La desgraciada vida de Paris Hilton: confiesa que lo cambiaría todo por "la felicidad real"
Paris Hilton se considera a sí misma como una de las precursoras de la selfie en 2006 junto a Britney Spears y que puso de moda de cobrar por acudir a fiestas.
Durante las dos últimas décadas, interpretó con maestría el papel de una millonaria excéntrica, amante de los diamantes y las fiestas bañadas en champán, sin más preocupación que elegir su esmalte de uñas y mantener su rubio platino siempre a punto.
Por todo ello, el director de ciner Bert Marcus quiso contar con ella para su nuevo documental, "The American Meme" (2018), al considerar a la heredera como el "gen" de la nueva hornada de "influencers". Un documental en el que varias celebridades reflexionan sobre la soledad y la banalidad que esconden las redes sociales.
Sorprendentemente el director logró que la rubia más famosa de Estados Unidos confesase ante la cámara que está aburrida de esa vida y que cambiaría su DJ-set en Ibiza por "la felicidad real" de casarse y tener un hijo, algo que, según ella misma detalló en una charla posterior a la película, está al caer.
La heredera por excelencia de la saga hotelera se comprometió con el actor Chris Zylka, tras una romántica pedida de mano en la nieve de Aspen (Colorado).
Pese a todos los inconvenientes de ser una de las celebridades más seguidas en el mundo, Hilton no se plantea vivir sin las redes sociales, por ello cuando le preguntaron si pensó en borrar sus perfiles, zanjó con un tajante: "¡Qué diablos! ¡No!".