El video fue publicado hace cuatro días en el Facebook personal de Sergio Berni. En las imágenes se ve al ministro de Seguridad bonaerense supervisando el traslado de los jugadores de la Selección Argentina rumbo al monumental, donde los campeones de mundo festejaron el título con un amistoso frente a Panamá.

No hace falta saber quién es ese hombre vestido de jean, camisa negra y gorra para entender que está a cargo del operativo. El video lo deja en claro: se lo ve hablando por handy, saludando a los jugadores y sonriendo frente a la cámara junto al presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia; y el técnico de la Selección, Lionel Scaloni.

Lo que puede confundir a algún desprevenido es la sigla que cierra el clip. "FBA, Fuerza Buenos Aires". En ningún momento se menciona a la Policía Bonaerense, la fuerza de seguridad de la provincia que gobierna Axel Kicillof. Tampoco se utilizan sus clásicos colores.

La sigla, en blanco y negro, es una nueva marca impuesta por el ministro. El motivo no está claro: para algunos, se trata de un simple slogan de gestión. Otros lo ven como un paso más en la estrategia de Berni en su pública intención de presentarse como candidato a presidente.

Quizá fue esa búsqueda la que lo llevó este lunes a dirigirse sin custodia a General Paz y Ruta 3, donde un numeroso grupo de colectiveros pedía justicia por Daniel Barrientos, el chofer de la línea 620 asesinado por ladrones mientras cumplía con su recorrido. Le faltaba un mes para jubilarse.

Berni aterrizó en helicóptero sobre la General Paz y caminó rumbo a la protesta junto a un colaborador. Recorrió algunos metros con gesto adusto, rodeado de periodistas, repitiendo una dinámica que ya había mostrado en otros conflictos.

Sergio Berni llegó sin custodia a una manifestación de colectiveros y fue agredido

Pocos segundos después tuvo que retroceder: empezaron a golpearlo y tirarle piedras. Estuvo a punto de caer pero se mantuvo de pie. Terminó refugiado contra un paredón y fue retirado por la infantería de la Policía de la Ciudad, en medio de incidentes.

Sergio Berni: críticas a propios y extraños

Unas pocas horas después, con las marcas de los golpes en la cara, recuperaba su estilo para disparar contra todos: dijo que sufrió una emboscada, que la Policía de la Ciudad se lo llevó detenido y advirtió que si recibía un llamado de su par porteño, Eugenio Burzaco, lo iba a insultar.

También apuntó contra el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, por la polémica en torno al envío de gendarmes a la Provincia. "Mentir es muy malo pero peor es creerse su propia mentira", sentenció.

Este martes fue un poco más allá y puso en duda el móvil del crimen del colectivero: "No sé si no nos tiraron un muerto".

Como las producciones cinematográficas que utiliza para mostrar los operativos policiales, las declaraciones llevan su sello inconfundible.

Un ex teniente del Ejército con más de 30 años de kirchnerismo

Nacido el 3 de febrero de 1962 en Capilla del Señor, Sergio Berni llegó a Santa Cruz a finales de los 80. El Ejército lo castigó enviándolo a que trabajara como médico a Rospentek, un pequeño pueblo santacruceño de menos de mil habitantes ubicado al borde de la cordillera, sede de la guarnición militar más austral del país.

Berni se encuentra ligado al kirchnerismo desde hace más de 30 años

Por su tarea en el sur conoció a Néstor Kirchner, por entonces intendente de Río Gallegos, y a su esposa, Cristina Fernández. El crecimiento de los Kirchner fue también el suyo.

En 2003 desembarcó en el Ministerio de Desarrollo Social de la mano de la hermana del presidente. Nueve años más tarde asumió como secretario de Seguridad. Aunque jerárquicamente estaba por debajo de la ministra María Cecilia Rodríguez, su alto perfil dejaba en claro que tenía independencia para moverse.

Ya de regreso a la función pública, en 2019, su lugar fue el Ministerio de Seguridad bonaerense. Quienes lo conocen aseguran que aceptó porque se lo pidió Cristina Kirchner, su jefa. El teniente coronel retirado volvió recargado y se dispuso a publicitar su gestión con videos de alto impacto.

Una de esas producciones lo mostró en medio de un operativo para detener a un sospechoso en Villa Fox, partido de Zárate. En medio de la noche, daba órdenes mientras portaba un fusil.

"Para un soldado es normal tener un arma en la mano. El soldado está más con el arma que con su mujer", se justificó.

Sergio Berni y la "cultura del aguante"

"Estoy acá porque sé lo que están pasando todos los dias, no hay nadie que venga a poner la cara, me banco lo que sea".

Berni es el ministro de Seguridad bonaerense pero aspira a convertirse en Presidente de la Nación

"No salgo corriendo como todos los demás. Me la banco perfectamente. Acá vengo solo".

Esas fueron algunas de las respuestas que dio Berni, mientras se defendía del ataque de los colectiveros en La Matanza. El principal argumento ante las críticas y los reclamos por promesas incumplidas fue su presencia física en el lugar del conflicto.

Sus visitas suelen estar acompañadas de polémica. La más recordada, y por la que tuvo que dar explicaciones ante la Justicia, fue la madrugada 18 de enero de 2015 en la torre Le Parc de Puerto Madero. En uno de los departamentos del edificio había sido hallado muerto el fiscal Alberto Nisman.

Berni retó a la fiscal y los médicos del SAME porque consideraba que estaban cometiendo errores de procedimiento, habló con la madre del fiscal y se encargó de informar a Cristina Kirchner lo que había sucedido. Era funcionario de máxima confianza de la presidenta acusada días antes por Nisman de encubrir a los responsables del atentado a la AMIA.

Más acá en el tiempo, ya convertido en ministro bonaerense protagonizó nuevos escándalos: en 2020 irrumpió en un operativo de la Policía Federal para criticar la forma en la que se hacían el retén por las restricciones del coronavirus. Un año más tarde, increpó al segundo de la por entonces ministra de Seguridad Sabina Frederic durante un operativo en Luján: "¡Vos y tu ministra son unos cagones!", le gritó.

Peleas con Aníbal Fernández y el destrato al presidente

La designación de Aníbal Fernández en lugar de Frederic prometía cruces verbales entre dos abonados al conflicto. Tardaron poco en defraudar. Cruzaron reproches tras la muerte de 24 personas que consumieron cocaína adulterada en la zona Oeste del Conurbano. Luego, discutieron públicamente por el fallido operativo para custodiar a los campeones del mundo en su regreso al país tras el título obtenido en Qatar.

El último choque fue por la necesidad de enviar gendarmes a la Provincia. Berni dice que lo reclama hace tiempo. Fernández lo niega.

Al ministro bonaerense no lo asustan las confrontaciones y sabe que tiene carta blanca para expresarse. Sólo así se explican sus reiterados embates contra el presidente Alberto Fernández. "No es un muerto político porque los muertos por lo menos no molestan", fue su última definición sobre el jefe de estado.

Lo que nadie puede negar es que Berni ya había advertido que no tenía pensado bajar su perfil. En una entrevista de mayo de 2019, meses antes de las elecciones, vestido con su uniforme de karate, se definió como un político "de derecha" y afirmó: "Yo soy lo que soy. Te puede gustar o no. Lo que no me podés recriminar es que digo una cosa y hago otra".