Lupa, sinónimo de creatividad e innovación en el corazón de Nuñez
Sentarse a escribir sobre Lupa es un verdadero desafío porque es difícil poner en palabras esta experiencia gastronómica. Paul Feldstein y Victoria Rabinovich son las mentes brillantes detrás de este proyecto, que arrancó como un restaurante a puertas cerradas y mutó en un local minimalista de Núñez donde predominan el cemento, los azulejos y el marrón.
Este dúo explosivo dió sus primeros pasos en la cocina de Sucre y, tiempo después, decidió abandonarlo para abrir su primer Lupa a puertas cerradas. Recientemente, además, debutaron con Lardo & Rosemary en donde asesoran una carta basada en cocina callejera del mundo con una vuelta de tuerca. Paul y Vic son, sin dudas, el futuro de la gastronomía argentina y proponen una cocina que me gusta comparar a un laboratorio, en donde las combinaciones son infinitas, los límites no existen y todos los días se puede descubrir algo nuevo. Es solo cuestión de rebelarse contra lo establecido y desafiar día a día a los comensales para que puedan expandir su paladar y que una cena pueda transformarse en una experiencia memorable.
La carta, a simple vista, parece ser minimalista y con platos sencillos. Se pueden leer frases como "tartar", "alcaucil", "papa. morcilla" y "calamar. nabo. maiz", pero no hay que dejarse engañar porque el detrás de escena de cada plato es alucinante y deja entrever el potencial creativo que hay en la gastronomía local.
El tartar de ojo de bife está hecho con frutillas porque están en temporada, claro, y cerezas amarillas, que aportan frescura y aires a verano. El calamar se sirve con nabo, maíz, cilantro y aceite de uva. Uno de los tantos delirios que, al leerlo, no se entiende mucho pero cobra sentido cuando toca el paladar. "Estos pibes son unos genios", pensé mientras probaba cada plato. Entre los postres se destaca un bizcochuelo de aceite de oliva con mantequilla de maní y granita que en el menú figura ser de melón pero hoy es de coco.
Sentarse a comer en Lupa es firmar un pacto implícito con sus creadores, en el cual está establecido que vas a probar las ideas de dos genios que combinan sabores, texturas e ingredientes que no se encuentran en ningún otro lado. Seguramente un plato te guste menos que otro, pero está bien porque aunque no sea tu favorito vas a agradecer haberlo probado. Y lo importante está en valorar el proceso creativo que hay detrás. Y una regla fundamental es no casarse con nada porque la carta puede cambiar de un día a otro.
Si me preguntan a mi, la cocina es sinónimo de arte. Como el artista con su cuadro, el cocinero transmite en sus platos sus experiencias, gustos y en gran parte sus locuras. No siempre tenés que entender de qué se trata, a veces con sentirlo es más que suficiente. Si lo que te transmite es positivo, te deja pensando o deja una huella, entonces el objetivo está cumplido. Lupa genera eso en mi. Algunas cosas las entiendo y otras no tanto, pero todos los platos me hacen revivir el amor que tengo por la gastronomía y valorar a las mentes que nos desafían a salir de la zona de confort. En Lupa cuanto más arriesgado, mejor.
Martes a Sábados de 21 a 24 hs
Reservas: 11-5038-3523