalismo, porque aspiraban a tener un candidato presidencial, no un vicepresidencial, y porque, además, complica el armado de los candidatos locales de provincias que van con elecciones simultáneas a la presidencial. "¿Quién va pegado debajo de la boleta de presidente, los candidatos de Larreta o nosotros?" sufre y se pregunta un radical del interior que se vería complicado por la cuestión.

Además, desde que circuló el rumor, muchos empezaron a sacarle los trapitos al sol del pasado al jujeño. "Este ya hizo algo igual en 2007. Embarcó al partido en una alianza con (Roberto) Lavagna, todos a militarle al tipo que ni es radical ni tenía ningún aparato para candidatearse. Y tiene razón (Elisa) Carrió, le quitó votos a ella, muchos, y evitó que fuera a un ballottage con Cristina (Kirchner) en el que podía pasar cualquier cosa. Morales evitó que Lilita fuera presidente en su mejor momento".

La acusación es un poco aventurada. En aquella elección Cristina sacó el 45% de los votos, el porcentaje justo para ganar en primera vuelta. Por la oposición, Carrió obtuvo el 23% y la dupla Lavagna-Morales el 17%. La especulación de muchos siempre fue que, sin el economista en carrera, apoyado por los radicales, la chaqueña hubiese polarizado con Cristina y alcanzado la segunda vuelta donde todo puede pasar, abortándose la historia de tres presidencias kirchneristas. Totalmente contrafáctico.

Una oferta que ya le llegó a Larreta: ¿qué hará?

El hecho es que la oferta de Morales ya le llegó a Larreta que la estudia no sin interés. Y por el lado del radicalismo todo es confusión y especulaciones: "Los números que nos están llegando de Gerardo no son buenos. Se impuso como candidato por su peso partidario, pero mide menos que (Facundo) Manes si miramos para adentro, y tiene menos intención de voto que Alberto (Fernández) si miramos para afuera. Después de todo lo que dijimos no podemos sacar menos que Alberto", se lamenta la fuente.

Es cierto, eso tiene que ver con la cantidad de candidatos que jugarán en las PASO de Juntos y los no más de dos postulantes que se enfrentarán dentro del Frente de Todos, pero incluso así, los guarismos que reflejan las mediciones son poco satisfactorios. Morales por la suya podría sacar incluso menos votos que Ernesto Sánz en 2015, cuando Mauricio Macri se alzó con holgura con la primaria de Cambiemos.

Gerardo Morales empieza a doblarse: ¿podría ir como vice de Larreta?

"Gerardo lo que quiere es que, a nivel nacional, haya un acuerdo de gobernabilidad como el que Larreta armó con (Martín) Lousteau en la Ciudad todo su segundo mandato. Eso le da acceso a cargos diversos en la administración nacional, bastante más de lo que el radicalismo tuvo en la gestión de Macri", explica la fuente de boina blanca.

En el larretismo no dijeron sí. Estudian la cuestión. Algunos temen que Morales sea un Julio Cobos que vaya a complicar las cosas. "Si bien tenemos visiones humanistas bastante similares con los radicales, hay cosas vinculadas a reformas estructurales que Horacio está dispuesto a hacer y que los radicales, que se sienten socialdemócratas, podrían querer bloquear. Se van a sentir fuertes en el Congreso para hacerlo, y con Morales de vice, quien te dice que no te salga con un ‘no positivo’. Lo sabemos todos, Morales es más moralista que radical", explica un analista político del PRO.

Qué pasaría con la distribución de cargos

Otra de las sospechas dentro de la UCR sobre su propio presidente partidario, es que si se llega a un acuerdo con el Jefe de Gobierno porteño y se gana la presidencia, la distribución de cargos que se adjudique el radicalismo, no sea equitativa entre los dirigentes más relevantes, sino que recaiga en los amigos de Morales, algo que suele pasar con los cargos partidarios, dicen.

Por otro lado, se esperan reacciones públicas poco convenientes de los rivales internos del jujeño en la estructura partidaria, algo que también preocupa al propio Larreta. Tanto Alfredo Cornejo, que si no sucede una catástrofe volverá a ser gobernador de Mendoza, como Gustavo Valdés, gobernador de Corrientes, van a poner el grito en el cielo y podrían romper el partido.

En definitiva, el radicalismo se quedaría sin precandidato a presidente y no podría probar su presunto mejor posicionamiento electoral, fruto de sus últimos años de crecimiento. También es cierto, el acceso al poder le estaría vedado si lo que quiere es llegar a la presidencia este año: no hay medición que le de a Morales la más mínima chance de quedar cerca de los mayores aspirantes del PRO. 

"La cosa está en manos de Horacio porque Gerardo ya se ofreció y ahora espera respuesta. Como es lógico el que tiene los votos es el que elige. Lo que no cabe duda es que si responde afirmativamente, las facturas internas en el radicalismo pueden ser feroces", explica un dirigente radical de fuste. Primero doblarse y después romperse. El escenario más temido por la liturgia radical.