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ALERTA

Tradicional vs. UVA: cómo decidir qué crédito hipotecario conviene hoy

Créditos tradicionales o UVA: comparativa de ventajas, riesgos y perfiles. Cómo elegir en 2025 según inflación, ingresos y tolerancia al riesgo
Por NB
27/09/2025 - 08:30hs
CREDITO HIPOTECARIO

En Argentina hay dos familias de préstamos que hoy compiten por quien busca su vivienda: los créditos hipotecarios tradicionales (con cuotas más previsibles) y los UVA (indexados a la inflación vía CER). En 2025, la elección depende menos de "qué es mejor en abstracto" y más de tu situación personal: ingresos, ahorros, horizonte y cuánto podés tolerar la volatilidad de las cuotas.

Qué gana y qué se pierde con cada tipo de crédito

Crédito tradicional 

  • Se pacta una tasa nominal que fija (o combina) el costo financiero por un tramo del préstamo.
  • Las cuotas suelen ser constantes o tener una fase fija. Ofrece previsibilidad mensual y más facilidad para planificar presupuesto.

Crédito UVA

  • Capital y cuotas se actualizan periódicamente por un índice ligado a la inflación (CER).
  • Cuotas iniciales más bajas en muchos casos, pero pueden subir mucho si la inflación acelera.

Comprar con hipoteca: fortalezas y debilidades de cada alternativa

Las ventajas y los riesgos del crédito tradicional 

  • Cuotas estables: evita sorpresas mensuales.
  • Mayor seguridad para quienes tienen ingresos fijos en pesos.
  • Más sencillo de planificar a largo plazo (hipoteca familiar, bancos de ahorro).
  • Tasas nominales pueden ser más altas al inicio.
  • Si la inflación cae mucho y la tasa fija es alta, perdió competitividad relativa.

Las ventajas y los riesgos del UVA

  • Cuotas iniciales más accesibles, facilitan el acceso hoy.
  • Permite plazos largos con menor cuota de entrada al comienzo.
  • Beneficia cuando la inflación es baja o decreciente.
  • Exposición directa a la inflación: capital y cuotas suben si la inflación se dispara.
  • Dificultad para proyectar presupuesto en escenarios volátiles.
  • Requiere mayor seguimiento de variables macroeconómicas y la propia capacidad de pago.

¿A quién le conviene cada opción?

  • Tradicional: hogares con ingresos estables, presupuesto ajustado y baja tolerancia al riesgo. Ideal si tu prioridad es previsibilidad.
  • UVA: quienes cuentan con colchón de ahorro, ingresos que se actualizan con la inflación (por ejemplo, indexados por convenio) o horizonte de largo plazo y tolerancia a variaciones en cuotas.
  • Perfil intermedio: evaluar tasa mixta o negociar cláusulas (topes, frec. de ajuste, períodos de gracia).

Qué preguntar y verificar antes de firmar

  1. Índice de ajuste: ¿es CER? ¿Con qué frecuencia se actualiza?
  2. Fórmula exacta: ¿cómo se computa la cuota cuando sube el índice?
  3. Topes o pisos: ¿hay límites a la variación mensual/anual?
  4. Tasa nominal y CFT: pedí el costo financiero total y simulaciones.
  5. Moneda del crédito: ¿pesos o dólares? ¿Hay cláusula de conversión?
  6. Comisiones y seguros: gastos iniciales y seguros obligatorios.
  7. Prepagos y reestructuraciones: ¿se puede amortizar sin penalidad?
  8. Simulaciones: exigí tablas con distintos escenarios (inflación baja, moderada, alta).

Cómo evaluar tu caso, en 5 pasos

  1. Hacete un presupuesto realista: ¿cuánto podés pagar sin comprometer gastos esenciales?
  2. Ahorro inicial: cuánto capital tenés para la entrada (20–35% suele ser referencia habitual).
  3. Simulá escenarios: pedí al banco simulaciones con inflación alta y baja.
  4. Chequear actualización de ingresos: si tus ingresos se ajustan con inflación, el UVA puede ser más manejable.
  5. Asesorate: abogado o asesor financiero para leer cláusulas de indexación y penalidades.

Alternativas a considerar

  • Tasa mixta: un tramo inicial con tasa fija y luego variable. Balancea previsibilidad y acceso.
  • Ahorro previo mayor: reducir el monto a financiar bajará el riesgo total.
  • Comprar con ahorro + crédito más chico: menor exposición al ajuste.
  • Planes de desarrolladores o créditos subsidiados: evaluar condiciones especiales (plazos, tasas preferenciales).

No hay fórmula mágica: cómo elegir entre crédito tradicional y UVA

No hay "mejor" universal: si priorizás estabilidad y podés afrontar una cuota posiblemente más alta hoy, el tradicional es la opción más segura. Si buscás entrar al mercado con cuota inicial baja y podés soportar subas vinculadas a la inflación, el UVA sigue siendo una herramienta válida —con la condición de entender y aceptar su volatilidad.

Antes de decidir, pedí simulaciones en varios escenarios, compará el CFT total y consultá a un especialista. En 2025 la variable central es la inflación futura: tu tolerancia a esa incertidumbre define qué crédito te conviene.