El sueldo de los senadores, sin motosierra: sube en mayo y, esta vez, no habrá freno de Villarruel
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El Senado se prepara para una nueva polémica por el aumento de las dietas que recibirán sus miembros a partir de mayo y que elevará sus sueldos en bruto a más de $9.000.000, por un ajuste automático que la vicepresidenta Victoria Villarruel dice no poder desactivar mientras le traslada la responsabilidad a los senadores, que hasta ahora hacen silencio sobre el tema.
Los senadores pasarán a cobrar un sueldo en mano de entre $6,5 y $7.000.000, lo que implica un aumento aproximado de un millón de pesos respecto del mes anterior. El incremento genera incomodidad dentro de la Cámara alta por el contraste con la situación económica general y por las filosas críticas que podría arrojar en cualquier momento el presidente Javier Milei, pero hasta ahora los legisladores esquivaron la discusión sobre un nuevo congelamiento.
Ocurre que este aumento no se debe a una decisión específica del cuerpo ni de la presidencia sino que el congelamiento de las dietas que regía desde agosto de 2024 y que había sido prorrogado por Villarruel en enero venció el 31 de marzo, sin que se tomara hasta el momento ninguna medida para mantenerlo.
Cerca de la presidenta del Senado explicaron a iProfesional que ahora es "imposible" que ella extienda el congelamiento mediante un decreto parlamentario porque "el cuerpo es soberano y no se puede pasar por sobre eso", es decir, que le corresponde a los senadores plantear una resolución y aprobarla en el recinto si quisieran suspender el aumento de las dietas.
Si bien la vez anterior la vicepresidenta firmó la prórroga del congelamiento tras ser habilitada para ello por los distintos bloques, esta vez la intención sería trasladar la presión por el tema a los senadores.
Aumento para senadores: ¿qué hay detrás de la polémica y cómo se mueve Victoria Villarruel?
Los senadores saben que cualquier aumento de las dietas para ellos o para los diputados genera controversia y fuertes críticas por parte de la sociedad, que suelen ser alimentadas por el Gobierno como parte de su relato "anti casta". Sin embargo, desde que venció el congelamiento en marzo no hubo muestras mayoritarias de que quisieran frenar el incremento sino que, por el contrario, patearon el tema sin plazo alguno.
El tema se conversó varias veces pero sin definiciones. Villarruel lo planteó en todas las reuniones de Labor Parlamentaria con los jefes de bloque desde que estalló el escándalo por el senador expulsado Edgardo Kueider, según afirman en su entorno, pero no encontró eco ni "intenciones reales" de desactivar el aumento.
Solo el senador del PRO Luis Juez envió una nota para comunicar su negativa a recibir el incremento de su dieta -que no tendría efecto práctico alguno, dado que es automático- y una declaración pública del santacruceño José María Carambia para anunciar que sorteará el monto que se sume a su sueldo actual.
La última vez que se habló de la posibilidad de mantener el congelamiento fue en la reunión de Labor Parlamentaria previa de la última sesión pero los senadores lo postergaron y eligieron dedicar el debate únicamente al homenaje al papa Francisco, según supo este medio.
Si bien algunos senadores reconocen por lo bajo su temor a las críticas y el descontento social -sobre todo durante un año electoral en el que se elegirán representantes para el Senado- también argumentan dificultades para afrontar los costos de vivir en la Ciudad de Buenos Aires durante la semana para cumplir con sus tareas.
Varios apuntan también a los sueldos que se pagan en el Poder Judicial, que en efecto son de los más altos que hay en el Estado pero no suelen tener la lupa mediática encima. Ese combo de situaciones y argumentos son los que están detrás de la reticencia para frenar el aumento que se oficializará a partir de mayo.
¿Cómo se fijan las dietas de los senadores y cuánto pasarán a cobrar en mayo?
En ese marco, la decisión de Villarruel es descargar la responsabilidad en los senadores, incluso a pesar de que ella también suele ser blanco de los dardos que lanza Milei y su círculo cercano al Congreso. Se apoyará para eso en el cumplimiento estricto de las normas que rigen al Poder Legislativo y que indican que el cuerpo es el que debe fijar el valor de las dietas y que ella solo debe ocuparse de hacer cumplir lo que ellos decidan.
Las dietas de los senadores se calculan en base a un sistema de "módulos" y se rige por un "enganche" con la paritaria de los empleados del Congreso, que fue lo que se congeló el año pasado y en enero. Con el último acuerdo paritario que firmó la Asociación del Personal Legislativo (APL) el valor del módulo subió a $2.285.
Según explicaron a este medio quienes conocen la dinámica salarial del Senado, el sueldo de los senadores está fijado en 4.000 módulos, entre dieta, plus por desarraigo y gastos de representación, por lo que al vencer el congelamiento el salario bruto pasaría a $9.100.000 aproximadamente.
De esta forma, el sueldo de los senadores no solo quedaría varias veces por encima del salario mínimo vital y móvil (que hoy tiene un piso de $292.400) sino que además sería bastante superior a lo que cobran los diputados nacionales, que ronda los $5.600.000 en bruto, según precisaron fuentes parlamentarias.
Históricamente, las diferencias salariales entre diputados y senadores generan malestar y reproches de los legisladores que quedan "atrasados" respecto de sus colegas con los que luego debe lidiar el presidente o presidenta de la Cámara. Lo sabe Martín Menem, que ha tenido que maniobrar ya con el malestar de los diputados.
Sin embargo, de no mediar un acuerdo entre los senadores para aprobar una prórroga del congelamiento, Victoria Villarruel dejará correr el aumento automático de las dietas que entrará en vigor a partir del 1 de mayo. La próxima sesión está prevista para el 7 de mayo, con el proyecto de Ficha Limpia como tema central. Allí se verá si los senadores dan marcha atrás o si resisten las previsibles críticas y dejan todo como está.