Máxima tensión en el Caribe: dos aviones de guerra de EE.UU. entraron al espacio aéreo de Venezuela
En una nueva muestra de fuerza militar en el Caribe, dos cazas F-18 de la Marina estadounidense ingresaron este martes al espacio aéreo de Venezuela y permanecieron allí durante unos 40 minutos, en un operativo que profundiza la presión de Washington sobre el régimen de Nicolás Maduro. El episodio ocurre en medio del creciente despliegue militar ordenado por el presidente estadounidense Donald Trump, quien reiteró que el líder chavista "tiene los días contados".
El sobrevuelo, ocurrido cerca del mediodía, se desarrolló sobre el Golfo de Venezuela, a menos de 100 millas de Maracaibo, según publicó The Miami Herald. Aun cuando Venezuela cuenta con varios sistemas antiaéreos rusos, los F-18 ingresaron en formación tándem y realizaron un patrón de vuelo que llamó la atención de miles de venezolanos.
De acuerdo con el diario estadounidense, usuarios de sitios especializados como FlightRadar24 siguieron en tiempo real el recorrido de los jets, que dibujaron una figura similar a una pajarita sobre las aguas del golfo. Las aeronaves se mantuvieron a unos 7.600 metros de altura antes de abandonar la zona rumbo al norte.
Máxima tensión en una región clave para el petróleo
La trayectoria mostró a los cazas atravesando el corredor aéreo ubicado entre Zulia y Falcón, dos estados estratégicos para la industria hidrocarburífera venezolana. El Lago Maracaibo, epicentro histórico del petróleo en Venezuela, reúne reservas estimadas en 150.000 millones de barriles.
Las estelas registradas por plataformas de rastreo también mostraron a los F-18 volando sobre la zona donde operan refinerías, terminales petroleras y puertos comerciales. Allí confluyen además rutas fundamentales para la pesca y para el movimiento de buques que cargan crudo en instalaciones de ambos estados.
El movimiento de los F-18 se suma al despliegue que Washington viene realizando desde septiembre en el Caribe. En el marco de la operación Lanza del Sur, la Casa Blanca movilizó destructores, submarinos, cazas y al portaaviones USS Gerald R. Ford, el más grande del mundo. En total, Estados Unidos mantiene entre 15.000 y 16.000 efectivos en el área.
Aunque el gobierno estadounidense sostiene que el operativo está destinado a combatir el narcotráfico, la estrategia convive con una ofensiva política y judicial contra Maduro, declarado por la administración Trump como líder del Cartel de los Soles y con pedido de captura a cambio de una recompensa millonaria.
En una entrevista reciente, Trump volvió a afirmar que Maduro "tiene los días contados" y reafirmó que está dispuesto a pasar a una "próxima fase", que según funcionarios estadounidenses implicaría ataques selectivos dentro de Venezuela contra pistas clandestinas, infraestructura portuaria y otros objetivos vinculados al narcotráfico. No se prevé una invasión terrestre.
En paralelo, fuerzas estadounidenses han estado destruyendo embarcaciones sospechadas de transportar drogas tanto en el Caribe como en el Pacífico, con más de 80 personas fallecidas en una veintena de operativos altamente controvertidos.
Nicolás Maduro denuncia "actos de agresión" y despliega baterías S-300
La respuesta del régimen venezolano llegó rápidamente. Maduro acusó a Washington de preparar "actos de agresión" bajo el argumento de combatir el narcotráfico. Caracas declaró el estado de emergencia, activó a las Fuerzas Armadas y a sus milicias bolivarianas, y reforzó su red de defensa antiaérea.
Según informes internacionales, Venezuela ha posicionado sus sistemas S-300VM de fabricación rusa en tres batallones que protegen Caracas y los principales corredores industriales del país.
Aunque públicamente Trump endureció su postura, en privado intentó una vía negociadora. Según fuentes estadounidenses citadas por la prensa, el mandatario conversó por teléfono con Maduro semanas atrás para explorar una salida pactada del poder. Pero el líder venezolano reclamó una amnistía global para él y más de un centenar de familiares y funcionarios. Trump rechazó la propuesta.
Mientras la tensión militar escala, el corredor sobrevolado el martes se mantiene como una de las áreas más sensibles para el funcionamiento del sector energético y productivo de Venezuela. La región concentra refinerías como Amuay y Cardón, bases militares estratégicas —como la Rafael Urdaneta en Maracaibo— y rutas marítimas vitales para la economía del país.