"El más grande jamás incautado": EE.UU. confiscó un buque petrolero frente a las costas de Venezuela

En medio del mayor despliegue militar estadounidense en el Caribe en décadas, el presidente Donald Trump confirmó este miércoles que la Guardia Costera de Estados Unidos incautó un buque petrolero frente a las costas de Venezuela, una maniobra que refuerza la estrategia de presión contra el régimen de Nicolás Maduro.

"Acabamos de incautar un petrolero en la costa de Venezuela, un petrolero enorme, muy grande; de hecho, el más grande jamás incautado", aseguró el mandatario ante los periodistas. Trump, que en los últimos meses intensificó su retórica contra Caracas, agregó además que "están sucediendo otras cosas, así que lo verán más adelante".

La Casa Blanca sostiene que Maduro lidera una red criminal asociada al narcotráfico, y en ese marco las fuerzas estadounidenses vienen desplegando operaciones marítimas desde septiembre. Según datos citados por Bloomberg, más de veinte embarcaciones vinculadas al tráfico de drogas fueron destruidas recientemente tanto en el Caribe como en el Pacífico, y Trump reiteró que "pronto" podrían iniciarse acciones dentro del territorio venezolano.

Trump incautó un buque petrolero frente a Venezuela

De acuerdo con un funcionario estadounidense que habló bajo anonimato con Bloomberg, el operativo estuvo a cargo de la Guardia Costera con apoyo de la Marina y se ejecutó bajo leyes estadounidenses de aplicación del orden. No trascendieron los detalles del buque ni la situación de su tripulación, pero se trataría -según las mismas fuentes- de un petrolero previamente sancionado por Washington y que operaba en aguas cercanas a Venezuela.

La confiscación se suma a una serie de decisiones que buscan asfixiar financieramente a PDVSA, empresa que ya opera bajo fuertes sanciones. Pese a que Venezuela posee las mayores reservas comprobadas de petróleo del mundo, su capacidad exportadora depende de complejas triangulaciones con empresas fantasma e intermediarios que manejan los llamados "petroleros fantasma": embarcaciones que cambian de nombre, navegan sin señal y transfieren crudo en alta mar para evitar los sistemas globales de rastreo.

En condiciones normales, según estimaciones del sector, el país logra colocar cerca de 1 millón de barriles diarios, mayormente hacia refinerías chinas, a precios reducidos por el corsé regulatorio impuesto desde Washington.

La noticia irrumpió el mismo día en que la dirigente opositora María Corina Machado, recientemente distinguida con el Premio Nobel de la Paz, tenía previsto presentarse en Oslo. Aunque no pudo asistir inicialmente, confirmó que viajaría "en las próximas horas", tal como reprodujeron medios venezolanos.

En paralelo, la administración de Trump sostiene que los "días de Maduro están contados", una frase que repitió en diálogo con Politico y que reavivó rumores sobre una eventual intervención terrestre. Washington acusa al "Cartel de los Soles" -estructura que, según el Departamento de Justicia, involucra a altos mandos del chavismo- de operar como una organización narcoterrorista. Maduro rechaza estas imputaciones y afirma que responden a un intento de apropiarse del petróleo venezolano.

Más presión militar y tensiones crecientes

Las Fuerzas Armadas estadounidenses mantienen un despliegue reforzado en el Caribe y el Pacífico Oriental, el más amplio en años. De acuerdo con reportes de Bloomberg y Politico, ese operativo dejó más de veinte embarcaciones destruidas y al menos 87 tripulantes muertos en acciones contra el narcotráfico.

Caracas, por su parte, respondió con exhibiciones internas de músculo militar: el régimen convocó a la población a sumarse a milicias populares y realizó la jura de 5.600 nuevos efectivos, según declaraciones del propio Maduro difundidas en canales oficiales.

Las sanciones complica fuertemente la operatividad de PDVSA, aunque Chevron continúa en el país bajo una licencia especial otorgada por el Departamento del Tesoro estadounidense. Esa excepción habilita a la petrolera estadounidense a exportar crudo venezolano, un punto que suele generar fricciones políticas dentro y fuera del país.

La confiscación del petrolero aumenta el riesgo para los operadores marítimos que aún transportan crudo venezolano: los expertos creen que podría reducir aún más la disponibilidad de barcos dispuestos a operar en la zona, ante el temor de enfrentarse a sanciones o decomisos similares.