La directora de modas de la revista Vogue, edición de Brasil, se vio obligada a renunciar luego de una protesta por las fotografías de su fiesta de cumpleaños número 50, que los críticos vieron como una alusión a las relaciones raciales durante la era colonial, cuando Brasil dependía en gran medida del trabajo esclavo.

La ejecutiva, Donata Meirelles, publicó las fotografías en su cuenta de Instagram, donde aparece sonriendo ampliamente sentada en una silla adornada flanqueada por dos mujeres negras que usan elaborados vestidos blancos.

Vogue Brazil’s Style Director Donata Meirelles had a very disgusting 50th birthday party theme last night

There appears to be a Brazilian slave + master theme. Mucamas (house slaves), who were very clearly darker complexioned, were posed as props alongside guests #DoShow50 pic.twitter.com/NrEY4nJuF8 — Shelby Ivey Christie (@bronze_bombSHEL) 9 de febrero de 2019

Muchos brasileños vieron las imágenes tomadas en el estado de Bahía, como un retroceso a la era colonial de Brasil, cuando las elites de piel clara esclavizaron a millones de personas de ascendencia africana. Ahora, poco más de la mitad de los brasileños se identifican como negros o de origen racial mixto, pero la discriminación sigue siendo una fuerza poderosa allí.

La edición de Vogue para Brasil abordó el asunto en un mensaje: "Con respecto a las manifestaciones sobre la fiesta del cumpleaños número 50 de Donata Meirelles, Vogue Brasil lamenta profundamente lo que sucedió y espera que el debate generado sirva como fuente de aprendizaje".

Meirelles, quien renunció el miércoles, pareció referirse al evento con pesar en un comunicado publicado en su cuenta de Instagram en el que dijo que quería ser un agente de cambio para una "transformación que es necesaria".

Brasil abolió la esclavitud en 1888 y fue el último país de América en hacerlo. Durante décadas abrazó el mito de ser una democracia racial. Tiene una de las tasas más altas de matrimonios mixtos.

Pero el racismo aún empuja a los brasileños negros al fondo de la escala económica y los mantiene invisibles en gran medida en el Congreso, el poder ejecutivo, las suites corporativas y las organizaciones de noticias.

Ana Lucía Araujo, profesora de historia en la Universidad de Howard que estudia la esclavitud, dijo que la controversia sobre el cumpleaños de la Sra. Meirelles ha puesto de relieve un tema que muchos brasileños se resisten a reconocer públicamente.

"El racismo y la supremacía blanca son temas que se han ignorado en Brasil", dijo. "Este sigue siendo un tema central en la sociedad brasileña y este evento nos llevará a prestar mucha más atención a cómo las mujeres negras están representadas y mercantilizadas en la cultura brasileña".

La Sra. Araujo y muchos brasileños dijeron que la mera presencia de mujeres vestidas con el traje tradicional de bahiana de blusa blanca, falda, pañuelo para la cabeza y cuentas no debe interpretarse como racista.

El personaje de la bahiana, que se traduce como una mujer del estado de Bahía, se ha convertido en un símbolo del estado y del Brasil negro , dijo una persona que volvió a publicar la foto y la comentó. Para muchas de las mujeres que usan el atuendo, es una parte importante de su identidad.

También es una forma de ganarse la vida para muchas personas: las mujeres del traje blanco almidonado a menudo son contratadas para reunirse con los turistas que salen de los cruceros en Bahía y pueden verse vendiendo comida tradicional de la calle.

Pero la figura, lanzada sin crítica, puede evocar un pasado racista. La Sra. Araujo dijo que la foto en la que está sentada la Sra. Meirelles, rodeada de bahianas, era insensible.

Entre los que expresaron su enojo por las fotos estaba la reconocida cantante Elza Soares, quien es negra. En una declaración furiosa en Instagram , escribió sobre "heridas que no se curaron".

"La carne negra solía ser la más barata del mercado, pero ya no", agregó. "Se lo gritaremos a cualquiera que aún no lo haya entendido. La esclavitud no es una broma".

Amenazadas

Según el periódico Folha, al menos seis de las bahianas que asistieron a la fiesta esta semana fueron a la policía en la capital del estado, Salvador, para informar que habían recibido amenazas en línea por su participación.

Una de las mujeres en las fotos, Rita Ventura dos Santos, dijo al periódico que ella y sus colegas no se consideraban peones.

"Quien quiera criticar la fiesta tiene la libertad de hacerlo", le dijo a Folha. "Pero no soy un niño que me hayan puesto en una situación degradante".

La Sra. Meirelles señaló que el alboroto había tenido un impacto emocional. El jueves por la noche, publicó un fotomontaje en Instagram con dos mujeres sentadas en una píldora Prozac masiva.

Está lejos de ser la primera vez que la industria de la moda se encuentra envuelta en una controversia por representaciones racistas insensibles o abiertamente.

Este mes, Gucci anunció un suéter de cuello alto negro de $ 890 para mujeres que se podía levantar para cubrir la mitad inferior de la cara del portador e incluía una abertura en la boca rodeada de labios de color rojo brillante, que los críticos dicen imitaba las imágenes de cara negra. El artículo fue retirado más tarde y Gucci se disculpó.

A finales del año pasado, Prada fue atacado por representaciones similares a caras negras en llaveros y muñecas. Y Grace Coddington, la ex directora creativa de Vogue en los Estados Unidos, recientemente se sintió atraída por el hecho de que fue fotografiada posando con una colección de tarros de cerámica "mami" , una caricatura racista de una mujer negra.

Fuente: The New York Times