La dramática historia del hombre al que le diagnosticaron risa patológica

Se lo conoce como el síndrome de afección seudobulbar. El estado fue descubierto cuando tuvo una reunión con sus médicos después de una fuerte agresión
Por iProfesional
RECREO - 13 de Octubre, 2017

El galés Paul Pugh fue ví­ctima de un brutal ataque que lo dejó internado 13 meses en un hospital y le causó la extraña condición. De repente, en el escenario menos indicado, como un velorio, puede empezar a reí­rse sin parar. Paul tiene el sí­ndrome de afección seudobulbar.

El estado fue descubierto (y en un principio poco comprendido) cuando Paul tuvo una reunión con sus médicos después de la fuerte agresión de la que fue blanco. Cuando los expertos empezaron a hablar, recuerda, se sintió asustado y, sin quererlo, se pasó toda la reunión riendo.

"En realidad yo estaba llorando desconsoladamente, pero en la superficie se veí­a como si me estuviera riendo", comenta.

Algunos años tuvieron que pasar antes de que un doctor le diera un diagnóstico satisfactorio: tení­a risa patológica sí­ndrome o afección seudobulbar. Esa condición, palabras más, palabras menos, implica un "˜cruce de cables' porque hay una desconexión entre el lóbulo, el cerebelo y el tronco cerebral.

Tal afección puede producirse por graves lesiones en la cabeza o por el mal de Alzheimer. Sin embargo, pese a ser en apariencia una condición "˜alegre', le ha traí­do varios problemas con muchas personas que creen que Paul se está burlando de ellas y se sienten "incómodas, heridas y confundidas", consignaron medios británicos.

Según explica la University HealthSystem, "la afectación pseudobulbar (PBA, por sus siglas en inglés) es un problema cerebral que hace que una persona se rí­a o llore sin ninguna razón. Cuando alguien tiene PBA, los ataques de llanto o risa pueden producirse de repente".

"Este comportamiento generalmente no tiene nada que ver con lo que la persona está haciendo o sintiendo. Y es algo que no se puede controlar. La PBA tiende a provocar situaciones sociales incómodas. Puede hacer que la vida diaria sea muy estresante", agrega el informe.

Situaciones incómodasPaul tuvo que desarrollar un método para tratar de evitar las risas. Ahora, según cuenta, puede evitar al menos 9 de cada 10 ataques. Pero ese no fue el único problema con el que quedó después de la golpiza: ahora está en silla de ruedas y tiene problemas para hablar y moverse.

10 años después del incidente, Paul da conferencias para prevenir la violencia en personas que están bajo los efectos del alcohol. Sin embargo, comenta: "El que me pateó la cabeza a quemarropa y con todas sus fuerzas, que casi me mató, ya está libre. ¿Y yo qué? Diez años después todaví­a estoy cumpliendo sentencia".

Los sí­ntomas de la PBA"¢ Tener dificultad para controlar la duración o la intensidad de la risa o el llanto.

"¢ Llorar o reí­r de repente sin motivo aparente. Cuando su comportamiento no concuerda con el de las personas que lo rodean, esto puede ser vergonzoso o inquietante.

"¢ No sentir el alivio tí­pico después de llorar o reí­r.

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