Para los futboleros, fue uno de esos partidos de la Copa Argentina, en que un equipo de primera división, bien entrenado, con jugadores que aspiran a ser transferidos a Europa, que viven de su profesión, con jugadas preparadas, enfrenta a otro del Torneo Argentino B, cuyos futbolistas deben levantarse la semana siguiente a atender la panadería de su pueblo. Esa es la imagen que dejó el debate.

Sergio Massa se mostró como un político profesional, con amplio manejo de la escena, tanto desde lo postural como desde lo retórico. Por su parte Javier Milei fue, en tal sentido, un amateur. Se dejó dominar, dio explicaciones permanentemente, intentó describir teorías económicas poco comprensibles para el público, en un debate con el tiempo limitado y dejó pasar oportunidades para atacar en variadas ocasiones.

Debate entre Massa y Milei: el profesional vs. el amateur

Dentro del massismo, la satisfacción por el resultado del debate estaba al borde de la euforia. "Acá terminamos, ahora sí, hicimos todo lo que había que hacer, no es posible nada más. Cerramos la campaña con un moño perfecto, dentro de lo que estaba en nuestro control. No podemos evitar la inflación, el dólar, las causas judiciales que explotan por todos lados y los errores de todos los demás, nosotros hicimos todo bien. Habrá que ver que vale más", dice el consultor del candidato oficialista.

Es que, en materia de campaña, la cosa es bastante así. La de Massa fue la de un político profesional, con estrategia clara y un ejecutor que fue el mejor alumno, contó con consultores especializados de primer nivel y ejecutó su papel, al margen de la dualidad que implica tener que explicar que también es el ministro de Economía de un caos pocas veces visto como las finanzas del país.

Javier Milei por su lado, y como en buena parte de la campaña intentó ser intuitivo. Si bien tuvo un interesante desarrollo en redes sociales, y es muy importante en estos tiempos controlar ese territorio, claramente no es el único y en los demás aspectos, el libertario no fue profesional.

Sin embargo, la pregunta pasa en estos tiempos por otro lado ¿se vota hoy un político profesional, un hombre claramente surgido de "la casta", o la gente esta prefiriendo probar a alguien que sea evidentemente un neófito?.

Massa y Milei protagonizaron el último debate, a falta de una semana para el balotaje.

En un momento del debate, Massa le pregunta a Milei si sabe lo que es el GDE, el sistema de expediente electrónico con que se maneja el Estado, que se inauguró en el gobierno de Mauricio Macri, porque al kirchnerismo, los expediente papel se le "perdían". Claramente Milei no supo responder, pero también es cierto, la gran mayoría de los espectadores del debate tampoco sabía que era.

¿La sociedad vota a quien, como toda la clase política sabe que es el GDE, o prefiere a otro que, como ellos mismos, no lo sabe?. Carece de toda importancia saber o no sobre el sistema de expediente electrónico, cualquiera lo aprende en 48 horas, no es física cuántica, fue un recurso para exponer a su rival como un desconocedor. ¿Pero qué efecto logra ese recurso?

Las sociedades tienen la tendencia general, en estos tiempos en que las redes sociales han horizontalizado la política, donde todos opinan y aspiran a ser escuchados, a votar un par, no a un semidios ni a totem inalcanzable. Si a esto se le agrega que la clase política se ha granjeado con esmero un fuerte desprecio social, mostrarse como un "político profesional" puede ser mas una contraindicación estratégica que un acierto. Mostrarse dominador en base a falta de espontaneidad y sobredosis de coacheo, puede seguir el mismo destino.

En definitiva, es difícil decir quien ganó el debate, lo importante será quien gane la elección del domingo. A esta altura, lo mejor en tales niveles de exposición pública es no perder, no cometer errores cruciales, y eso en este debate no ocurrió.

Las críticas a Milei, post debate presidencial

Dentro de La Libertad Avanza, hubo ciertas críticas hacia Milei, pero no basadas en dichos puntos sino en ciertas defecciones de personalidad que pueden haberse percibido en la audiencia. "Construimos la imagen de un hombre aguerrido, motosierra en mano, dientes apretados, nuestros votantes compraron eso, la forma en que se dejó dominar por Massa al principio, en el horario de mayor audiencia, no era lo recomendable", explicaron.

Es decir, no apuntaron a su falta de profesionalidad política, sino a cierto aspecto que generó una afectación del personaje elaborado para esta campaña y que "compró" su electorado mas duro: un "no político", pero de potente impronta personal. La primera parte quedó clara, la segunda, en duda.

En La Libertad Avanza, Milei se mostró como un "no político", aunque no sacó a relucir su potente impronta personal.

Pero en definitiva las preferencias sociales se verán el domingo. Entrarán en juego diversos factores, es cierto, la economía, en mucha menor medida la corrupción, la inseguridad. Pero en el fondo, lo que sabremos es si la sociedad prefiere un presidente no enturbiado por las miserias de la política, o un político profesional que sabe manejarse en ese lodoso mundillo, porque forma parte de él desde siempre. Hay un muro entre la política y la sociedad, el quid de la cuestión es saber si el elector prefiere a alguien de un lado o del otro de ese muro. Ayer quedó claro cual de ellos cumple cada rol.