Un repaso de la historia reciente del puerto de Quequén, con 101 años de historia, enseña que las disputas políticas por su dominio terminaron por conspirar en el desarrollo de sus operaciones que, si bien se han alcanzado importantes hitos exportadores, están por debajo de su potencial por culpa de administraciones erráticas y oscuros intereses.

El último ejemplo de esta situación es el portazo estruendoso que pegó el último interventor de uno de los principales puertos cerealeros del país por donde la riqueza del agro argentino llega al resto del mundo.

El mendocino Jorge Álvaro, confirmó su salida del consorcio con fuertes críticas al intendente de Necochea, Arturo Rojas, y al directorio de esa terminal portuaria, y advirtiendo acerca de la millonaria deuda en dólares que el ente marítimo mantiene con Jan De Nul, el grupo belga líder en la industria mundial de dragados.

Para Jorge Metz, ex subsecretario de Puertos y Vías Navegables durante la administración de Mauricio Macri, la gestión de Jorge Álvaro, durante cuatro años al frente del puerto de Quequén, "fue el colmo" de la irrupción política que impidió el desarrollo comercial que las terminales deberían ofrecer a los exportadores.

"Siempre fue un puerto con conflictos, de representación política sindical en el directorio, con presidentes casi siempre mal designados. Este último presidente fue el colmo, o sea, un muchacho que vivía en Mendoza, que no conocía el tema que no era del palo, y el tipo, en algún reportaje, comentó que no estaba muy de acuerdo con el dragado porque los buques tenían menos estadías y que no era una buena medida el tema del dragado, o sea, porque los buques eran más rápidos. Un incapaz total y una falta de conocimiento de lo que se tiene que hacer. Por supuesto que, por su incompetencia, le han pedido la renuncia cuando terminó la gestión anterior", explicó Metz.

Pero, poco se conoce acerca de la idoneidad de la nueva titular del puerto, Jimena López, que responde al Frente Renovador de Sergio Massa y que fue designada por el gobernador, Axel Kicillof para administrar un presupuesto enorme que en ocasiones es más abultado que el de algunas municipalidades bonaerenses y que está rodeada de intereses sectoriales.

Tendrá varios desafíos hasta el 2027, cuando intentará alcanzar el sillón municipal de Necochea. Uno de ellos es el llamado a licitación para los elevadores de granos administrados por Terminal Quequén S.A. Una concesión que debe resolverse más pronto que tarde.

Las disputas políticas por su dominio terminaron por conspirar en el desarrollo de las operaciones del puerto de Quequén

Y, otro de los puntos interesantes es la licitación de una de las terminales relacionadas con la corporación de los granos que está vencida y por la que debería convocarse una nueva licitación.

La política dominará el futuro del puerto de Quequén y resguardará intereses de Jan De Nul

Por ello, el analista Jorge Metz hace hincapié en el control de la política en el puerto que, en el pasado reciente recayó en Gerónimo "Momo" Venegas, y, ahora posee Sergio Massa.

"De alguna manera creo que lo que se debe hacer es ponerle límite a la política, sino lo hacen, terminan recaudando para saltar al municipio y analizar la composición del directorio. Quequén tiene un directorio con algunos personajes que son buenos y otros que no lo son tanto. Fundamentalmente, son cinco los intereses privados que acompañan la gestión administrativa y de explotación del puerto. Si tiene directores de mayor idoneidad, capacidad y compromiso, conseguirán un buen puerto", señala Metz.

La obra del dragado de profundización a 50 pies en Puerto Quequén llevado a cabo por Jan De Nul, convirtió a la estación marítima en el puerto más profundo del país.

Mientras que, para el renunciante, "Pampa" Álvaro afirmó públicamente que, "No es el puerto más profundo del país. Es el canal más profundo de Argentina", y precisó que a pie de muelle hay menos de 50 pies. Por lo menos unos ocho pies menos, Jorge Metz, sostuvo al respecto que "...podría haber estado mejor administrado y explotado y que estuviera a la altura de las circunstancias. Uno de los temas es el de a pie de muelle, o sea, las terminales deben acompañar el canal de entrada, tienen que acompañar a las determinantes de los muelles. Sino lo hacen, no se utiliza la capacidad del dragado que tan caro sale", y que cobró Jan De Nul.

Para Jorge "El Pampa" Álvaro, amigo de Néstor Kirchner, es "escandalosa" la tasa de interés que abona el ente portuario por el dragado que acumula una millonaria deuda en moneda estadounidense con el grupo belga Jan De Nul, que además posee intereses en la Hidrovía, en el puerto de Buenos Aires y que constituye una empresa líder en el mundo en el sector de dragados.

El puerto pactó un préstamo de 32 millones de dólares con el Banco Macro y el estatal Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) para dragar el canal de acceso. La obra fue adjudicada a Jan de Nul pero, al día de hoy, se le deben a la compañía 2.500.000 de dólares.   

A pesar de tantas controversias, la Administración General de Puertos S.E. (AGP), que hasta la caída de la ley ómnibus estuvo en la lista de empresas a privatizar en su totalidad, debiera haber sido la que intervenga para analizar posibles irregularidades.

El control de los contratos le corresponde a la AGP, pero hasta la llegada de Metz a la función pública, en voz baja y en círculos empresariales, siempre se dijo que "... la sede oficial de Jan De Nul eran las oficinas de la subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación".