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Alfonsín y el pragmatismo republicano

Se cumplen 40 años del regreso de la democracia a la Argentina de la mano de Raúl Alfonsín. El líder radical es una pieza clave en la historia argentina
30/10/2023 - 08:10hs
Alfonsín y el pragmatismo republicano

Hoy es 30 de octubre, el día que de la mano de Raúl Alfonsín recuperamos la democracia. Pero dadas las circunstancias políticas de la hora, vale recordar al viejo líder como lo que fue: un hombre dispuesto a darlo todo por las instituciones de la república y su supervivencia ante las más graves amenazas.

Alfonsín no solamente fue el hombre austero y honorable que nos devolvió la convivencia pacífica y el orden institucional, fue también, el que ideó los más elaborados planes para que su promesa de 100 años de democracia, pudiese llegar a término.

En 1994 el gobierno de Carlos Menem estaba en su mejor momento. El respaldo social a la política de convertibilidad era absoluto, y si bien ya existían diversas denuncias de corrupción en su contra, es bien sabido que esas cosas apenas influyen cuando la economía no funciona. Si funciona, pasan al nivel diez mil entre las preocupaciones sociales.

Y como suele pasar con el peronismo en un buen momento, la vocación autocrática de Menem floreció. La idea de reelección empezó a rondar los mentideros de la política y a fortalecerse en el gabinete, aunque para ello, por entonces, se requería nada menos que una reforma constitucional. Pero el oficialismo controlaba ambas cámaras del Congreso y si bien en diputados no estaba tan cerca de los dos tercios necesarios para convocar a la Asamblea Constituyente, tampoco estaba tan lejos. Algunos aliados provinciales, algún radical poco afecto a la disciplina partidaria y "voilá".

Alfonsín hizo entonces lo mejor que podía hacerse, y salvó a la república de una reforma que hubiera determinado la eternidad del peronismo en el poder. Le ahorró a Menem el riesgo de fracasar en la convocatoria a la Constituyente, pero le puso condiciones que hicieron que la reforma garantizase un futuro democrático.

En el llamado "Núcleo de Coincidencias Básicas" que se firmó durante el Pacto de Olivos, donde se habilitó la reforma, hace ya casi 30 años, con protagonistas que incluso hoy siguen digitando la política argentina como Coti Nosiglia y Luis Barrionuevo, se establecieron condiciones que Menem, en su exclusiva ambición reeleccionista, aceptó.

Cómo Alfonsín sentó las bases del futuro de la democracia

El tercer senador por provincia, representando a la minoría, fue un logro sustancial en el diseño republicano. Alfonsín le complicó así al peronismo los dos tercios en el Senado, fracción indispensable para un juicio político, o para avalar la designación de magistrados, entre otras cosas.

Otro punto central fue la creación del Consejo de la Magistratura. El estadista nacido en Chascomús,  llenó así de requisitos y procedimiento democráticos, el proceso de designación y remoción de magistrados, advertido de la vocación histórica del peronismo de controlar el Poder Judicial.

Se cumplen 40 años del regreso de la democracia a la Argentina de la mano de Raúl Alfonsín
Se cumplen 40 años del regreso de la democracia a la Argentina de la mano de Raúl Alfonsín

Le otorgó a la Ciudad de Buenos Aires un rango jurídico casi idéntico al de una provincia, un distrito en el que el peronismo tiene pocas posibilidades de imponerse. Participando la CABA de la distribución de la coparticipación federal y contando con senadores para equiparar los números en la Cámara Alta, siendo o no capital de la república.

¿Alfonsín se volvió menemista?

Basta la enumeración para no extendernos en un análisis constitucional. Ahora bien, ¿Alfonsín se volvió menemista por habilitarle al entonces presidente la reforma y su reelección consiguiente? Por cierto que no, jamás. Frente a lo inevitable intervino, minimizó el daño y sembró una Argentina mejor para el futuro.

Por eso a veces resulta hasta risible el uso que algunos pretenden darle a su figura en estos tiempos, como si se hubiese tratado de un hombre inflexible, incapaz de reconocer las necesidades de la hora y adaptarse por el bien de la república.

Menem fue la cabeza del peronismo que desestabilizó el final de su gobierno, fue quien aprovechó esa crisis para asumir antes de tiempo, fue quien se abrazaba con él en los jardines de Olivos y luego lo traicionó. Fue además quien se alió a la expresión política con la que Alfonsín menos comulgaba: la UCeDé de Alvaro Alsogaray, que ya participaba activamente del gobierno del riojano.7

Pero la Argentina necesitaba que un gran líder hiciera concesiones, porque la república estaba en riesgo. Un Menem presidente en su momento de mayor aceptación social, con una Constitución que le permitiera dominar por completo el Congreso y designar magistrados a voluntad, se hubiese transformado en una autocracia. De hecho, las reformas que incluyó Alfonsín en la Constitución, muchas veces le impidieron también al kirchnerismo, hacerse del poder absoluto.

Alfonsín junto a Carlos Menem, durante el llamado
Alfonsín junto a Carlos Menem, durante el llamado "Pacto de Olivos"

El negocio de los exégetas de Alfonsín, es venderlo como más conviene a sus intereses personales, para los cuales manipulan los hechos y el espíritu del ex presidente. No sé qué haría Alfonsín en estos tiempos, pero sin duda seguiría sus convicciones que eran preservar las instituciones de la república. Alfonsín no era neutral, tomaba posición, con valentía. Y no integraba gobiernos populistas, ni corruptos, los combatía con las armas que había a disposición.

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