Cómo la 10 se convirtió en la camiseta más reconocida del fútbol
En la actualidad, los números de las camisetas de fútbol son casi una marca registrada de quienes la portan. El ejemplo más paradigmático es el 10, que usaron Pelé, Maradona y Messi, y que parece reservado para el jugador más hábil de un equipo.
Sin embargo, en los comienzos del fútbol no existieron los números y empezaron a utilizarse para identificar a los jugadores desde el 25 de agosto de 1928, en un partido entre los clubes ingleses Arsenal y Chelsea.
Todos tenían los números del 1 al 11, y desde el 12 se reservaban a los suplentes. Y este sistema debutó en los Mundiales en Suiza 1954. Si bien durante mucho tiempo se elegía prácticamente al azar, luego se fueron reservando a los jugadores reconocibles, como el 14 de Johan Cruyff (era su número favorito) y el 10 de Diego Maradona.
El "límite" de 11 llegó hasta 1993, cuando se permitió a los futbolistas llevar en sus espaldas cualquier nombre y un número del 1 al 99.
Pero 35 años antes, en el Mundial de Suecia 1958, el 1n0 convirtió en sinónimo de habilidad: lo utilizó por primera vez el brasileño Pelé, quien fue la figura indiscutible de ese torneo, así como de las ediciones 1962 y 1970.
Más tarde, Diego Maradona también eligió el número 10. Su identificación fue total: sus apodos son el "Diez" y "D10S". Y ayudó a afianzar este número como sinónimo del futbolista mejor dotado técnicamente.
La tradición siguió. Hubo otros 10 famosos, como Messi en la actualidad, tanto en la selección argentina como en el Barcelona. Pero también los cracks de otros países: como el colombiano Carlos "el Pibe" Valderrama, los franceses Michel Platini y Zinedine Zidane, y el alemán Lothar Mattäus, entre otros.