El plan de Milei para que miles de personas que hoy cobran planes sociales entren al mercado laboral
Mientras se prepara para un fuerte debate con la CGT y la oposición por la reforma laboral, el Gobierno avanza en otro frente que promete generar gran polémica. Se trata de acelerar la posibilidad que quienes perciben planes sociales puedan prepararse para el mercado laboral.
Algunos funcionarios miran al modelo del sistema dual alemán -que combina clases en instituciones educativas con entrenamiento remunerado en empresas-, y que viene funcionando para incrementar las oportunidades de inserción en el mundo del trabajo.
En el modelo germano, los participantes alternan de manera planificada períodos de formación teórica en un centro educativo con otros de práctica en un entorno laboral. Las tareas son supervisadas por instructores de la empresa, mientras la enseñanza en el aula se concentra en los fundamentos técnicos, normativos y conceptuales del oficio.
El entrenamiento en la empresa permite aplicar esos conocimientos a situaciones concretas, resolver problemas reales y desarrollar competencias organizacionales.
Un sistema que Argentina ya intentó aplicar
Entre quienes destacan este sistema, que alguna vez se quiso aplicar en la Argentina en los ’80, señalan que la teoría y la práctica avanzan de forma paralela, retroalimentándose para acelerar el aprendizaje y aumentar la empleabilidad.
Los datos que llegan de Alemania son positivos: el 90% de los jóvenes que egresan del sistema dual consigue empleo en el año posterior a su finalización, y más del 60% es contratado por la misma empresa donde realizó la práctica.
El dato que genera interrogantes es que la mayoría son jóvenes, mientras que en la Argentina hay muchos desocupados de mediana edad, entre quienes perciben un plan social. Quienes piensan en la implementación de este esquema en el país destacan que el sistema dual podría incentivar a beneficiarios de planes sociales, ya no tan sólo a incorporarse a la sociedad productiva, con incentivos fiscales y previsionales para las empresas contratantes, sino para que también adquieran el capital humano que les permita acceder a otra calidad de vida.
Destacan además que el modelo alemán favorecela contratación laboral por la experiencia adquirida, mientras la asistencia se transforma en inversión formativa. Además, las certificaciones obtenidas tendrían valor para el mercado; y la necesaria coordinación entre Estado, empresas y centros de formación garantizaría que la capacitación responda a las demandas concretas de la economía.
Destacan también que ayuda estatal dejaría de ser un mero subsidio para convertirse en una herramienta concreta de formación y trabajo. "Se trata de romper el círculo vicioso del asistencialismo y poder construir, con esfuerzo propio, un futuro de dignidad y oportunidades", ponderan.
El Gobierno busca la forma de reconvertir los planes sociales
En paralelo a esto, trascendió que el Gobierno busca la forma de reconvertir los planes sociales para incentivar la formación en oficios. La intención sería transformar los programas de transferencias directas en una política de vouchers, para que los beneficiarios financien capacitaciones que los acerquen al mercado laboral.
La polémica surgió enseguida, ya que desde los movimientos sociales se preguntan cómo espera el gobierno que la gente reemplace el dinero que utiliza para su subsistencia diaria, por vouchers sin valor transaccional alguno. Por ahora, no hay respuesta para esto, pero sí está la intención de avanzar con cambios en el esquema de planes sociales.
En 2024, el programa Potenciar Trabajo -que agrupaba a casi 1.300.000 beneficiarios-, se reconvirtió en dos: Volver al Trabajo (VAT), con casi un millón de inscriptos en la secretaría de Empleo; y el Programa de Acompañamiento Social (PAS), que cobran más de 200 mil personas, en su mayoría mayores de 50 años o madres de cuatro o más hijos menores, que se mantuvo en la órbita de la secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia.
Con esa idea, se trabaja en un sistema de vouchers para que los beneficiarios puedan capacitarse en trabajos útiles para cada una de las regiones. El eje sería el Centro de Formación de Capital Humano, brindaría capacitaciones y otorgaría certificaciones progresivas de formación profesional y docente, con práctica y teoría para oficios. Incluso, se busca sumar a grandes empresas para que brinden las capacitaciones, y que a su vez podría tomar a parte de los alumnos una vez que completen su formación.
El Ministerio de Capital Humano pondría a disposición edificios y la manutención de los mismos, y las empresas cubrirían las áreas formativas. En este marco, será clave sumar a las provincias y municipios.
Entre las organizaciones sociales creen que la propuesta será difícil de implementar, porque no hay mercado para absorber la demanda. "Fracasa siempre", dijo el secretario general de la UTEP, Alejandro Gramajo, referente del Movimiento Evita.
En el Gobierno destacan que la inversión social se concentró en la AUH y en la Tarjeta Alimentaria, que en 2023 cubría solo el 54 por ciento de la canasta básica alimentaria y ahora llega al 94 por ciento, según aseguran.