Con un perfil bajo y en silencio, el kirchnerismo celebró el triunfo electoral del domingo y evitó confrontar con un sector de Unión por la Patria para no mostrar diferencias internas de cara al balotaje. En el oficialismo existe cierta tensión aún, que se mantiene silenciada, por el escándalo de las fotos Martín Insaurralde en un yate de lujo y las peleas que habrían generado dentro del gobierno de Axel Kicillof y la organización La Cámpora por intentar imponer candidatos en las listas.

En el entorno de Máximo Kirchner se mueven con cautela o cierta desconfianza. La reelección de Kicillof y un posible triunfo de Massa en la segunda vuelta reagrupará las fuerzas de poder a partir del 10 de diciembre. "Es rarísimo lo de Máximo. Es como que la sigue de atrás", analizó un dirigente bonaerense. Desde el mismo sector advirtieron que el diputado "está con un perfil ultra bajo" para evitar que haya una tensión en el futuro por la distribución de poder dentro de la alianza.

El gobernador y el jefe del PJ bonaerense vienen con diferencias desde hace tiempo en el territorio bonaerense, un distrito que será clave para ganar el balotaje, pero la relación volvió a tener cortocircuitos con el escándalo de Insaurralde. La llegada del ex intendente de Lomas de Zamora a la jefatura de gabinete del gobierno bonaerense había sido impulsada por Máximo Kirchner, mientras que Kicillof se oponía. Esa fue una de las grandes peleas dentro del kirchnerismo. El hijo de la vicepresidenta además accedió a la presidencia del PJ bonaerense gracias a la influencia política de Insaurralde. 

El rol de La Cámpora rumbo al balotaje

La Cámpora tuvo una buena elección en la provincia de Buenos Aires donde se quedó con doce intendencias, lo que le dio poder territorial dentro del distrito que gobierna Kicillof, y su líder seguirá manteniendo en banca de la Cámara de Diputados. La gran incógnita será si volverá a ser el jefe del bloque de Unión por la Patria desde diciembre, un puesto que ya había ocupado en el Frente de Todos pero al que renunció por las diferencias en la negociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Máximo Kirchner en la campaña electoral

Por su parte, el candidato presidencial, Sergio Massa, se diferenció de las peleas internas, llamó a construir un gobierno de unidad nacional, y defendió las ideas de que forma parte del peronismo y no del kirchnerismo. Se sabe que el ministro actúa de forma independiente dentro de la colación de gobierno. Siempre reconoció que tiene buena relación con Máximo, que viene de la Cámara de Diputados, y también con la vicepresidenta Cristina Kirchner, con quien dialoga en forma continua.

¿Se terminó la grieta?

Tras la remontada electoral del domingo, Massa anticipó que "la grieta" se había terminado. Esta frase generó ciertos interrogantes en medio del triunfo electoral. Sin embargo, aclararon que no se trata de darle fin al kirchnerismo sino que apostarán a "un gobierno amplio, plural, y que abarque muchas ideas". Así lo había planteado el candidato antes de las PASO y también lo había expresado Kicillof cuando habló de "crear nuevas canciones".

En Unión por la Patria descartaron cualquier tipo de división interna y remarcaron que "son peronismo y no kirchnerismo". "El kirchnerismo siempre fue para bajarnos el precio, somos el peronismo, y unidos somos imparables", aclararon desde un sector del gobierno. Esta mirada va en línea con las declaraciones de Cristina, quien afirmó esta semana en una entrevista que "buscaron que desapareciera el PJ, como ahora quieren que desaparezca el kirchnerismo".

El festejo de Kicillof la noche del 22 de octubre

Ni la vicepresidenta ni Máximo Kirchner estuvieron en el escenario de los festejos en el búnker de UP. Lo de Cristina era previsible ya que no ocupó ningún lugar en las listas. Tal vez se esperaba que el líder de La Cámpora participara públicamente siendo el primer diputado en la lista ganadora de la provincia de Buenos Aires. "Estuvo en el búnker, pero no subió al escenario", aseguraron cerca del gobernador Kicillof. Máximo había mostrado un rol más activo en la campaña rumbo a las PASO, pero para las generales tuvo muy pocos actos públicos luego de quedar salpicado por su vínculo cercano con Insaurralde.

Un sector de UP minimiza, sin embargo, las peleas internas en el oficialismo luego de haber accedido al balotaje y en medio de las peleas de Juntos por el Cambio por el apoyo al candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei. "Hay que mirar los quilombos de la oposición", remarcaron sobre la crisis opositora.

El oficialismo buscará "mostrar más y más unidad" de cara a la segunda vuelta como lo hicieron esta semana Massa, Kicillof y los intendentes, y luego con los gobernadores en el Consejo Federal de Inversiones. "Estamos muy tranquilos y trabajando para que crezca Massa", analizaron en el comando de campaña bonaerense que seguirá con la misma dinámica de actos y recorridas que para las generales.